Educación para la pazz
Por Miguel Ángel González laguna
México vive una sangrienta lucha contra el narcotráfico que el año pasado cumplió 10 años de su inicio, que ha dejado por lo menos 100 mil muertos y 30 mil desaparecidos sin hablar de los miles de desplazados que han huido de sus comunidades víctimas de la violencia.
El narcotráfico no simples organizaciones criminales, en la actualidad estas organizaciones criminales han evolucionado y se han convertido en estructuras paralelas al Estado, en algunas zonas del país han logrado controlar la vida cotidiana a lo largo de grandes territorios, estos narcotraficantes tienen detrás de sí una estructura sociocultural que le ha dado una legitimidad dentro de las comunidades, estas organizaciones donan dinero a comunidades pobres y se han convertido hasta en tribunales que dan justicia a una población que se siente marginada.
En el plano cultural en ciertas regiones del país el llamado “narco” es visto como un ídolo a seguir ya que ha logrado superar el umbral de pobreza en el que vive más de la mitad del país, así como también ha logrado enfrentarse a un poder estatal que se rige por la lógica de la corrupción y el negocio, ante esto el narco es visto como una especie de ídolo para los más marginados de nuestro país.
Ante esto, a pesar de que la sociedad mexicana esté consciente del peligro que supone el narcotráfico y la idealización del mismo, no puede hacerle frente porque sus tentáculos se encuentran en el corazón mismo de las instituciones mexicanas -los casos de corrupción y delincuencia organizada que enfrentan 16 ex gobernadores dan cuenta de ello-. Ante esto es definitivo que los mexicanos no tenemos mucho margen en el que se pueda trabajar para combatir estos males que supone la corrupción y el narcotráfico.
Las “narcoseries” dejan mucho dinero, las noticias de enfrentamientos dan mucho rating, los arrestos y la inversión en armas en la guerra contra el narcotráfico genera votos
Este panorama parece muy obscuro para que pueda ser resuelto de un día para otro, sin embargo, es momento de plantearnos que ya fue suficiente de enfrentamientos que solo nos han traído sangre y muchas lágrimas a las familias mexicanas.
Ante esto es necesario y urgente comenzar a educar para la paz, esto ya no debe de ser una alternativa sino una necesidad que debemos de asumir como sociedad, los medios de comunicación y la estructura gubernamental no han hecho este esfuerzo porque las “narcoseries” dejan mucho dinero, las noticias de enfrentamientos dan mucho rating, los arrestos y la inversión en armas en la guerra contra el narcotráfico genera votos, las promesas de campañas para eliminar la corrupción genera aceptación; pero todo estos supuesto no han generado más que enfrentamiento y sangre.
Los mexicanos debemos de tomar la responsabilidad de la guerra contra el narcotráfico y la corrupción a través de nuevas formas de combate, como lo es la Educación para la Paz, una educación con base en valores como lo son: justicia, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad y amor a la verdad.
Esta es la única alternativa que tenemos para poder dar marcha atrás a un clima de violencia que permea en todas las áreas de nuestra vida, la educación para la paz debe estar presente en nuestros debates, en nuestras comidas, en nuestros programas de tele, en los noticieros, en los libros, en las películas, en las revistas, en los periódicos, en las universidades, en nuestros deportes; es decir, la guerra es cultural y no militar. Esto no quiere decir que va a ser fácil y sencillo, debemos de ser valientes y pacientes porque cuando la causa es justa, es peligrosa.
Cuando ilegalizas las drogas lo que en realidad estás haciendo es decir: Señores traficantes, gestionen ustedes esto…El resultado a la vista está.
La única solución es la legalización y correcta gestión de las sustancias, no digo que educar en la paz no sea conveniente, siempre lo es, digo que la verdadera solución al problema es la educación para una racional y correcta relación con unas sustancias ya legalizadas y controladas sanitariamente por el estado, tal y como ya hace con algunas, alcohol, tabaco…Eliminando el negocio ilegal los cárteles desaparecen, la verdadera amenaza para el narco es esa, ni la guerra ni la educación en la paz.