El expresidente estadounidense declaró en los tribunales por causas en su contra y fue arrestado. El magnate inmobiliario utilizará todo el “espectáculo” judicial para posicionarse como candidato para las elecciones de 2024.
Por Gonzalo Fiore Viani / La tinta
Donald Trump, el presidente número 45 de la historia estadounidense, el martes pasado, se convirtió en el primer exmandatario del país en ser arrestado (aunque ahora se encuentra libre bajo fianza) desde el caso de Ulysses S. Grant -jefe de Estado número 18-, detenido en 1872 por conducir con exceso de velocidad en su carruaje.
Antes de acudir a la corte, Trump escribió en la cuenta de su propia red social, Truth Social: “Dirigiéndome al Bajo Manhattan, el Palacio de Justicia. Parece tan SURREAL – WOW, me van a ARRESTAR. No puedo creer que esto esté sucediendo en Estados Unidos. ¡MAGA!”. Esta última palabra, en referencia al Make America Great Again (“Hacer a Estados Unidos grande de nuevo”), su lema desde la campaña de 2016.
Se trata de algo completamente inédito para la política estadounidense. El expresidente también aseguró que “es imposible que tenga un juicio justo” en su Nueva York natal, gobernada por el Partido Demócrata. El fiscal de la causa, Alvin Bragg, aclaró que todas las personas son “iguales ante la ley” y que “ninguna cantidad de dinero y ninguna cantidad de poder cambia eso”, ya que no se normalizará “una conducta criminal grave”.
De los 34 cargos que enfrenta Trump, todos tienen pena de prisión. Sin embargo, lo más probable es que, en caso de ser condenado, le den una probation. Es importante aclarar que, aun condenado, el magnate inmobiliario puede ser candidato a presidente, salvo que sea condenado por atentar contra la democracia. Algo para nada improbable, ya que sobre su cabeza pesa la causa referida a los acontecimientos del 6 de enero de 2021, cuando sus seguidores y seguidoras tomaron por asalto el Capitolio para protestar por un supuesto fraude electoral cometido en su contra.
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En aquella ocasión, Trump no condenó el ataque y, de hecho, se refirió a los atacantes como “patriotas”, “héroes” y “buenos estadounidenses”. Otra probable causa es la que provocó que su casa en Mar-a-Lago, en el estado de Florida, fuera allanada en agosto de 2022 debido a que tenía documentos secretos que, supuestamente, sustrajo contrario a las leyes del país. De acuerdo con los fiscales, Trump formó parte de una conspiración ilegal con el objetivo de suprimir información que le podría haber resultado perjudicial.
Igualmente, el caso más sonado incluyó un pago ilegal de 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels, con quien el magnate, se especula, tuvo un affaire en 2006, cuando se encontraba casado. Trump y Daniels firmaron un acuerdo de confidencialidad bajo nombres falsos en 2016, en el que la actriz se comprometía a no hablar ni revelar detalles respecto del encuentro sexual entre ambos. El expresidente se declaró inocente ante la Justicia y luego brindó una conferencia de prensa en su casa de Mar-a-Lago donde, en línea con lo que viene diciendo desde hace meses, denunció una supuesta persecución judicial en su contra por parte del gobierno de Joe Biden.
Por su parte, la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, afirmó que la llegada de Trump a tribunales para comparecer por la causa en su contra “no es una prioridad” para la Casa Blanca: “Obviamente, (Biden) seguirá parte de las noticias cuando tenga un momento para ponerse al día de las noticias, pero esto no es una prioridad para él”.
El martes, a Trump le tomaron las huellas dactilares y le sacaron las fotos para la ficha policial. Afuera de los tribunales, hubo manifestaciones a favor y en contra, con carteles con el lema de MAGA y también de “Trump o muerte”. Mientras tanto, sus opositores se mostraron con pancartas con las leyendas “Trump miente” o “Lock him up” (Enciérrenlo).
“No vienen por mí, vienen por ustedes. Yo estoy simplemente en su camino”, fue lo que dijo Trump a sus seguidores en Truth Social. El exmandatario acusa a los “izquierdistas radicales del Partido Demócrata” de estar detrás de lo que, aduce, es una persecución judicial para “proscribir” su candidatura en 2024. “Es un ataque de los demócratas de la izquierda radical que desesperadamente no quieren que me postule a la presidencia″, sostuvo.
Trump tiene un “comité de acción política”, al que llamó “Save America” (Salvar Estados Unidos), rememorando su “Make America Great Again”, que lo llevó a la presidencia en 2016. De acuerdo con el magnate, los demócratas armaron un sistema de justicia para perseguirlo y hostigarlo. Trump llegó a comparar lo sucedido en su mansión en Florida con el escándalo de Watergate, que le costó la presidencia a Richard Nixon en 1972.
En un caso inédito en la historia del país, la mansión que tiene en Palm Beach fue allanada el pasado agosto por el Federal Bureau of Investigation (FBI). La operación fue previamente autorizada por una Corte de Justicia. Sin embargo, esta no es la única y ni siquiera la más grave acusación que pesa sobre la cabeza del expresidente.
Lo cierto es que si hay alguna comparación a lo largo de la convulsionada historia de Estados Unidos es, efectivamente, con el expresidente -también republicano- Nixon, que fue indultado 10 meses después de su renuncia. La medida fue tomada por su sucesor, Gerald Ford, pero, en 1975, debió comparecer a puertas cerradas ante dos fiscales y llegó a declarar 11 horas, durante dos días, ante un Gran Jurado federal respecto de lo que había sucedido en Watergate.
Trump ahora podría ser acusado formalmente de algo más grave: organizar los sucesos del Capitolio para evitar la toma de posesión del cargo de quien lo derrotó en las elecciones de noviembre de 2020. Pero la actual investigación de la que es objeto tiene que ver con el mal manejo de Archivos Nacionales, algo penado por la Ley de Registros Presidenciales, que exige la preservación a los fines históricos y de transparencia ante los ciudadanos y ciudadanas de notas, cartas, mails, memorandos o faxes de los presidentes durante el ejercicio de su cargo.
Los propios exasesores de Trump afirmaron que el mal manejo de los archivos era la norma durante sus años en la Casa Blanca, a tal punto de que llegaba a extraviarlos, perderlos o, incluso, destruirlos de manera deliberada. En enero pasado, ya le fueron secuestradas 15 cajas que contenían este tipo de archivos. De acuerdo con lo que cuentan sus mismos exasesores, el exmandatario se mofaba de las leyes respecto de los registros y afirmaba que eliminaba los documentos luego de leerlos. Trump, como alguien ajeno al establishment político, posiblemente estaba acostumbrado a todo tipo de manejo de la información y de los bienes. El manejo que hizo de lo público se pareció más a lo que hubiera hecho con sus empresas o establecimientos privados.
Toda esta situación será aprovechada por el propio Trump para victimizarse de cara a las elecciones de 2024. De hecho, acudió a declarar con su propio equipo de camarógrafos, con el objetivo de armar videos de campaña para las redes sociales. Los primeros escollos los encontrará dentro de la interna del Partido Republicano, donde hay varios candidatos dispuestos a enfrentarlo, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Según su equipo, el expresidente ya creció 10% en las encuestas internas debido a la supuesta persecución en su contra. Sus seguidores y seguidoras lo consideran una víctima y esto sólo hará que se sientan más fieles a su líder.
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