Stepanakert sale a las calles para afirmar que Artsakh nunca será parte de Azerbaiyán

En la declaración de la Asamblea de Artsakh, se hizo un llamamiento da la República de Armenia, pero también, y muy especialmente, a la diáspora, muy activa en países como Francia, EEUU o Argentina, para que no olviden a este pueblo que vive unas horas cruciales en la lucha por su supervivencia

Por Angelo Nero

Consideramos inaceptable cualquier intento de anexar el Artsakh democrático por parte del Azerbaiyán dictatorial, y rechazamos tales propuestas. Consideramos esto como una grave violación de los valores humanos universales y del derecho internacional, una violación de las normas morales. Cada uno de ustedes ahora tiene la opción de pasar a la historia como una generación indigna, cobarde y antipatriótica que fracasó en defender su patria santa, o de pasar a la historia como una generación sabia, patriótica, valiente y de principios que cumplió con su misión y, a pesar de todas las dificultades, demostró que es imposible quebrantar, insultar, pisotear el honor, la historia y los valores de Artsakh y del pueblo armenio. Estoy seguro de que así será. Estoy seguro, porque tenemos Yerablur, tenemos Tsitsernakaberd, tenemos Shushi, somos responsables ante las generaciones futuras.”

Así se pronunciaba el Ministro de Asuntos Exteriores de la República de Artsakh, David Babayan, al término de la multitudinaria manifestación que desbordó la Plaza del Renacimiento de Stepanakert, el corazón de Nagorno Karabakh, este 30 de octubre, en la que más de 40.000 personas, más del 30% de la población total de la república, se concentraron frente al edificio de la Asamblea Nacional para asistir, mediante pantallas instaladas en la plaza, en directo, a la declaración del parlamento de la pequeña república caucásica, que, de forma unanime declaró que nunca será parte de Azerbaiyán.

La manifestación se produce tras el anuncio, la semana pasada, del primer ministro armenio, Nikol Pashinián, ante el parlamento de Ereván, de que su gobierno hará todo lo posible para firmar un acuerdo de paz con Azerbaiyán, y que viajaría a la ciudad de Sochi, en Rusia, este lunes 31 de octubre, para reunirse con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el presidente ruso, Vladimir Putin. “Hay muchos temas acumulados que necesitan ser discutidos, empezando por el tema de la estabilidad y la seguridad en Nagorno Karabakh. Este año, las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán invadieron la zona de protección de las tropas de paz rusas, y no ocultamos que la falta de respuesta de las fuerzas de paz es incomprensible,” declaró el primer ministro armenio. “Cuestiones como la reanudación y el desarrollo del comercio, la economía y el transporte serán abordadas por las tres partes,” ha expresado, por su parte, el gobierno ruso.

En Arsakh el sentimiento que hay es que en ese tratado de paz su territorio sea la moneda de cambio para garantizar la seguridad de la República de Armenia, dejándoles a merced de Azerbaiyán, algo que es del todo inaceptable para la población del este antiguo oblast soviético. Nana Grigoryan nos lo decía ayer mismo desde Stepanakert: “Hace 34 años, Artsakh y su gente se encontraron en la misma situación, la gente se reunió en la plaza del Renacimiento para privar a los poderes superiores que intentaban resolver nuestro destino para su propio uso con el pretexto de garantizar la seguridad de los artsajianos. Si perdemos nuestra parte de tierra santa, perdemos nuestra identidad. La soberanía de Artsakh ya no seguiría siendo su autonomía, la gente escaparía y encontraría refugio en algún lugar lejano. Un puñado de tierra con su pequeño número de habitantes indígenas. Mañana en la ciudad de Sochi, Rusia se llevará a cabo una reunión con la presencia de tres representantes que decidirán el destino futuro mío, de mi familia y de mi gente. El Primer Ministro está resuelto a firmar el documento para anexar el resto de Artsakh a Azerbaiyán, para aceptar el apoyo de Washington. ¡En peligro estará toda la tierra de Armenia! Exigimos el reconocimiento de Artsakh. No tenemos poder para hacer valer y reclamar nuestros derechos, nuestra voluntad no juega ningún papel, cuán insignificantes son nuestros esfuerzos en la política global… Como siempre, la gente espera con ansias el día de mañana y los resultados después de la decisión y discusión cruciales.”

