La semilla de la revolución es la Ley Mordaza

Por Javier F. Ferrero | Viñeta de JRMora

Dijo una vez Cánovas del Castillo que “La libertad sin una autoridad fuerte e incólume, no es libertad al cabo de poco tiempo, sino anarquía” y parece que el Partido Popular lo repitió como un mantra durante la creación de esta ley. La Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, denominada “Ley Mordaza”, entra en vigor. Esta ley afecta directamente a nuestros derechos fundamentales, como pueden ser la presunción de inocencia o el derecho a la intimidad personal. Ningún fundamento democrático sustenta este ataque a los derechos de protesta, intimidad, información y expresión. El miedo del Partido Popular a perder las elecciones dentro de unos meses se deja ver al limitar el derecho a las protestas públicas, ya sea en la calle o en la red.

La oposición rechaza públicamente este golpe en la mesa del PP. Desde el PSOE, Rosa Aguilar denunció que “La derecha ha enterrado el Código Penal de la democracia”. También IU, con Garzón y Llamazares a la cabeza, se mostraron en contra. Este último hizo un llamamiento “para la resistencia y la desobediencia a estas leyes”. La parlamentaria del BNG, Olaia Fernández Davila, anunció recursos en contra. Además, varios Relatores Especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas mostraron el pasado 23 de febrero su rechazo total al Proyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana por las limitaciones a las libertades de expresión y de reunión, así como en materia de delitos antiterroristas.

Esta nueva Ley, hecha a la medida de las necesidades electorales del PP, nos afecta a TODOS. Puede dar la falsa impresión que estas normas solo damnifican a periodistas o activistas, pero la realidad es que cualquiera que exprese una opinión (en la calle o en Internet), que participe en una manifestación o que busque cierta información puede estar delinquiendo. Esto nos lleva a que el derecho a que la sociedad se mantenga activa e informada también se verá afectado, o al menos, coartado.

La Ley Mordaza apunta al corazón del 15M, el movimiento social que tanto daño le ha hecho al Partido Popular, atacando a la que ha sido su dinámica de difusión habitual: procesos virales a través de las redes sociales. El artículo 30.3 contempla multas de hasta 600.000 para todo aquel que “aun no habiendo suscrito o presentado la comunicación (…) por publicaciones o declaraciones de convocatoria de las mismas, por las manifestaciones orales o escritas que en ellas se difundan (…) pueda determinarse razonablemente que son directores de aquéllas”. Insiste en este punto aquí: “La distribución o difusión pública, a través de cualquier medio, de mensajes o consignas que inciten a la comisión de alguno de los delitos de alteración del orden público, o que sirvan para reforzar la decisión de llevarlos a cabo, será castigado con una pena de multa de tres a doce meses o prisión de tres meses a un año.

Caso aparte es la discriminación por ideología política, que se va a ver claramente afectada.

Los ciudadanos que se manifiesten e incumplan alguna de las normas de la nueva ley en materia de manifestación pública, quedan señalados y listados  por su disidencia a través de un Registro Central de Infracciones contra la Seguridad Ciudadana. Esta lista la tendrá el Ministerio de Interior, de quién depende la policía. Esta policía, ya que la nombro, gana poder en base a la igualdad procesal. El artículo 25 indica “el valor probatorio de las declaraciones de los agentes de la autoridad”. Esto quiere decir que lo que diga el/la agente va a misa, pesa más la palabra del agente que la del procesado, lo que afecta directamente a la presunción de inocencia. Grave, muy grave.

Por último, lo que más miedo debería darnos: los conceptos vagos o indeterminados. Miedo, ya que no sabemos con seguridad si estamos cometiendo una falta o no. La ”falta de respeto y consideración“ hacia las fuerzas del orden o “La Perturbación de la seguridad ciudadana” en el Senado y el Congreso, por ejemplo, están penadas con hasta 600.000 euros. La ley no especifica nada y esto, mezclado con lo anteriormente indicado de que la palabra de un/una policía vale más que la nuestra, es terrorífico.

Como dijoWoodrow Wilson en referencia al control de los gobiernos no afines: “La semilla de la revolución es la represión”. Avisados quedan.

 

 

 

 

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