Lecturas para un socialista: Los libros que sostienen a un socialista (1913)

Los problemas sociales dentro del socialismo marcaban todos los definidos en los grupos, las clases, los sexos y las edades. En los problemas sociales cabían cuantas soluciones ofrecía el socialismo en los diversos órdenes de la vida.

Por Eduardo Montagut

En esta nuevo trabajo, que continúa el artículo anterior sobre Rafael Urbano y la formación de un socialista, y en el que vimos los “libros de hacen”, llegamos, siempre según su clasificación, a los “libros que sostienen”.

Los libros que debían sostener la doctrina de un socialista, según Rafael Urbano, no debían hacerle creer que podía olvidarse de los elementales, y que había terminado ya con ellos.

Los “libros que sostienen”, es decir, los libros superiores eran los que ofrecían “armas apologéticas”, pero solamente cumplían su misión, y en eso, vemos como insistía Urbano, si se sustentaba el conocimiento en los anteriores. La formación que planteaba Urbano era progresiva y sistemática. El intelectual socialista diseñó, como hemos comprobado, y comprobaremos en este artículo y en el último de la serie, un verdadero programa de estudio, razonándolo y justificándolo.

La lista de los libros de esta segunda serie tenía que ser más numerosa que la de los primeros. Habida cuenta de la carestía de los libros, Urbano recomendaba que solamente se adquiriese la lista de los “libros que hacen” porque eran imprescindibles. Los libros que sostenían debían ser de adquisición potestativa.

En todo caso, Urbano clasificaba los “libros que sostienen” en categorías:

1- Problemas económicos:

  • Mrs. Fawcett, Economía política para principiantes.

  • G. de Greef, La economía pública y la ciencia de las finanzas.

  • C. Marx, El capital, en traducción de J.B. Justo.

  • G. Deville, La evolución del capital.

  • A. Menger, El derecho al producto íntegro del trabajo.

  • C. Marx, La miseria de la filosofía. Proudhon, Filosofía de la miseria.

Urbano avisaba que la primera obra no era socialista, pero era un buen resumen para informarse sobre la economía política burguesa. También recomendaba una lectura más seria de Marx. También recomendaba dos obras que consideraba polémicas del propio Marx y de Proudhon porque eran ambas que colocaban al lector en un “terreno fecundo e imparcial”, muy conveniente para estudios posteriores. De ese modo, las críticas a Marx se recibían después “sobre un terreno seguro y se aprecian en su justo valor”.

2- Historia social:

  • Jaurès, Historia del socialismo (la edición francesa escrita bajo su dirección).

  • F. Garrido, Historia de las clases trabajadoras.

  • F. Mora, Historia del socialismo español.

  • J. Morato, Notas para la Historia de los modos de producción en España.

  • L. Reybaud, Historia de los reformadores.

  • A. E. Schaeffle, La quinta esencia del socialismo.

  • W. Sombart, El socialismo y el movimiento social en el siglo XIX.

  • Sydney Webb, Historia del tradeunionismo.

La historia no debía abandonarse nunca para Urbano. Reconocía que su lista no era completa, pero creía que para España era suficiente en ese momento. A este catálogo podían añadirse las Memorias de los Congresos Internacionales. Además, reconocía que para la polémica era necesario consultar bibliografía “burguesa”.

3- Problema político:

  • A. Menger, El estado socialista.

  • E. Vandervelde, El socialismo contra el estado, y La acción socialista.

Los problemas de carácter crítico contaban con una bibliografía muy extensa por la variedad de los mismos. En todo caso, consideraba los siguientes títulos para esta cuestión:

4- Problemas críticos

  • F. Engels, El Anti Duhring.

  • P. Lafargue, El materialismo económico de Marx.

  • G. Deville, Principios socialistas.

  • F. Lassalle, Discursos y folletos.

  • E. Bernstein, El socialismo teórico…

  • C. Kautsky, El marxismo y su crítico Bernstein.

Los problemas sociales dentro del socialismo marcaban todos los definidos en los grupos, las clases, los sexos y las edades. En los problemas sociales cabían cuantas soluciones ofrecía el socialismo en los diversos órdenes de la vida.

La legislación obrera ocuparía un lugar preferente, así como la historia de las modas y las prácticas de la acción social. Las obras recomendables en este caso serían las más recientes. Urbano señalaba que los problemas se dividían, en líneas generales, en los del campo (agrario), políticos y de asociación.

5- Problemas sociales:

  • C. Kautsky, La cuestión agraria.

  • E. Vandervelde, El socialismo agrario.

  • A. Zevaes, El sindicalismo contemporáneo.

  • Proudhon, La capacidad política de la clase trabajadora.

  • E. George, Progreso y miseria.

Después, venía el “problema moral”, el problema de la familia, que abarcaría desde su concepción histórica hasta la sexual. En este sentido, nuestro intelectual se atrevía a recomendar dos obras, preferentemente, porque construían y moralizaban. Se refería a Michelet y Ellen Key.

6- Problema familiar:

  • F. Engels, El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado.

  • A. Bebel, La mujer y el socialismo.

  • C. Albert, El amor libre.

  • Lily Braun, El problema de la mujer.

  • A. Forel, La cuestión sexual.

  • J. Michelet, La mujer. El amor.

  • Ellen Key, Amor y matrimonio.

Vandervelde, a juicio de Urbano, recomendaba demasiados libros religiosos. Por eso, solamente planteaba dos, además de la Biblia, el Corán y el Dammanapada.

7- Problema religioso

  • S. Reinach, Orfeo.

  • E. Vandervelde, El partido obrero y la religión.

Hemos trabajado con el número 1539 de El Socialista, de 10 de agosto de 1913, además de con el primer artículo de esta serie sobre la bibliografía recomendada por Urbano.

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