La despiadada campaña de propaganda de Israel para deshumanizar a los palestinos.
Por Jeremy Scahill | 10/02/2024
Dos semanas antes de que los comandos de Hamás dirigieran una serie de incursiones en Israel el 7 de octubre, Benjamín Netanyahu se encontraba ante una cámara vacía en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. El primer ministro israelí blandió un mapa de lo que prometió que podría ser el “Nuevo Medio Oriente”. Representaba un estado de Israel que se extendía continuamente desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. En este mapa, Gaza y Cisjordania fueron borradas. Los palestinos no existían.
“¡Qué cambio histórico para mi país! Verá, la tierra de Israel está situada en la encrucijada entre África, Asia y Europa”, bramó Netanyahu a un puñado de espectadores en el gran salón, casi todos sus leales o subordinados. “Durante siglos, mi país fue invadido repetidamente por imperios que lo atravesaban en sus campañas de saqueo y conquista en otros lugares. Pero hoy, mientras derribamos los muros de la enemistad, Israel puede convertirse en un puente de paz y prosperidad entre estos continentes”.
Durante ese discurso, Netanyahu describió la plena normalización de las relaciones con Arabia Saudita, una iniciativa encabezada por la administración Trump y adoptada por la Casa Blanca de Biden , como el eje de su visión de esta “nueva” realidad, que abriría la puerta a un “corredor visionario que se extenderá a través de la Península Arábiga e Israel. Conectará a la India con Europa mediante conexiones marítimas, ferroviarias, gasoductos y cables de fibra óptica”.
Estaba hablando en el gran escenario de la Asamblea General de la ONU, pero ningún líder mundial se molestó en asistir. Afuera, unas 2.000 personas, una mezcla de judíos estadounidenses y ciudadanos israelíes, protestaron por sus ataques a la independencia del sistema judicial israelí . La escena sirvió como recordatorio de cuán profundamente impopular se había vuelto en Israel su coalición gobernante de extrema derecha , por no mencionar al propio Netanyahu. En ese momento, parecía que Netanyahu estaba contra las cuerdas, en una batalla perdida para continuar su reinado político.
Netanyahu está utilizando los horrores del 7 de octubre para emprender la cruzada que ha estado preparando durante toda su carrera política.
Apenas unos días después, cuando los comandos de Hamás penetraron las barreras que rodeaban Gaza y se embarcaron en sus mortíferos ataques contra varias instalaciones militares y kibutzim, todo cambió en un instante. Es decir, todo, excepto la agenda principal que ha estado en el centro de la larga carrera política de Netanyahu: la destrucción absoluta de Palestina y su pueblo.
Así como la administración Bush aprovechó los ataques del 11 de septiembre para justificar una guerra generalizada en la que declaró al mundo un campo de batalla, Netanyahu está utilizando los horrores del 7 de octubre para emprender la cruzada que ha estado preparando durante toda su carrera política. Mientras su control del poder se desvanecía el otoño pasado, los ataques del 7 de octubre le brindaron justo la oportunidad que necesitaba, y unió su supervivencia política a la guerra en Gaza y a la que podría ser su última oportunidad de eliminar el problema palestino de Israel de una vez por todas.
En ese sentido, Bibi fue salvada por Hamás.
Fallos de inteligencia
Cuatro meses después, la guerra de aniquilación de Netanyahu contra Gaza se ha convertido en una guerra de guerrillas de desgaste. Ningún rehén israelí ha sido liberado mediante la fuerza militar, y Hamás ha demostrado una resistencia duradera y capacidad para eliminar a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel. El público israelí, fuera de los verdaderos creyentes ideológicos que intentan ocupar y colonizar Gaza, muestra signos de fatiga y desesperación. Muchos familiares de cautivos están cada vez más ruidosos en sus demandas de un acuerdo inmediato con Hamás que centre las vidas de sus seres queridos en la agenda política trazada por Netanyahu y su camarilla. Algunos han exigido Nuevas elecciones o dimisión de Netanyahu. Las protestas contra la guerra, aunque pequeñas, están empezando a crecer dentro de Israel, con algunas manifestaciones haciéndose eco de los llamados globales que exigen un alto el fuego humanitario y el fin de la ocupación israelí del territorio palestino.
A medida que el número de muertos en Gaza supera una estimación conservadora de 27.000 vidas, muchas de las narrativas centrales utilizadas por los gobiernos israelí y estadounidense para justificar la matanza están siendo objeto de un mayor escrutinio; algunos han sido definitivamente desacreditados. En Israel, ésta es una línea de investigación delicada. No hay duda de que Hamás mató a un gran número de israelíes. Pero cómo lograron hacerlo mientras vivían bajo los elogiados y vigilantes ojos del Mossad, el Shin Bet, la Agencia de Seguridad de Israel y las FDI es objeto de una creciente atención pública.
Ha habido varios informes creíbles de que analistas de la inteligencia israelí advirtieron que los agentes de Hamás parecían estar entrenándose para incursiones en Israel. El New York Times y otros medios han informado sobre la existencia de un documento interno de Hamás de 40 páginas cuyo nombre en código es “Muro de Jericó”. Supuestamente obtenido por la inteligencia israelí, se dice que expone planes detallados de Hamás para llevar a cabo precisamente el tipo de asalto contra instalaciones militares y aldeas israelíes que ocurrió el 7 de octubre.
Si bien los altos funcionarios supuestamente hicieron caso omiso de las advertencias de los analistas israelíes que revisaron el documento, en julio pasado un oficial de inteligencia de señales instó a la cadena de mando a tomarlo en serio. Al señalar un reciente ejercicio de entrenamiento de un día de duración realizado por Hamás en Gaza, el analista afirmó que el entrenamiento reflejaba con precisión las operaciones expuestas en el documento. «Es un plan diseñado para iniciar una guerra», alegó. «No se trata simplemente de un ataque a una aldea».
La noche anterior al ataque de Hamás, los analistas de inteligencia comenzaron a reportar pruebas significativas que sugerían que Hamás podría estar preparándose para un ataque dentro de Israel. El jefe del Shin Bet viajó al sur y se dieron órdenes de desplegar una fuerza antiterrorista especial para hacer frente a posibles incursiones, según un informe de investigación en la publicación israelí Yedioth Ahronoth.
Poco después de las 3 de la madrugada del 7 de octubre, un alto funcionario de inteligencia concluyó que la actividad en Gaza era probablemente otro ejercicio de entrenamiento de Hamás y dijo: “Todavía creemos que [el líder de Hamás, Yahya] Sinwar, no está girando hacia una escalada”.
