Las políticas agrícolas europeas están provocando un amplio rechazo del sector, cuyas protestas se extienden por varios países del continente.
Por Redacción NR | 22/01/2024
El mundo de la agricultura está en pie de guerra en toda Europa. Desde hace semanas, en países como Alemania, Polonia, Francia o Holanda, se están llevando a cabo importantes movilizaciones contra el abandono que sufre el sector. Las organizaciones convocantes coinciden en que las políticas agrícolas europeas diseñadas desde Bruselas, y que cuentan con el beneplácito de los respectivos gobiernos, están llevando a la ruina al sector.
Bajo el pretexto del ecologismo, se están retirando las subvenciones al diésel agrícola y las ayudas fiscales al impuesto de circulación de vehículos agrícolas. Este hartazgo se ha manifestado también en España. Los agricultores españoles ya han anunciado que a partir del 1 de febrero se establecerá un calendario de movilizaciones contra las políticas europeas.
‘La clase política está imponiendo una filosofía del ecologismo radical con unas exigencias inasumibles y alejadas de la realidad’, asegura la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) en un comunicado. La AVA ‘exhorta al sector agrario a levantar la voz y llenar las carreteras y las calles’ de varias ciudades. Los agricultores consideran que las políticas europeas, con complicidad el gobierno español, están ‘mandando a la ruina’ al sector.
Los agricultores defienden que ellos son ‘los ecologistas de verdad’ por cuidar el paisaje verde y evitar incendios, manteniendo el Mediterráneo vivo para que el desierto no avance hacia el corazón de Europa, y los que suministran a la sociedad alimentos frescos, sanos y seguros.
La Asociación señala que las políticas europeas son un error, al promover la importación de alimentos y su encarecimiento. Por ello, hace un llamamiento a potenciar el producto nacional y a ‘no depender de lo que venga de fuera’. Advierten, además, que ‘las políticas europeas están equivocadas y merecen una profunda reflexión’.
La agricultura española se encuentra actualmente sometida a la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea (UE), que fija todo aquello que se debe producir en el campo español y beneficia principalmente a latifundistas. A menudo, estos grandes poseedores de tierras abandonan el cultivo y dejan de ser productivos a cambio de recibir subvenciones de la PAC. Unas políticas agrícolas europeas que merman la capacidad productiva del campo español y la soberanía alimentaria del país.
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