Monte Melkonian, el Ejército Secreto Armenio y Nagorno Karabakh

“Si perdemos este territorio, pasaremos la última página de la historia de nuestro pueblo”, afirmó Melkonian que, por su experiencia en combate, fue nombrado Comandante de las Fuerzas de Nagorno Karabakh.

Por Angelo Nero

En 1975 animados por las luchas de liberación que ponían patas arriba el tablero geopolítico mundial, e inspirados por la doctrina marxista leninista, Hagop Tarakchián y Hagop Hagopián, crearon el Armenian Secret Army for the Liberation of Armenia (ASALA), con el objetivo de crear un estado en los territorios armenios señalados en el Tratado de Sèvres, en 1920, donde se reconocía a la República Democrática de Armenia, así como al Reino de Hiyaz y se establecía la previsión de un referéndum para que el pueblo kurdo decidiera también su destino. Asimismo, el grupo recién creado buscaba el reconocimiento del Genocidio Armenio de 1916, cometido por el Imperio Otomano, por parte de la comunidad internacional, especialmente por el sucesor de aquel, el estado turco.

Pronto comenzaron a atentar contra diplomáticos e intereses turcos, en todo el mundo, y en enero de 1975 pusieron bombas en el Consejo Mundial de Iglesias, en Beirut, y en las oficinas de Turkish Airlines. En octubre de ese año, esta vez en Viena, ejecutaron al embajador turco Ismail Erez, y atacaron también, con cohetes, la embajada turca en Beirut. En febrero de 1976 ejecutaron al primer secretario de la embajada turco en París, Okay Cerit. En enero de 1978 fue en Grecia, donde explotó una bomba colocada por el ASALA en el coche del agregado adjunto de prensa turca, Metin Yaiman, y en marzo de ese año estallaron tres bombas, también en el país helénico, bajo automóviles de diplomáticos turcos.

Las acciones del Ejército Secreto Armenio, que se había consolidado gracias al apoyo de Siria y Libia, como otras organizaciones de liberación nacional, como el Popular Front for the Liberation of Palestine (PFLP), con quien mantendrían estrechos lazos, y aumentaron su radio de acción: en junio de 1978 un comando armenio tirotea, en Madrid, el coche del embajador turco, Zeki Kuneralp, en diciembre atacan la oficina de Turkish Airlines en Ginebra, y en los meses de agosto y octubre de 1978 las oficinas de la aerolínea turca en Frankfurt, Copenhague, Milán y París, en esta última también son atacadas las de las líneas aéreas holandesas KLM y alemana Lufthansa. En noviembre de 1979 también estallan dos bombas en las oficinas de British Airways y TransWorld Airlines en Madrid.

El conflicto armenio está ya internacionalizado cuando comienza la década de los ochenta. “Que el imperialismo y sus colaboradores en todo el mundo sepan que sus instituciones son blanco de nuestros héroes y serán destruidos. Mataremos y destruiremos porque ese es el único idioma entendido por los imperialistas”, pregonan en uno de sus comunicados.

Por entonces, un joven armenio, nacido en 1957, en California, y que se había graduado en la Universidad de Berkley en Historia del Asia y Arqueología, viajaba a Irán para participar en la Revolución que derrocaría al régimen de sah Mohammad Reza Pahleví. En Irán también conocería a los guerrilleros kurdos de Rojhilat. Carismático y políglota, ya que hablaba siete idiomas, el joven, llamado Monte Melkonian, estaba llamado a ser el líder natural del ASALA, al que se unió en 1980, el año que un cáncer se llevó a Hagop Tarakchián, uno de los fundadores de la organización armada.

En diciembre de 1979 otro comando armenio golpeaba el corazón de Turquía, con una bomba en el aeropuerto de Estambul, y al año siguiente se multiplicarán los ataques a intereses turcos en Roma, Milán, Madrid, Estrasburgo, especialmente atacan líneas aéreas y son ejecutados varios diplomáticos turcos. En la última de las ciudades citadas, firman, por primera vez, un comunicado reivindicando el atentado, dos organizaciones con un enemigo común, el estado turko, son el ASALA y el Partiya Karkerên Kurdistan (PKK).