Unas horas más tarde, mientras los funcionarios israelíes se reunían en un centro de mando y luchaban caóticamente por desplegar fuerzas para responder a los múltiples ataques liderados por Hamás, un alto oficial silenció la sala: “La División de Gaza fue dominada”.
Al principio de la guerra contra Gaza, Netanyahu intentó desviar la culpa por no haber previsto los ataques de Hamás a sus servicios de inteligencia. “Contrariamente a las afirmaciones falsas: bajo ninguna circunstancia y en ningún momento se advirtió al Primer Ministro Netanyahu sobre las intenciones de guerra de Hamas”, se lee en un tweet publicado en la cuenta oficial de Twitter de Netanyahu. “Por el contrario, todos los funcionarios de seguridad, incluido el jefe de la inteligencia militar y el jefe del Shin Bet, evaluaron que Hamás había sido disuadido y estaba buscando un acuerdo. Esta evaluación fue presentada una y otra vez al primer ministro y al gabinete por todas las fuerzas de seguridad y la comunidad de inteligencia, hasta el estallido de la guerra”.
Pero persistían serias dudas sobre cómo Hamás pudo sitiar grandes secciones de lo que Israel llama la “envoltura de Gaza” y si Netanyahu tenía conocimiento de que se estaba planeando un ataque de esta misma naturaleza a la vista de los extensos sistemas de vigilancia y redes de espionaje de Israel. . También hay cada vez más evidencia que indica que las fuerzas israelíes recibieron órdenes el 7 de octubre de detener los ataques de Hamás a toda costa, incluida la matanza de civiles israelíes tomados cautivos por combatientes palestinos. El ejército israelí ha indicado que planea llevar a cabo una investigación “sin concesiones” sobre las fallas de inteligencia, lo que provocó la ira de algunos miembros de extrema derecha del gobierno de Netanyahu.
Bajo el fuego de sus propios ministros y partidarios por impugnar las agencias militares y de inteligencia israelíes, Netanyahu se disculpó por sus comentarios, eliminó el tuit y luego adoptó la postura que ahora repite: habrá un momento para tales investigaciones, pero sólo después de que Israel logre victoria total en Gaza y elimina a Hamas. «Lo único que pretendo hacer dimitir es Hamás», dijo en noviembre. «Vamos a resignarlos al basurero de la historia».
Guerra de información
La violenta ideología etnonacionalista en el centro del reinado de Netanyahu nació antes de su mandato y perdurará cuando él ya no esté. Pero su gobierno ha encarnado la versión más extremista y destructiva del proyecto de Estado israelí.
Netanyahu entiende el poder de definir y dominar la narrativa, particularmente cuando se dirige a audiencias estadounidenses. Durante décadas, ha promovido la doctrina propagandística israelí de hasbara – la noción de que los israelíes deben ser agresivos a la hora de “explicar” y justificar sus acciones a Occidente – para manipular a sus adversarios y aliados, nacionales e internacionales, para que sirvan a sus objetivos.
La “visión de Netanyahu de sí mismo como el principal defensor del pueblo judío contra la calamidad le permitió justificar casi cualquier cosa que lo mantuviera en el poder”, observó el ex presidente Barack Obama en sus memorias de 2020.
Después del 7 de octubre, Netanyahu describió el asedio de Israel a una pequeña franja de tierra del tamaño de Filadelfia como una guerra mundial en la que estaba en juego el destino mismo de la humanidad. “No es sólo nuestra guerra. Es tu guerra también”, dijo Netanyahu en su primera entrevista CNN después de los ataques del 7 de octubre. “Es la batalla de la civilización contra la barbarie. Y si no ganamos aquí, este flagelo pasará. Medio Oriente pasará a otros lugares. El Medio Oriente caerá. Europa es la siguiente. Tú serás el próximo”.
El gobierno israelí desplegó rápidamente una estrategia de propaganda multifacética para obtener un apoyo sin precedentes de Estados Unidos y otros gobiernos occidentales para una guerra arrolladora contra toda la población de Gaza. Oponerse a la guerra de Israel es antisemita ; cuestionar sus afirmaciones sobre los acontecimientos del 7 de octubre es similar a negar el Holocausto; Protestar por la matanza masiva de civiles palestinos es cumplir las órdenes de Hamás .
En el centro de la campaña de guerra de información de Israel se encuentra una misión táctica para deshumanizar a los palestinos e inundar el discurso público con una corriente de acusaciones falsas, sin fundamento y no verificables.
“El sábado fuimos golpeados por un ataque cuyo salvajismo puedo decir que no hemos visto desde el Holocausto”, dijo Netanyahu al presidente Joe Biden en una llamada telefónica el 11 de octubre. “Se llevaron a decenas de niños, los ataron, los quemaron y los ejecutaron”. Añadió: “Nunca hemos visto tal salvajismo en la historia del estado. Son incluso peores que ISIS y debemos tratarlos como tales”.
«Estamos luchando contra los animales humanos y actuamos en consecuencia», afirmó el Ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, el 9 de octubre.
El mensaje de estas declaraciones y otras similares era claro: Israel se enfrenta a monstruos, y nadie tiene por qué decirle al Estado judío, establecido después de la Segunda Guerra Mundial bajo el mantra de “Nunca más”, cómo responder a una amenaza. intento de genocidio. Los funcionarios israelíes invocan habitualmente el Holocausto, comparan a Hamás con los nazis o con ISIS y presentan los acontecimientos del 7 de octubre como evidencia de un esfuerzo organizado para cometer genocidio contra el pueblo judío.
El 10 de octubre, tres días después de los ataques, el ejército israelí organizó una gira para que periodistas internacionales vieran la escena en el kibutz Kfar Aza. Mientras guiaban a los periodistas y equipos de cámara a través de la comunidad, los funcionarios de las FDI difundieron rumores que hasta 40 habían sido asesinados por Hamás, algunos de ellos decapitados. “Es algo que nunca vi en mi vida. Es algo que solía imaginar de mi abuela y mi abuelo en Europa y otros lugares”, dijo un general israelí a los reporteros. “Recibimos informes muy, muy inquietantes provenientes del terreno de que había bebés que habían sido decapitados”, dijo El portavoz de las FDI, Jonathan Conricus, en una sesión informativa para periodistas internacionales. “Admito que nos llevó algún tiempo entender realmente y verificar ese informe. Era difícil creer que incluso Hamás pudiera realizar un acto tan bárbaro”.
