Gracias al programa de alfabetización de la URSS, en 20 años la cifra de personas que sabían leer y escribir aumentaron alrededor del 60%, llegando hasta casi la totalidad de la población.
Por Daniel Alonso | Universidad Obrera
La falta de educación de los obreros en Rusia tras la revolución de 1917 era un problema de máxima urgencia que se planteaba de cara a la construcción del naciente poder soviético. El analfabetismo de la población era casi general (alrededor del 80% del pueblo no sabía leer ni escribir) por lo que la actuación fue inmediata. El 26 de octubre de 1917 el Comité Central del Partido creó el Comisariado del Pueblo para la Educación en el II Congreso de los Soviets de Petrogrado con la intención de acabar con el analfabetismo e impulsar la escolarización universal.
Unos días después, el Comisario del Pueblo para la Educación escribía:
“Por todas partes en Rusia, en particular entre los obreros de las ciudades, pero también entre los campesinos, crece la marea del movimiento de educación cultural; las organizaciones de este género se multiplican hasta el infinito entre los obreros y los soldados; ponerse a la cabeza de ellas, prestarles el máximo apoyo, facilitarles su tarea es un deber primordial para el gobierno revolucionario y popular en et campo de la instrucción pública.”
“La misión de la Comisión de Estado es de enlace y apoyo; deberá organizar, en escala nacional, las fuentes del apoyo material, ideológico y moral a las instituciones de enseñanza municipales y privadas, y especialmente a las instituciones de la clase trabajadora.” (Decreto sobre la educación popular).
Se crearon los Soviets de enseñanza, elegidos por el pueblo, que se encargaron de organizar en sus zonas la administración de la educación. Un año después se implantó la Escuela Única del Trabajo, donde todos los establecimientos de enseñanza pasaron a depender del Comisariado con la finalidad de crear una red única de enseñanza que estuviera unificada y que ligara esta a la producción. Para ello se nacionalizaron todos los centros privados, pertenecientes la mayoría de ellos a la Iglesia, y se aseguró la escolarización de todos los niños de 6 a 17 años en dos niveles. La educación se volvió gratuita para todo el pueblo y se acabó con los lazos que la unían a la religión, además se eliminó la diferenciación entre las actividades manuales e intelectuales. Destacaron novedosos métodos de enseñanza y evaluación que no se habían utilizado hasta entonces y que rompieron completamente con el método de enseñanza del zarismo.
A pesar de estas reformas, la tasa de analfabetismo era tan alta que Lenin firmó la creación del Likbez o “liquidación del analfabetismo” a finales de 1919 donde se hizo obligatorio el aprendizaje de la lengua materna a toda la población comprendida entre los 8 y 50 los años. Mediante esta campaña que duró dos décadas, se planificó la alfabetización en los diferentes sectores de la sociedad (trabajadores, campesinos, jóvenes, etc.) estableciendo cuotas de porcentajes específicos de alfabetización a los que se tenía que llegar en un periodo determinado.
Para esta campaña era de vital importancia concienciar a la juventud sobre la capacidad que tiene a la hora de abordar la cuestión. Lenin, en su discurso en el III Congreso de las Juventudes Comunistas decía las siguientes palabras:
“Con algunos ejemplos, extraídos de la experiencia del trabajo de ciertas organizaciones de la juventud, quisiera mostrarles ahora, con la máxima claridad, cómo debe hacerse la educación del comunismo. Todo el mundo habla de la liquidación del analfabetismo. Como saben, en un país de analfabetos es imposible construir una sociedad comunista. No basta con que el poder de los soviets dé una orden, o que el partido lance una consigna, o que determinado contingente de los mejores militantes se dedique a esta tarea. Es preciso que la joven generación ponga también manos a la obra. El comunismo consiste en que la juventud, los muchachos y muchachas pertenecientes a la Unión de Juventudes se digan: he aquí el trabajo que nosotros debemos realizar; nos agruparemos e iremos a todos los pueblos a liquidar el analfabetismo, para que la próxima generación no tenga analfabetos. Aspiramos a que toda la iniciativa de la juventud en formación se dedique a esta obra. Ustedes saben que es imposible trasformar rápidamente la Rusia ignorante e iletrada, en una Rusia instruida; pero si la Unión de Juventudes pone en ello su empeño, si toda la juventud trabaja para el bienestar de todos, los 400.000 jóvenes que la componen tendrán el derecho de llamarse Unión de Juventudes Comunistas.” (Discurso de Lenin en el III Congreso de las Juventudes Comunistas de Rusia – Moscú, 1920).
Los resultados de la Campaña Likbez fueron excepcionales:
- 1917: 25,2% de alfabetización (37,9% hombres y 12,5% mujeres)
- 1926: 51% de alfabetización (65,4% hombres y 36,7% mujeres)
- 1939: 81,1%-89,7% de alfabetización
- 1950 (década): casi 100% de alfabetización
En 20 años la cifra de las personas que sabían leer y escribir aumentaron alrededor del 60%, llegando hasta casi la totalidad de la población. Pero el nivel de formación de los trabajadores no se quedó ahí, desde la década de los años 20 a la década de los años 50, la cifra de hombres y mujeres que estudiaron Educación Secundaria aumentó un 40%, como indica la siguiente tabla.
La importancia de la instrucción de todos los trabajadores también se recogía en uno de los artículos de la Constitución Soviética de 1936:
Artículo 121.— Los ciudadanos de la URSS tienen derecho a la instrucción. Garantizan este derecho la enseñanza general y obligatoria de ocho grados, la gran amplitud de la enseñanza media politécnica general, de la enseñanza profesional y técnica, y de la enseñanza media especializada y superior, basadas en la vinculación del estudio con la vida, con la producción; el fomento máximo de la enseñanza nocturna y por libre, la gratuidad de toda clase de enseñanza y el sistema de becas del Estado; la enseñanza en las escuelas en la lengua materna, y la organización en las fábricas, sovjoses y koljoses de la enseñanza gratuita fabril, técnica y agronómica para los trabajadores.
Este artículo demuestra el gran esfuerzo que desempeñó el gobierno soviético para educar a las masas, no solo en la lectura y la escritura, sino en profesiones concretas. La Unión Soviética permitió que toda la población tuviera acceso gratuito a estudios superiores y pudiera desarrollar su conocimiento ligando este aprendizaje con la práctica y la producción.
No cabe duda de que el gobierno de Lenin y posteriormente de Stalin afrontaron el analfabetismo de la población de una manera brillante. Sin estos datos, es imposible comprender cómo el socialismo consiguió llevar a los pueblos soviéticos a la vanguardia de la humanidad.
Fuentes:
– Decreto sobre la a educación popular (Lunacharsky, A. V., 2017).
– Lunacharsky y la organización soviética de la educación y de las artes (Fitzpatrick, S., 1977).
– Discurso de Lenin en el III Congreso de las Juventudes Comunistas de Rusia (Lenin, 1920).
– Uprooting Otherness: The Literacy Campaign in NEP-Era Russia (Clark, Charles E., 2000).
– Education and Literacy Data in Russian and Soviet Censuses (Liebowitz, Ronald, 1986).
– Constitución de la URSS (1936).
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