La visión socialista de Fermín Salvochea

Eduardo Montagut

Fermín Salvochea (1842-1907) es una figura capital entre el republicanismo y el anarquismo españoles. Revolucionario en 1868, alcalde de Cádiz, presidente de su Cantón en tiempos de la Primera República, miembro de la Primera internacional, fundador de El Socialismo donde difundirá las ideas de Kropotkin, siendo además su traductor al castellano, colaborador en la RevistaBlanca, autor de obras de teatro, etc….

En este trabajo queremos recordar cómo vieron los socialistas a Fermín Salvochea cuando falleció porque, creemos, que nos enriquece en el conocimiento de las siempre complejas relaciones entre las dos grandes
corrientes del movimiento obrero. En la hora de su muerte, como decíamos, los socialistas hicieron mención del personaje en El Socialista, informando de su fallecimiento en Cádiz, afirmando
que constituía el último representante de lo que consideraban un “revolucionarismo romántico”, lleno de sentimiento, y que lo fiaba todo más a la eficacia de los levantamientos que al trabajo de propaganda.

Para los socialistas era una estrategia equivocada que le condujo, después de comprobar la ineficacia de las barricadas, a abrazar la causa del anarquismo, que defendió hasta el final, con un “tesón digno de un sectario”, pero también reconociendo su honradez y “pureza de miras”, que le colocaban muy por encima de sus correligionarios. Para los socialistas, enfrentados desde el principio y de forma intensa con los libertarios, Fermín Salvochea nunca había empleado la calumnia para combatir al socialismo, siendo siempre un adversario leal.

Fermín Salvochea

Esta sería la causa del homenaje de los socialistas a su figura, eso sí humilde porque la columna periodística era breve, especialmente si comparamos el espacio que el periódico dedicó a un Pi i Margall, por ejemplo, en el día de su muerte y en los siguientes aniversarios.

Además, el periódico quería dejar patente el desprendimiento de Salvochea porque prefirió renunciar a su posición económica desahogada para dedicarlo, así como sus actividades y vida, a la lucha por la emancipación de los oprimidos. En este sentido, recordemos que nuestro protagonista renunció a su herencia y posesiones familiares en favor de los humildes, llevando una vida muy frugal.

Sobre Salvochea existe ya una importante bibliografía. Como marco general conviene acercarse al clásico de Josep Termes, Anarquismo y Sindicalismo en España, de Crítica en 1977. Además, es imprescindible, siempre que nos acercamos a figuras del anarquismo la consulta de la magna obra de Miguel Íñiguez, Enciclopedia del anarquismo español, de 2008. También es muy recomendable la lectura de la obra de Pedro Parrilla Ortiz, El Cantonalismo Gaditano (1983). Ya en relación con nuestro protagonista, Fernando de Puelles publicó en 1984, Fermín Salvochea. República y anarquismo; Jacques Maurice (coord..), Fermín Salvochea. Un anarquista entre la leyenda y la historia (2009); y, por fin, José Manuel Mato Ortega y Santiago Moreno Tello, Fermín Salvochea (1842-1907). Historia de un internacionalista, en dos volúmenes (2009). La reseña socialista ha sido consultada en el número 1126 de El Socialista.

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