A finales de 1980 el Ejército Secreto Armenio puso dos bombas en las oficinas de Swissair y de TWA, en Madrid, en el que resultó herido de gravedad el periodista del diario Pueblo, José Antonio Gurriarán, una experiencia que le marcaría para siempre, que relataría en el libro “La bomba”, publicado dos años después, y que le llevó a interesarse por la causa armenia, y que sería llevado al cine por el director francés Robert Guédiguian, en 2015, con el film “Une historie de fou”.

El periodista gallego hizo el camino inverso a la negación y al deseo de venganza -«No sé si fue porque mis padres eran gente de paz, o porque siempre he sido seguidor de Ghandi, pero no sentí ni odio ni rencor»- y buscó las razones por las que unos jóvenes armenios, activistas del ASALA, atacaban intereses turcos por toda Europa. Encontró a los autores del atentado en el Líbano y se entrevistó con ellos, y con los dirigentes de la organización, Alec Yenicomchian, Suzy Mahseredjian y Monte Melkonian, escuchando sus argumentos e intentando convertirlos al pacifismo, en el que creía firmemente.

En septiembre de 1981 Melkonian participa en la “Operación Van”, el ataque a la embajada turca en París, donde toman medio centenar de rehenes y hieren de gravedad al consul, Kaya Inal, y en varios atentados contra diplomáticos e intereses turcos.

Monte Melkonian combatiría en defensa del barrio armenio de Beirut, contra las tropas israelís y sus aliados de la Falange libanesa, en 1982, en el inicio de la larga guerra civil que asoló a ese país, apoyando al Mouvement National Libanais (MNL), un frente de izquierda pan-arabista en el que participaron también los palestinos de la OLP, los drusos del Parti Socialiste Progressiste (PSP), los comunistas de la Organisation de l’action communiste au Liban (OACL), el grupo naserista Mourabitoun, y el movimiento chiita Amal.

Por desavenencias con la línea mantenida por Hagop Hagopian, a partir del ataque al aeropuerto de Orly, donde una bomba del ASALA en las oficinas de Turkish Airlines, causa la muerte de cinco civiles, Monte Melkonian, que insistía en atacar exclusivamente a diplomáticos turcos, creo una escisión, el ASALA-Mouvement Révolutionnaire, y la actividad de las dos ramas del Ejército Secreto Armenia se intensifican, destacando el ataque al aeropuerto de Ankar.

En octubre de 1985 Monte Melkonian es detenido en París y condenado a seis años de prisión por posesión de armas y falsificación de documentos, de los que cumple tres años y medio en las prisiones de Fresnes y de Poissy. Desde prisión hizo un llamamiento a la creación de una fuerza guerrillera en Turquía, que sumase rebeldes kurdos, izquierdistas turcos y revolucionarios armenios. A su liberación, en 1989, viaja a la RSS de Armenia, con la intención de unirse a las milicias populares de Nagorno Karabakh, que comenzaban a armarse ante los pogromos azerís.

“Si perdemos este territorio, pasaremos la última página de la historia de nuestro pueblo”, afirmó Melkonian que, por su experiencia en combate, fue nombrado Comandante de las Fuerzas de Nagorno Karabakh. En febrero de 1992 llegó a Martuni, con el ejército azerí comenzando a ceder posiciones, y en abril de 1993 es uno de los estrategas que planean y dirigen, con gran éxito, la toma de la región de Kalbajar. Murió combatiendo durante una escaramuza con soldados azerís, durante la batalla de Aghdam, un 12 de junio de 1993.

Su entierro, en el cementerio de Yerablur, en Ereván, congregró a cien mil armenios, conmocionados por la muerte de uno de sus combatientes más carismáticos, y la ceremonia fue presidida por el presidente armenio Levon Ter-Petrosyan y el ministro de defensa, Vazgen Sargsyan, otro de los comandantes de las fuerzas armenias del Karabakh. Su memoria sigue presente en muchas calles de los pueblos y ciudades de toda Armenia.

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