El teniente coronel Guy Basson, subcomandante de la Brigada Kfir del ejército israelí, afirmó que vio las secuelas de la ejecución de ocho bebés en una guardería del Kibbutz Be’eri. Entre las víctimas, afirmó Basson, también se encontraba un superviviente del campo de exterminio de Auschwitz. “Veo el número grabado en su brazo y te dices a ti mismo: ella pasó por el Holocausto en Auschwitz y terminó muriendo en el Kibbutz Be’eri”. Otro soldado israelí dijo aun periodista que “los bebés y los niños fueron colgados en fila en un tendedero”.
Tres semanas después de los ataques del 7 de octubre, Eli Beer, jefe de un equipo voluntario de EMS en Israel, viajó a Estados Unidos y habló en una reunión en la convención de la Coalición Judía Republicana en Las Vegas. “Vi en mis propios ojos a una mujer que estaba embarazada, de cuatro meses de embarazo”, dijo. “Entraron a su casa, frente a sus hijos, le abrieron el estómago, sacaron al bebé y apuñalaron al pequeño bebé frente a ella y luego le dispararon frente a su familia y luego mataron al resto de los niños.»
Beer ofreció descripciones gráficas de otros horrores que afirmó haber presenciado. “Estos cabrones metieron a estos bebés en un horno y los metieron en el horno. Encontramos al niño unas horas más tarde”, dijo a la audiencia estadounidense el 28 de octubre. “Vi niños pequeños decapitados. No sabíamos qué cabeza pertenecía a qué niño”. Beer, cuyas historias fueron ampliamente difundidas en los medios internacionales, también se reunió con Biden y el secretario de Estado Antony Blinken en Israel poco después del ataque.
Pero hay un problema con las narrativas desgarradoras que han reforzado la justificación subyacente de la matanza de Gaza: o son puras mentiras o no han sido corroboradas con una pizca de evidencia. Muchos de ellos han sido completamente desmentidos por los principales medios de comunicación israelíes.
Inmediatamente después de los ataques, Netanyahu y otros funcionarios israelíes presentaron a los líderes estadounidenses e internacionales con una variedad de imágenes gráficas y videos junto con explicaciones narrativas no verificadas de lo que supuestamente describieron. «Es simplemente depravación de la peor manera imaginable», dijo Blinken después de ver las fotos por primera vez. “Las imágenes valen más que mil palabras. Estas imágenes pueden valer un millón”.
En un golpe a la campaña hasbara de Netanyahu, Biden y otros líderes han blanqueado muchas de las mentiras obscenas de Israel.
En un golpe a la campaña hasbara de Netanyahu, Biden y otros líderes han blanqueado muchas de las mentiras obscenas de Israel. Apenas unos días después del 7 de octubre, Biden afirmó repetidamente que vio personalmente fotografías de bebés decapitados y más atrocidades. Incluso después de que la Casa Blanca admitiera Biden no había visto esas fotos, continuó haciendo la acusación, incluso después de visitar a Netanyahu y otros funcionarios israelíes en Tel Aviv. “Vi algunas de las fotografías cuando estuve allí: atar a una madre y a su hija con una cuerda y luego verterles queroseno y luego quemarlas, decapitar a bebés, hacer cosas que son simplemente inhumanas, total, completamente inhumanas”, dijo Biden. dicho en un evento de campaña en diciembre.
Blinken contó al Senado de Estados Unidos otra historia desgarradora sobre cómo los terroristas de Hamás habían torturado a una familia en su sala de estar mientras tomaban descansos intermitentes para comer una comida que sus víctimas habían colocado en la mesa del comedor antes de que comenzaran los horrores esa mañana. “Un niño y una niña, de 6 y 8 años, y sus padres alrededor de la mesa del desayuno. El ojo del padre fue arrancado delante de sus hijos. A la madre le cortaron el pecho, a la niña le amputaron el pie, al niño le cortaron los dedos antes de ser ejecutados”, dijo Blinken. “Y luego sus verdugos se sentaron y comieron. Eso es a lo que se enfrenta esta sociedad”.
La historia que contó Blinken sobre terroristas comiendo mientras torturaban a una familia israelí, así como algunas de las afirmaciones sobre bebés decapitados, se basaron en la ficción especulativa inventado por Yossi Landau, un funcionario del gobierno plagado de escándalos organización privada de rescate israelí Zaka, que ha difundido repetidamente historias tremendamente falsas.
No hubo ningún sobreviviente del Holocausto asesinado en el Kibbutz Be’eri ese día. No hubo decapitaciones masivas de bebés, ni ejecuciones grupales en una guardería, ni niños colgados de tendederos y no colocar a bebés en hornos. A ninguna mujer embarazada le abrieron el estómago ni le apuñalaron el feto delante de ella y sus otros hijos. Estas historias son completamente ficticias, un conjunto de mentiras audaces utilizadas como arma para generar el tipo de rabia colectiva que se utiliza para justificar lo injustificable.
Según los principales medios de comunicación israelíesSe abre en una nueva pestañaque han trabajado diligentemente para identificar todas las víctimas de los ataques del 7 de octubre, hubo un bebé asesinado ese día: una niña de 9 meses llamada Mila Cohen quien fue asesinada a tiros en el Kibbutz Be’eri mientras su madre la sostenía en brazos. La madre de Cohen, que resultó herida de bala, sobrevivió. Entre los otros civiles asesinados el 7 de octubre, siete tenían entre 2 y 9 años, y 28 tenían entre 10 y 19 años. Catorce de estos niños murieron en ataques con cohetes de Hamás, no a manos de los comandos armados que asaltaron los kibutz.
No hay duda de que durante los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre se cometieron atrocidades y crímenes de guerra generalizados. También es cierto que el ejército, el gobierno y los funcionarios de rescate israelíes han participado en una campaña deliberada de desinformación sobre la naturaleza de muchas muertes que ocurrieron. ese día.
Estas historias son un conjunto de mentiras audaces utilizadas como arma para generar el tipo de rabia colectiva que se utiliza para justificar lo injustificable.