La Asamblea Nacional de Artsakh se pronunció en el mismo sentido que su pueblo, insistiendo en que “Artsakh nunca ha sido y nunca será parte de Azerbaiyán independiente. Esta misma idea debería ser la base para la solución del conflicto entre Azerbaiyán y Karabakh.” Hay que recordar que si bien, durante el periodo soviético, el Oblast Autónomo de Nagorno Karabakh, creado en 1923, permaneció dentro de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, el 1 de diciembre de 1989 el Soviet Supremo de Armenia y el Soviet Regional de Nagorno Karabakh, adoptaron una resolución conjunta de reunificación, y en agosto de 1991 el Oblast declaró su independencia, ratificado en un referéndum posterior.

Cualquier intento de anexar por la fuerza Artsakh a Azerbaiyán sería una grave violación del derecho internacional y una licencia oficial para cometer otro genocidio contra el pueblo armenio, por lo que cualquier documento con tal contenido es inaceptable para la República de Artsakh”, declaró la Asamblea Nacional este pasado 30 de octubre, recalcando la amenaza real de un nuevo genocidio como el iniciado en 1915 por el Imperio Otomano, que los erradicó, prácticamente, de la Armenia Occidental, llevándose la vida de más de un millón y medio de personas, y poniendo fin a los cinco mil años de presencia armenia en la zona.

En la declaración de la Asamblea de Artsakh, se hizo un llamamiento da la República de Armenia, pero también, y muy especialmente, a la diáspora, muy activa en países como Francia, EEUU o Argentina, para que no olviden a este pueblo que vive unas horas cruciales en la lucha por su supervivencia:

Ninguna autoridad de la República de Armenia tiene derecho a rechazar la misión de garantizar la seguridad del pueblo de Artsakh ni a aceptar ningún documento que cuestione la existencia de la República soberana de Artsakh. Instamos a las autoridades de la República de Armenia a defender los intereses comunes de las dos Repúblicas de Armenia en plataformas internacionales, sobre la base de los documentos fundamentales existentes, en particular, la Declaración de Independencia de la República de Armenia y la histórica decisión del Consejo Supremo del 8 de julio de 1992. Hacemos un llamado a los armenios de todo el mundo para que continúen apoyando a Artsakh, protejan los derechos e intereses de Artsakh en varios países e instancias internacionales y, por todos los medios, contribuyan al proceso de reconocimiento de la República de Artsakh. (…) Cualquier documento o propuesta que cuestione la soberanía de la República de Artsakh, nuestro derecho a la libre determinación y el hecho de su realización es inaceptable para nosotros, ya que no refleja las realidades históricas y jurídicas.”

También se hizo un llamamiento expreso a Rusia, que tiene desplegada una fuerza de paz en Nagorno Karabakh, tras la agresión azerí en la que la República de Artsakh perdió ¾ partes de su territorio: “Teniendo en cuenta el papel histórico de Rusia para garantizar la paz y la estabilidad en nuestra región y, en particular, la participación directa y activa del presidente Vladimir Putin para detener la guerra de 44 días que nos impuso en 2020 el agresor Azerbaiyán, hacemos un llamado a la Federación Rusa y pedimos continuar con su compromiso de garantizar la seguridad de la gente de Artsakh. Para fortalecerlo, proponemos introducir mecanismos políticos y militares adicionales, teniendo en cuenta los peligros existenciales reales que amenazan a los armenios de Artsakh.”

El 13 de febrero de 1988, Stepanakert se levantó y exigió la unificación con Armenia.

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