Los otros enfermos: las listas de espera

Actualmente se evidencia un panorama extremadamente preocupante en el que se objetiva el abandono de la asistencia sanitaria a las personas con enfermedades no covid 19

 

Carlos Sánchez Fernández, Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

La situación de la atención hospitalaria/atención especializada en el país es especialmente preocupante por 2 motivos, el primero tiene que ver con la evolución del sistema sanitario (los recortes y las privatizaciones) y el segundo con el estrés para el sistema sanitario que ha supuesto la pandemia. Además existe un problema de fondo relacionado con la organización hospitalaria y el enfoque del sistema sanitario, muy influido por el hospitalocentrsimo, el predominio de un enfoque clínico, y el crecimiento de los planteamientos de mercado con una marginación de la planificación sanitaria y la integración de niveles asistenciales.

Como es habitual la ausencia de datos actualizados impone algunas reservas. Pero lo que conocemos, es decir la evolución de 2010 a 2019, nos indica que el número de camas hospitalarias disminuyo en el país, a pesar de que en este periodo aumento la población, con lo que en este periodo, la tasa de camas en hospitales públicos por 1000 habitantes   paso de 2,71 a 2,69, y en centros privados de 0,71 a 0,65, con una perdida mayor en cuanto a camas funcionantes (solo el 90,31% de las camas instaladas estaban en funcionamiento el ultimo año considerado). El resultado es una insuficiencia mantenida en el número de camas (recuerdese que la UE tiene un promedio de 5 camas/1000 y la OCDE 4,5).

También la atención especializada ha sufrido de manera mas intensiva el proceso de privatización de nuestro sistema sanitario, lo que ha hecho que se disminuyan más los presupuestos de los centros de gestión pública tradicional, que al final han sido los más castigados por los recortes.

Todo ello, más la mala gestión, han producido un aumento importante de las listas de espera, de hecho ya en 2019 la población señalaba en el Barometro Sanitario, que estas se situaban en el 87,6% de los casos como uno de los principales problemas que deberían ser solucionados en nuestro sistema sanitario, listas de espera que desde hace años se han traladado tambien a la Atención Primaria.

Además, la pandemia de la covid19 ha empeorado notablemente la situación, porque en los picos de las sucesivas olas que ha sufrido el país se han anulado intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnósticas y consultas externas, e incluso en algunas de las CCAA se han dejado de incluir pacientes en las mismas, por lo que las demoras reconocidas oficialmente solo son la punta del iceberg de la realidad. En todo caso los datos oficiales a diciembre de 2020 señalan que:

Las listas de espera quirúrgica (LEQ)  han incrementado el tiempo de demora y el porcentaje que espera más de 6 meses respecto a diciembre de 2019. La LECE ha aumentado el número de días de demora media pero no así el porcentaje que espera más de 60 días que ha descendido 1,9 puntos. Evidentemente estos datos están influidos por las 459.429 personas menos que han entrado en LEQ en 2020 respecto a 2019 y las 475.640 en LECE un grave problema que evidencia la desatención durante la pandemia de las enfermedades no covid19.

La LEQ disminuye ligeramente el numero de personas en la misma (19.822 menos), aumenta la demora media (148 días versus 121 de diciembre de 2019), y aumenta en 8 puntos el porcentaje de personas que esperan más de 6 meses (26,9 versus 19,9%). La tasa de entrada por 1000 habitantes baja 13 puntos (de 64,7 en 2019 a 51,7 en 2020) y el número de intervenciones realizadas disminuye en el mismo periodo en 399.444.

Por CCAA la que presenta mayor tiempo de demora es Castilla la Mancha (266 días) y la que menos Asturias (60 días) aunque este dato puede ser engañoso y estar influido por las entradas en LEQ (a menos entradas en principio menor lista de espera).

En cuanto a la lista de espera de consultas externas (LECE) se observa también un aumento en el número de días de demora (99 en diciembre de 2020, versus 88 en 2019), con una disminución de 1,9 puntos en el porcentaje de quienes esperan más de 60 días (47,2 versus 49,1) y una disminución en el numero de personas /1000 habitantes en LECE(de 63,72 pasan a 53,60), obviamente por una disminución en las entradas, si bien en este caso no se ofrece el dato de las consultas externas realizadas en ambos años.

Por CCAA la mayor demora en LEQ esta en Cataluña (152 días) y la menor en el País Vasco (30 días) siendo llamativa la disparidad en la tasa de pacientes en LECE /1000 habitantes que va desde el 8,82% del País Vasco hasta el 71,10% de Navarra que pese a ello tiene un bajo porcentaje en cuanto a quienes esperan más de 60 días (7,6%).

Es obvio que con la 4ª y 5ª ola las cosas no habrán mejorado sino todo lo contrario y estos malos datos de listas de espera habrán aumentado de manera significativa lo que resulta totalmente intolerable y tiene repercusiones importantes sobre la salud de la población.

En resumen, aunque los datos tienen algunas insuficiencias e incongruencias llamativas, confirman básicamente lo que se había calculado desde la FADSP en cuanto a intervenciones quirúrgicas y consultas externas no realizadas y evidencia un panorama extremadamente preocupante en el que se objetiva el abandono de la asistencia sanitaria a las personas con enfermedades no covid 19, que no debemos olvidarlo, continúan siendo las principales responsables de la morbilidad y mortalidad en nuestro país, así como la necesidad como ya venimos reclamando desde la comparecencia en la Comisión de Reconstrucción de la necesidad de que la Sanidad Pública organice urgentemente circuitos asistenciales para los enfermos no-covid19 que permitan su atención en un tiempo razonable, para lo que es preciso reforzar presupuestariamente y en recursos humanos la Sanidad Pública así como la utilización intensiva de sus equipamientos.

La atención especializada presenta 3 problemas que hay que atender de manera urgente:

1. Resolver la insuficiencia de camas, incrementándolas de manera notable, lo que puede realizarse recuperando las camas cerradas, utilizando las camas instaladas no funcionantes y en muchos casos poniendo en funcionamiento centros hospitalarios desaprovechados (en Madrid el antiguo hospital Puerta de Hierro, algunos hospitales militares, centros cerrados total o parcialmente, etc).

2. Utilización intensiva de los recursos propios para lo que es precisa una mayor dotación de personal. Quirófanos, tecnología diagnostica, etc, están siendo infrautilizados de manera sistemática, en gran parte para favorecer al sector privado. Hay que cambiar esta situación y potenciar y asegurar la utilización de todos los recursos públicos al 100%, lo que evidentemente precisa aumentos de personal.

3. Abordar y reducir las listas de espera para lo que se necesita, aparte de la mejor utilización de los recursos existentes y un aumento de los mismos como se ha planteado en los 2 puntos anteriores, un plan para organizar y racionalizar la utilización del conjunto del sistema sanitario para optimizar su funcionamiento.

No conocemos realmente el impacto sobre la salud de esta desatención, aunque existe mucha información parcial y poco sistematizada. En todo caso, parece razonable pensar que el exceso de mortalidad detectado en el país por encima de las muertes comprobadas por covid19, este en gran parte influida por esta desatención de graves problemas de salud, aunque es obvio que su efecto sobre la morbilidad y/o agravamiento de procesos en curso, solo la conoceremos pasados unos años.

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