Los funcionarios israelíes han realizado una gira por el mundo con una película producida bajo la dirección de las FDI. Según funcionarios israelíes, “Dando testimonio de la masacre del 7 de octubre”, de 47 minutos, presenta un video supuestamente confiscado a atacantes palestinos equipados con cámaras GoPro y teléfonos celulares. La película no se ha estrenado al público y sólo ha estado disponible mediante invitación especial del gobierno israelí. Sus audiencias han incluido Celebridades de Hollywood, decenas de legisladores y funcionarios gubernamentales, periodistas y luminarias globales estadounidenses; Se ha proyectado en varios lugares internacionales, incluidos museos establecidos en memoria del Holocausto. Si bien hay horas de imágenes de los ataques y sus consecuencias disponibles en línea, incluidos videos filmados por palestinos que participaron en las redadas, el gobierno israelí ha dicho que las imágenes son demasiado sensibles para ser divulgadas públicamente.
Un oficial de las FDI, en uniforme, entrega personalmente el Paquete de Cine Digital producido profesionalmente para las proyecciones, y los espectadores deben firmar acuerdos de confidencialidad afirmando que no grabarán ni distribuirán el metraje. «Cambiará la forma de ver Oriente Medio y la guerra en Gaza», dijo Gilad Erdan, embajador de Israel ante las Naciones Unidas, en el estreno en Los Ángeles del metraje el pasado mes de noviembre. La película se caracterizó en los medios de comunicación por representar«Asesinatos, decapitaciones, violaciones y otras atrocidades contra adultos y niños judíos».
El evento, en el Museo de la Tolerancia, fue organizado por el actor israelí Gal Gadot, protagonista de las películas de “Wonder Woman”, para ejecutivos cinematográficos y otros miembros de la industria de Hollywood. “Hay que erradicar a Hamás. Ésta es la única manera de evitar otra masacre”, añadió Erdan. “Si Israel no erradica este mal, recuerden mis palabras: Occidente será el siguiente”.
Si bien Israel ha enfatizado cuán incendiarias son las imágenes, el periodista británico Owen Jones, que asistió en una proyección de las FDI en el Reino Unido, dijo que una “cantidad significativa” del vídeo ya es de dominio público. Dijo que si bien había imágenes de un soldado de las FDI que aparentemente había sido decapitado, así como las imágenes ya públicas de un intento fallido de decapitar a un trabajador migrante tailandés con una herramienta de jardinería, no había imágenes que fundamentaran las acusaciones de tortura y violencia sexual. y decapitaciones masivas, incluso de bebés u otros niños. “Claramente este metraje no ha sido seleccionado al azar. Uno esperaría que fuera el peor material que tienen”, dijo Jones. «Esto no quiere decir que nada de esto haya sucedido, simplemente no está en las imágenes proporcionadas por las autoridades israelíes».
La campaña hasbara de Israel recuerda al carnaval de mentiras de meses de duración de la administración Bush, saneadas y promovidas por los principales medios de comunicación , sobre supuestas armas de destrucción masiva en Irak. Y Biden también participó directamente en la campaña del presidente George W. Bush. En su discurso en el Senado de octubre de 2002, en el que respaldaba la guerra contra Irak, Biden declaró que Saddam Hussein “posee armas químicas y biológicas y busca armas nucleares”.
Denuncias de violación sistemática
La maquinaria propagandística israelí está bien engrasada. Cualquiera puede mirar retrospectivamente la guerra de cuatro meses de Israel contra Gaza y rastrear un patrón: Israel elige un tema y exige atención global a su agenda a expensas de cualquier otro asunto.
Cuando las organizaciones de noticias comenzaron a informar sobre el número de víctimas civiles de los ataques aéreos iniciales de Israel contra Gaza, el gobierno acusó afotógrafos de las principales organizaciones de noticias de ser miembros o simpatizantes de Hamas que tenían conocimiento previo de los ataques del 7 de octubre. Netanyahu dijo que los periodistas eran “cómplices de crímenes contra la humanidad”. Luego, Israel describió los hospitales de Gaza como centros de comando secretos de Hamás, una acusación que la administración Biden reforzó cuando las FDI se preparaban para sitiar el hospital Al-Shifa en noviembre pasado.
A lo largo de la guerra, Israel ha tratado de dirigir la atención de los medios y del mundo hacia varias narrativas nuevas y irrefutables. Y en casi todos los casos, logra que Estados Unidos se sume para blanquear y promover los temas de conversación.
A finales de noviembre, mientras aumentaba el número de muertos civiles en Gaza, Israel luchaba por mantener su dominio de la narrativa. Las demandas globales de un alto el fuego estaban aumentando, e incluso algunos de los aliados de Israel estaban expresando horror ante la matanza indiscriminada de mujeres y niños y el empeoramiento de la catástrofe humanitaria.
Una tregua de una semana, durante la cual se intercambiaron cautivos, generó esperanzas que podría estar en el horizonte un acuerdo de paz más duradero, a pesar de la insistencia israelí de que eso estaba fuera de discusión. “Un alto el fuego prolongado que permita la liberación de más rehenes y que evolucione hacia un alto el fuego permanente vinculado a un proceso político es algo sobre lo que tenemos consenso”, dijo Josep Borrell, máximo responsable de política exterior de la UE.
Días antes, los primeros ministros de España y Bélgica viajaron a la frontera de Rafah para impulsar un acuerdo de ese tipo y provocaron la ira del gobierno israelí cuando condenaron públicamente la matanza indiscriminada de civiles palestinos. Eli Cohen, entonces ministro de Asuntos Exteriores israelí, acusó a los líderes de ofrecer “apoyo [al] terrorismo”, mientras que Netanyahu emitió un comunicado condenándolos porque “no atribuyeron responsabilidad total a Hamás por los crímenes contra la humanidad que perpetró”.
Cualquiera puede mirar retrospectivamente la guerra de cuatro meses de Israel contra Gaza y rastrear un patrón: Israel elige un tema y exige atención global a su agenda a expensas de cualquier otro asunto.
Fue en ese momento que el gobierno israelí decidió que necesitaba recordarle al mundo el victimismo de Israel y lanzó una nueva fase de la campaña hasbara. Comenzó acusando a la comunidad internacional de guardar silencio ante lo que los funcionarios israelíes describieron como una campaña generalizada de violaciones y violencia sexual dirigida a mujeres judías y orquestada por Hamás el 7 de octubre. A principios de diciembre, el tema se había convertido en un foco importante de atención. medios conservadores y los aliados de Israel.
“Les digo a las organizaciones de derechos de las mujeres, a las organizaciones de derechos humanos, ¿han oído hablar de la violación de mujeres israelíes, de atrocidades horribles, de mutilaciones sexuales? ¿Dónde demonios estás?» Netanyahu dijo en un discurso el 5 de diciembre en Tel Aviv.
