La URSS entre 1927 y 1934

La URSS entre 1927 y 1934

Por Susana Gómez Nuño

Tras la muerte de Lenin, Stalin, con el apoyo de la mayoría del Partido Comunista –PCUS–, subió al poder en 1927, dando inicio al estalinismo, que vino de la mano de la crisis cerealista de 1927-1929, en la que las reservas de grano menguaron y el régimen volvió al comunismo de guerra, adoptando medidas para obtener el grano por la fuerza mediante la colectivización y mecanización de las explotaciones agrícolas.

Stalin cargó contra los kulaks (agricultores que poseían tierras y contrataban trabajadores) declarando su “liquidación como clase” y millones de familias fueron deportadas. El impacto de la colectivización y la coacción fue desastroso: el régimen obtuvo el grano que necesitaba mediante el terror, la fuerza y la violencia en una pugna entre el estado y el campesinado, pero el coste conllevó un gran daño para la agricultura soviética a largo plazo, además de un precio humano aterrador, debido a los castigos y las hambrunas. En definitiva, la URSS cambió una agricultura campesina ineficiente por una agricultura colectivista igual de ineficiente a un precio enorme.

La NEP (Nueva Política Económica) restauró la ruinosa economía soviética de 1920, pero continuar con ella suponía un ritmo de industrialización modesto. La colectivización de la agricultura abrió paso al proceso de desarrollo industrial y Stalin planteó una industrialización forzosa impuesta por el estado desde arriba para impulsar la economía, denominada Primer Plan Quinquenal, que se mantuvo hasta 1932.

El Primer Plan Quinquenal consistió en la industrialización forzosa de la agricultura

La estrategia de Stalin consistía en un control implacable de las reservas de víveres y un alto nivel de inversión en la industria pesada, lo que supuso una gran presión en el nivel de vida de los ciudadanos, a los que se les impuso el racionamiento y vieron, descontentos y abnegados, como sus necesidades individuales se subordinaban a las de la colectividad. A pesar de ello, los planes quinquenales hicieron de la URSS una gran potencia industrial en muy poco tiempo sin necesidad de préstamos de capital externo y tuvieron un éxito extraordinario en lo que a la creación de empleo se refiere: se eliminó el desempleo y se necesitó más mano de obra. Sobre todo, si tenemos en cuenta el declive del capitalismo y el paro reinante en occidente desde hacia algunos años.

Y aunque el socialismo soviético podía parecer atractivo a los ojos de los intelectuales y eruditos occidentales, lo cierto es que a la práctica resultaba muy agresivo. Los trabajos forzados en los campos de concentración soviéticos, rebautizados con el nombre de campos de trabajo también influyeron en la economía del país y desempeñaron un papel significativo en el proceso de industrialización.

Las grandes purgas llevadas a cabo por Stalin en los años 30 favorecieron la aparición de una fuerte oposición a su persona

El nivel de violencia y represión establecido con el estalinismo reforzó la tendencia de los miembros del Partido a ver conspiraciones por todas partes, de forma que las críticas internas fueron silenciadas mediante las grandes purgas de los años 30 dirigidas contra los propios miembros del partido y afectaron tanto a la dirección como a los peldaños más bajos del PCUS, así como al ejército y amplios sectores de la sociedad.

Todo ello destiló una inhumanidad sin precedentes y un terror fruto de la aplicación constante del principio de guerra total. En 1934, en el XVII Congreso del PCUS, se advirtió una nutrida oposición a Stalin, que, sin duda, contrasta con los millones de miembros del partido arrestados por motivos políticos y las miles de ejecuciones sin juicio previo que se dieron entre 1934 y 1939.

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