Ese día, al otro lado del mundo, Biden estaba en un evento de recaudación de fondos de campaña en Boston. “Durante las últimas semanas, los sobrevivientes y testigos de los ataques han compartido horribles relatos de una crueldad inimaginable: informes de mujeres violadas, violadas repetidamente y sus cuerpos mutilados en vida, de cadáveres de mujeres profanados y terroristas de Hamás infligiendo tanto dolor y sufrimiento tanto como sea posible sobre las mujeres y las niñas y luego asesinarlas. Y es espantoso”, dijo Biden. “El mundo no puede simplemente mirar hacia otro lado: lo que está pasando. Depende de todos nosotros –el gobierno, las organizaciones internacionales, la sociedad civil, los ciudadanos individuales– condenar enérgicamente la violencia sexual de los terroristas de Hamás sin equívocos, sin equívocos, sin excepción”.
Desde los primeros momentos después de los ataques del 7 de octubre, Israel denunció que combatientes de Hamas habían violado a mujeres, aunque a menudo era una acusación hecha en secuencia junto con otras supuestas atrocidades. Pero a mediados de noviembre, esas afirmaciones comenzaron a convertirse en un bombardeo público sostenido, acusandoS Hamás de instituir un plan para “violar sistemáticamente a las mujeres”. Habla el portavoz del gobierno de Israel, Eylon Levy de una “máquina violadora de Hamás”.
“Hamas utilizó la violación y la violencia sexual como armas de guerra”, acusa Erdan, el embajador de la ONU. “Estas no fueron decisiones espontáneas de profanar y mutilar a niñas y hacerlas exhibir mientras los espectadores vitoreaban; más bien, esto fue premeditado”.
Hasta la fecha, no se ha presentado públicamente ninguna prueba creíble de que tal campaña haya tenido lugar, y Hamás ha negado con vehemencia que sus combatientes hayan cometido actos de violación o agresión sexual. El hecho de que Israel no haya presentado pruebas forenses de violaciones individuales no prueba que tales hechos no hayan tenido lugar. Las investigaciones de violación suelen ser complejas, particularmente cuando el crimen ocurre en medio de una escena caótica de violencia masiva . La violencia sexual es común en la guerra y, a menudo, pasan años antes de que surja la historia completa de tales crímenes.
Pero hay una diferencia entre hacer acusaciones específicas de violación o agresión sexual y acusar de que la violación masiva organizada fue un componente central de una operación meticulosamente planificada a lo largo de años. Las pruebas de Israel sobre esto último no están ni cerca de estar a la altura de sus afirmaciones.
Los trabajadores de rescate israelíes, así como funcionarios médicos civiles y militares, han descrito evidencia de mujeres muertas que estaban desnudas o a quienes les habían quitado la ropa, así como de mujeres que fueron sometidas a mutilación genital, aunque no han publicado pruebas documentales o forenses.
Pero muchas de las acusaciones más gráficas Las violaciones masivas han sido ofrecidas por militares israelíes o funcionarios de rescate que reconocen que no tienen capacitación o experiencia en medicina forense. Algunos de ellos, cuyas afirmaciones han aparecido en muchos medios de comunicación, también difundieron historias falsas sobre otras supuestas atrocidades.
Shari Mendes, una arquitecta que sirve en las reservas de las FDI en una unidad rabínica, fue enviada a una morgue para preparar los cuerpos para el entierro después de los ataques. Mendes, estadounidense originaria de Nueva Jersey, realizó múltiples entrevistas impresas y televisivas sobre sus experiencias. “Hemos visto mujeres que han sido violadas, desde niñas hasta ancianas”, dijo .Se abre en una nueva pestañaperiodistas, enfatizandoSe abre en una nueva pestaña«Esto no es sólo algo que vimos en Internet, vimos estos cuerpos con nuestros propios ojos».
Durante meses, Mendes ha sido uno de los testigos más visibles que respaldan las acusaciones de violación sistemática de Israel. Pero pocos medios de comunicación que presentaron sus afirmaciones han mencionado las preocupaciones válidas sobre su credibilidad y su historial de promover una historia falsa. Ella dijo El Daily Mail publicó en octubre pasado: “A una mujer embarazada le extrajeron un bebé y lo decapitaron, y luego decapitaron a la madre”.
El 5 de diciembre, mientras Israel participaba en una campaña mediática mundial en torno a sus acusaciones de que Hamás había cometido violaciones masivas, Mendes fue uno de los oradores destacados en un evento en Nueva York organizado por la misión de Israel ante la ONU sobre la violencia sexual y los ataques del 7 de octubre. El Times of Israel informó que Mendes “no está legalmente calificado para determinar la violación”.
Las observaciones de los socorristas o de los miembros de las unidades de entierro religioso, particularmente aquellos sin credenciales científicas relevantes, no reemplazan la documentación forense de una escena del crimen no contaminada. Las autoridades israelíes han dicho que las pruebas que normalmente se tomarían en casos de sospecha de agresión sexual no se recuperaron después de los ataques, atribuyendo este fracaso a una combinación de la magnitud de las muertes, la naturaleza carbonizada de algunos cuerpos y el entierro judío. prácticas.
Algunas de las pruebas citadas públicamente El testimonio de funcionarios israelíes es proporcionado por Zaka, la organización privada de rescate israelí cuyos miembros, según se ha documentado ampliamente, han difundido acusaciones falsas. Haaretz publicó una exposición documentando el papel de Zaka en el mal manejo desenfrenado de la evidencia forense ese día y su posterior campaña de desinformación.
El gobierno israelí ha sostenido que posee pruebas que no se han hecho públicas y ha alistado equipos internacionales de expertos forenses y otros expertos en la escena del crimen. El Ministerio de Bienestar y Asuntos Sociales de Israel dijo al New York Times hay “al menos tres mujeres y un hombre que fueron agredidos sexualmente y sobrevivieron”.
Pero otros funcionarios israelíes han declarado que no se conocen víctimas vivas de violación ese día, mientras que algunos han descrito el desafío de identificar víctimas potenciales.
El 28 de diciembre, el New York Times publicó lo que instantáneamente se convirtió en la noticia de mayor circulación. que pretende documentar una campaña generalizada de violencia sexual orquestada por Hamás. Esa historia ha sido objeto de un intenso escrutinio. incluso dentro de la sala de redacción del Times.
La familia de Gal Abdush, cuya presunta violación estaba en el centro del artículo del Times, cuestionó la afirmación del artículo de que fue violada. Un familiar también sugirió que la familia fue presionada, bajo falsos pretextos, para hablar con los periodistas. La hermana de Abdush escribió en Instagram que los reporteros del Times “mencionaron que querían escribir un informe en memoria de Gal, y eso es todo. Si supiéramos que el título trataría sobre violación y carnicería, nunca lo aceptaríamos”. Le dijo a YNet una mujer que filmó Abdush el 7 de octubre.Se abre en una nueva pestañaque los periodistas israelíes que trabajaban para el Times la habían presionado para que le diera acceso al periódico a sus fotografías y vídeos. “Me llamaron una y otra vez y me explicaron lo importante que es la hasbara israelí”, recordó. Esta serie de eventos fue documentada extensamente por Mondoweiss.
Los críticos de la historia del Times también señalaron las inconsistencias de los relatos de algunos de los presuntos testigos presentados, así como al uso de información proporcionada por miembros de Zaka.
Varios israelíes que sobrevivieron a los ataques del 7 de octubre han afirmado públicamente que fueron testigos de violaciones por parte de agresores palestinos, pero los investigadores israelíes han dicho que todavía están buscando pruebas que lo respalden. Las autoridades también dicen que deben relacionar a las presuntas víctimas con testimonios específicos de testigos oculares para poder presentar posibles cargos.
Lo que a menudo no se menciona en las amplias acusaciones de Israel es un hecho importante: Hamás no fue el único grupo palestino que atacó a los israelíes el 7 de octubre. Muchas personas que no tenían conocimiento de los planes de Hamás cruzaron la frontera y cometieron actos de violencia en lo que se ha referido. como una “segunda ola” no planificada. Algunos de estos no-Hamas Los palestinos también llevaron a rehenes israelíes a Gaza.
Un superviviente de la masacre del festival de música Nova, un veterano de las fuerzas especiales de Israel, ha concedido múltiples entrevistas a los principales medios de comunicación, incluido el New York Times, sobre una violación que afirma haber presenciado. Durante una aparición en CNN, Raz Cohen describió alos agresores como “Cinco tipos: cinco civiles de Gaza, tipos normales, no soldados, no Nukhba”, en referencia a la fuerza de comando de élite de Hamás. «Era gente normal de Gaza con ropa normal». Cabe señalar que Cohen ha contado versiones diversas, a veces contradictorias, de lo que presenció.
Israel ha descrito todas las acciones del 7 de octubre como cometidas por Hamás y sus combatientes. Esa historia obviamente sirve a los objetivos militares y políticos de Israel, pero la verdad es más complicada.
A la luz de la bien documentada campaña de mentiras y desinformación de Israel sobre otros acontecimientos del 7 de octubre, las acusaciones incendiarias, como las de que Hamas participó en una campaña deliberada de violaciones sistemáticas, deben verse con extremo escepticismo.
Fuego amigo
Mientras muchos medios de comunicación y políticos estadounidenses han promovido y blanqueado las afirmaciones de Israel, difundiéndolas por todas partes, ha habido fuertes voces entre el público y los medios israelíes que han mostrado escepticismo. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a las acciones tomadas por las fuerzas israelíes en respuesta a los ataques del 7 de octubre. Dentro de Israel crecen los llamamientos, encabezados por los supervivientes y las familias de las víctimas, para que el gobierno israelí proporcione una explicación fáctica de cómo murieron sus seres queridos: ¿fueron asesinados por militantes palestinos o por el ejército israelí?
Los medios de comunicación israelíes han transmitido entrevistas con supervivientes y personal de las FDI que describen lo que ellos llaman incidentes de “fuego amigo” , incluido el bombardeo de una casa donde comandos de Hamás mantenían como rehenes a civiles israelíes. Las familias de algunos israelíes asesinados en el Kibbutz Be’eri han citado testigos que dijeron que un tanque israelí disparó contra una casa llena de civiles israelíes retenidos como rehenes el 7 de octubre. Una docena de rehenes, entre ellos gemelos de 12 años, murieron dentro de la casa después de que las fuerzas israelíes comenzaron a bombardearla.
«Según las pruebas, el disparo al tanque fue fatal y mató a muchos rehenes además de los terroristas», escribieron las familias. en una carta del 4 de enero al jefe de personal de las FDI. Dada la “gravedad del incidente, no creemos que sea correcto esperar con la investigación hasta después del final de la guerra”. Exigieron una “investigación exhaustiva y transparente sobre las decisiones y acciones que llevaron a este trágico desenlace”. Brigada militar israelí. El general Barak Hiram admitió desde entonces que ordenó el bombardeo ese día. “Las negociaciones han terminado”, recordó. «Irrumpir, incluso a costa de víctimas civiles».
Yasmin Porat, que escapó de los horrores del festival de música Nova y buscó refugio en una casa en Be’eri, ofreció amplios detalles sobre este incidente, como informó Electronic Intifada en una serie de entrevistas con medios israelíes, Porat describió cómo comandos palestinos entraron a la casa y dijeron a los civiles israelíes que tenían la intención de tomarlos como rehenes y, después de trasladarlos a un lugar con otros rehenes en el kibutz, finalmente utilizaron a sus cautivos israelíes para contactar a la policía para negociar. “Su objetivo era secuestrarnos y llevarnos a Gaza. No para asesinarnos”, dijo a la cadena israelí Kan News. “Y después de dos horas de estar allí con los secuestradores, llega la policía. Se produce un tiroteo que comenzó nuestra policía”.
Porat, quien dijo que sus captores “nos trataron con mucha humanidad”, describió cómo logró escapar de la casa convenciendo a uno de los pistoleros de que saliera con ella. Después de utilizarla como “escudo humano” para salir de la casa, la palestina fue detenida y Porat permaneció en el lugar mientras las fuerzas israelíes sitiaban la casa. “Eliminaron a todos, incluidos los rehenes. Hubo un fuego cruzado muy, muy intenso”, dijo. “Todos fueron asesinados allí. Simplemente horrible”.
Otros testigos en Be’eri han descrito cómo las fuerzas israelíes pudieron recuperar el kibutz de manos de los combatientes palestinos sólo después de que las FDI bombardearan las casas donde se encontraban rehenes.
También hay evidencia lo que indica que las fuerzas israelíes que respondieron a los ataques en el festival de música Nova, donde murieron 364 personas, pueden haber matado a civiles israelíes mientras atacaban a militantes palestinos, incluso con municiones disparadas desde helicópteros Apache. Yedioth Ahronoth y otros importantes medios de comunicación israelíes han publicado informes que detallan el fuego masivo desde helicópteros de combate y drones desatados contra los hombres armados que irrumpieron violentamente en el festival. Fuentes militares descritas la dificultad para distinguir a los civiles de los atacantes, particularmente en las primeras fases del contraataque israelí.
En el relato periodístico más amplio hasta la fecha sobre los acontecimientos que rodearon las operaciones militares israelíes el 7 de octubre, Ronen Bergman y Yoav Zitun, dos periodistas israelíes prominentes y bien conectados, escribieron sobre el estado de caos y pánico dentro del establishment de seguridad. Describieron “una cadena de mando que falló casi por completo y fue completamente sorprendida; Órdenes de abrir fuego contra vehículos terroristas que se dirigían a toda velocidad hacia Gaza, incluso cuando existía la preocupación de que contuvieran cautivos: una especie de versión renovada de la Directiva Aníbal”.
La Directiva Aníbal, que data de 1986 y ha sido objeto de gran controversia en Israel, autorizaba a las fuerzas militares a detener el secuestro de soldados israelíes a toda costa, incluso si eso significaba disparar o herir a los cautivos. En una investigación de 2003, el periódico israelí Haaretz informó sobre la interpretación generalizada de la directiva: “Desde el punto de vista del ejército, un soldado muerto es mejor que un soldado cautivo que sufre y obliga al Estado a liberar a miles de cautivos para obtener su liberar.»
La Directiva Hannibal supuestamente fue rescindida en 2016. Pero Bergman y Zitun informan que al mediodía del 7 de octubre, las FDI emitieron una orden similar, ordenando a todas las unidades que impidieran que Hamás trajera rehenes de regreso a Gaza y que lo hicieran “a cualquier costo”. Describen helicópteros artillados, drones y tanques israelíes disparando contra todos y cada uno de los automóviles en ruta a Gaza, quemándolos y, en algunos casos, matando a todos los que estaban dentro de los vehículos. Haaretz informó sobre un comandante de las FDI, encerrado en un búnker subterráneo, pidiendo un ataque contra sus propias bases “para rechazar a los terroristas”.
La verdad es que no sabemos cuántos de su propio pueblo mataron las fuerzas israelíes durante la contraofensiva del 7 de octubre. Tampoco sabemos qué pasó en los tiroteos cuando israelíes armados, incluidos personal militar y de seguridad privada de los kibutz, intentaron defender sus asentamientos.
¿Cuántos israelíes (soldados y civiles) murieron en el caos y sus muertes fueron registradas como asesinadas o sádicamente quemadas vivas por Hamás?
Más allá del mortal bombardeo de la casa en Be’eri, al público se le han dado muy pocos detalles de lo que ocurrió exactamente cuando las fuerzas militares oficiales israelíes se desplegaron para enfrentar a los comandos de Gaza. Las fuerzas militares y policiales israelíes participaron en prolongados enfrentamientos y tiroteos con pistoleros palestinos escondidos en casas, comisarías, instalaciones militares y otros edificios, a menudo reteniendo rehenes. En algunos casos, estas batallas duraron días.
En noviembre, el presentador de MSNBC, Mehdi Hasan, preguntó al asesor principal de Netanyahu, Mark Regev, sobre algunas de las mentiras dichas por funcionarios y soldados israelíes sobre los acontecimientos del 7 de octubre. Regev comentó que cuando se demuestra que una afirmación es falsa, Israel se retracta o la aclara. «Originalmente dijimos que en el atroz ataque de Hamás contra nuestro pueblo el 7 de octubre teníamos una cifra de 1.400 víctimas y ahora la hemos revisado a la baja a 1.200 porque entendimos que habíamos sobreestimado, cometimos un error», dijo Regev. dichoLuego agregó: “En realidad, había cuerpos que estaban tan quemados que pensamos que eran nuestros; al final, aparentemente eran terroristas de Hamás”.
La agencia de seguridad social de Israel ha declarado que el número de muertos desde el 7 de octubre es de 1.139 personas. Ha identificado a 695 civiles israelíes asesinados ese día, junto con 71 extranjeros, la mayoría de los cuales eran trabajadores migrantes. Se informó de la muerte de unos 373 miembros de las fuerzas militares y de seguridad israelíes muerto.
Israel ha estimado que entre 1.000 y 1.500 combatientes palestinos murieron ese día, muchos de ellos durante ataques lanzados con armas avanzadas disparadas desde tanques, helicópteros y drones. ¿Cuántos israelíes (soldados y civiles) murieron en el caos y sus muertes fueron registradas como asesinadas o sádicamente quemadas vivas por Hamás? ¿Cuántas vidas israelíes fueron sacrificadas bajo órdenes al estilo Aníbal para evitar a toda costa que fueran tomados como rehenes?
Las respuestas a estas preguntas no traerán absolución a quienes iniciaron la matanza del 7 de octubre. Ningún civil habría muerto en esas comunidades israelíes si Hamás no hubiera lanzado sus operaciones. También es cierto que si Israel no se hubiera involucrado en una campaña de 75 años de limpieza étnica y apartheid , no habría habido un 7 de octubre. La ilusión promovida por el Estado israelí de que su pueblo podría vivir una vida bucólica en “Gaza” El sobre” mientras su gobierno imponía el enjaulamiento y la represión de 2,3 millones de palestinos vecinos se hizo añicos.
Las familias de los muertos merecen tener respuestas. Los detalles de lo que ocurrió ese día también importan debido a cómo estos acontecimientos han moldeado la actitud pública hacia la guerra de Israel, con su horripilante número de muertos, particularmente entre los niños palestinos.
Justificaciones defectuosas
La manipulación cínica de la verdad ha sido un sello distintivo de la carrera de Netanyahu. Durante mucho tiempo ha abogado por que Hamás alcance y mantenga el poder en Gaza precisamente porque creía que era el mejor camino para lograr su propia agenda colonial.
«Cualquiera que quiera frustrar el establecimiento de un Estado palestino tiene que apoyar el fortalecimiento de Hamás y la transferencia de dinero a Hamás», dijo Netanyahu a sus aliados del Likud en 2019. La lógica era clara: el mundo nunca dará a los palestinos un Estado mientras Hamás permanezca en el poder. Por eso, al menos desde 2012, Netanyahu ha facilitado el flujo continuo de dinero a Hamás.
El 18 de enero, cuando los horrores en Gaza se intensificaban, los diplomáticos estadounidenses y europeos decían a cualquiera que quisiera escuchar que estaban inmersos en la planificación de un escenario del “día después” que allanaría el camino para una solución de dos Estados. Netanyahu respondió a esta charla dando un discurso televisado en hebreo. «Aclaro que en cualquier acuerdo en el futuro previsible, con acuerdo o sin acuerdo, Israel debe tener control de seguridad sobre todo el territorio al oeste del río Jordán», dijo Netanyahu. “Esa es una condición necesaria. Choca con el principio de soberanía pero ¿qué se puede hacer?”
Si bien fue reportado como una reprimenda desafiante a sus aliados estadounidenses y europeos, no había nada nuevo en la posición de Netanyahu. Ésta ha sido la postura oficial del partido Likud desde sus estatutos de 1977. “Entre el mar y el Jordán sólo habrá soberanía israelí”, dice el documento. “Un plan que renuncia a partes del oeste de Eretz Israel, socava nuestro derecho al país, conduce inevitablemente al establecimiento de un ‘Estado palestino’, pone en peligro la seguridad de la población judía, pone en peligro la existencia del Estado de Israel y frustra cualquier perspectiva de paz”.
Los hospitales son Hamás, la ONU es Hamás, los periodistas son Hamás, los aliados europeos son Hamás, la Corte Internacional de Justicia es antisemita.
Las mentiras que se difundieron inmediatamente después de los ataques del 7 de octubre no terminaron ahí. Casi todas las semanas, a veces todos los días, el gobierno y el ejército israelíes han lanzado una nueva andanada de acusaciones destinadas a justificar la matanza en curso. Los hospitales son Hamás, la ONU es Hamás, los periodistas son Hamás, los aliados europeos son Hamás, la Corte Internacional de Justicia es antisemita. La táctica es eficaz, sobre todo porque Estados Unidos y otros aliados importantes han blanqueado sistemáticamente las acusaciones no verificadas de Israel como prueba de la rectitud de la causa.
El ejemplo más reciente es la campaña de Israel para destruir la UNRWA, la organización humanitaria más importante de Gaza, que se estableció en 1949 específicamente para proteger a los palestinos expulsados violentamente de sus hogares y tierras por la creación del Estado israelí. Casi inmediatamente después de que la CIJ falló contra Israel en el caso de genocidio presentado por Sudáfrica en La Haya, Israel acusó a 12 de los 30.000 empleados de la organización de participar en los ataques del 7 de octubre.
Luego Israel presentó Estados Unidos y otros gobiernos tenían “inteligencia” que afirmaban haber obtenido de los interrogatorios de cautivos palestinos, documentos recuperados de los cuerpos de palestinos muertos, teléfonos celulares incautados e interceptaciones de señales. Israel acusó que el 10 por ciento del personal local de 12.000 personas de la UNRWA en Gaza tenía algún tipo de “vínculos” con Hamás. «La institución en su conjunto es un refugio para la ideología radical de Hamas», dijo un alto funcionario israelí anónimo al Wall Street Journal en un artículo ampliamente citado escrito por un ex FDI.Se abre en una nueva pestaña soldado.
La acusación, llena de insinuaciones, de que el personal de la UNRWA tiene “vínculos” indefinidos con Hamás y la Jihad Islámica, o “parientes cercanos” que pertenecen a los grupos, es una acusación ridícula dado que Hamás no es sólo una milicia armada, sino también la autoridad civil gobernante en Gaza.
Estados Unidos respondió a las acusaciones de Israel anunciando inmediatamente que suspendería toda la financiación al OOPS. «No hemos tenido la capacidad de investigar [las acusaciones] nosotros mismos», admitió Blinken el 30 de enero. Sin embargo, declaró: “Son muy, muy creíbles”.
Pero los periodistas de Sky News revisaron el llamado expediente e informaron , “Los documentos de inteligencia israelíes hacen varias afirmaciones de las que Sky News no ha visto pruebas y muchas de las afirmaciones, incluso si son ciertas, no implican directamente a la UNRWA”. El Canal 4 de Gran Bretaña también obtuvo el documento y determinó «no proporciona ninguna evidencia que respalde su nueva y explosiva afirmación de que el personal de la UNRWA estuvo involucrado en ataques terroristas contra Israel». El Financial Times, que también revisó los materiales, informó Hubo acusaciones específicas de participación directa en los ataques del 7 de octubre contra cuatro palestinos empleados por la UNRWA, no 12 como se afirmó originalmente.
Este fue un intento transparente por parte de Israel de distraer la atención de las sentencias en el caso de genocidio de la CIJ y de borrar una agencia de la ONU que Israel ha considerado durante mucho tiempo como un impedimento para su objetivo de negar a los palestinos el derecho a regresar a los hogares y territorios de los que Israel los expulsó. También fue una acción que violó explícitamente las órdenes emitidas por el tribunal mundial, que ordenó a Israel «tomar medidas inmediatas y efectivas para permitir la prestación de servicios básicos y asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia». Basándose únicamente en las amplias y no verificadas acusaciones de Israel, Estados Unidos lideró a decenas de naciones occidentales a denunciar a la agencia de la ONU y retirar su financiación en el momento en que más se necesita.
Desde armas e inteligencia hasta apoyo político, diplomático y legal, Israel no ha necesitado nada de la administración Biden. Mientras tanto, la creciente pila de cadáveres de civiles palestinos y sus familiares supervivientes están relegados a las reflexiones elaboradas por políticos occidentales a quienes se les ha dicho que de vez en cuando deberían incluir una o dos líneas en sus discursos sobre la muerte y el sufrimiento en Gaza.
La propaganda y las mentiras armadas sólo pueden oscurecer los cadáveres, la hambruna forzada, la matanza masiva de niños y la destrucción total de una sociedad entera durante tanto tiempo. Con el tiempo, resulta cada vez más difícil ocultar el nexo entre las acciones tomadas por Israel después del 7 de octubre, las narrativas mendaces que utilizó y la lucha desesperada de Netanyahu por retener el poder político y su libertad personal. Las 1.200 víctimas israelíes e internacionales del 7 de octubre, y los más de 27.000 palestinos cuyas muertes fueron justificadas en sus nombres, merecen una interpretación sin adornos de la verdad.
Este artículo fue publicado originalmente en The Intercept.
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