Memoria, Mina, Muller: un diálogo antifascista a dúas linguas (II)

Segunda parte da conversa entre Xina Vega e Abel Aparicio, na presentación do libro ¿Dónde está nuestro pan?, na Libraría Cartabón, en Vigo. 

Por Xina Vega & Abel Aparicio

Fotos: José Goris

Xina Vega: Guerrilla, mina, resistencia, mulleres republicanas desprazadas, estes son os temas dos teus relatos, temas moi pouco tratados, case inéditos nas novelas das memoria. Que ten a guerrilla antifranquista para ser tan intratable e inintegrable aínda? Porque hai moi pouco tratamento novelístico da guerrilla. Ti apuntas unha dimensión real e profundamente épica, a da Resistencia. Tan épica como un western, pura materia ficcionable. Que pasa con eso que pide a ficción, e porque é tan difícil de asumir a memoria concreta da guerrilla? Porque non temos centos de obras sobre a guerrilla?

Abel Aparicio: El relato al que te refieres es un asalto al tren, por parte de la guerrilla, que ocurrió realmente, en octubre del 39, seis meses después de que se firmara el parte de la victoria franquista desde su cuartel general de Burgos. Es un grupo de huidos, que se van al Páramo, que está en la zona oeste del Bierzo, cerca de las Médulas, del lago de Carucedo, muchos son de esa zona, pero también hay gente de la zona de Valdeorras, O Barco, A Rúa, etc. Y huyen al monte, porque había una orden de busca y captura sobre ellos. Eso quería decir que iban a acabar con sus huesos en una cuneta.

Se fueron al monte, y una de las formas que se les ocurrió para financiarse, fue asaltar un tren. Un tren que no se hubiera asaltado, aunque no lo pone en la causa judicial, sin la ayuda de gente de dentro, no hubiera sido posible, porque de una zona a otra hay mucha distancia. El lugar donde se asaltó el tren era el lugar perfecto, en el Puerto del Manzanal, entre el túnel 5 y el túnel 6, entre dos montañas, y debajo tiene una arboleda enorme para huir sin que te vean.

Esto fue en octubre del 39. Fijaros que si se corre la voz de esto, se hubiera demostrado que el fascio no era tan fuerte, y se hubiera seguido el ejemplo en otros lugares. Si se hizo en el Bierzo ¿porque no se va a hacer en la sierra de Cuenca o en los montes vascos?

Siempre que presento el libro digo: si hay personas que hagan cine en la sala, estoy dispuesto a negociar los derechos, porque es muy fácil para llevar a pantalla, porque es épico. Estamos cansados de ver asaltos a trenes en los westerns, y este ocurrió en el estado español, pero además este es el tercero en cuanto a valía económica, el primero fue en Barcelona, el segundo en Cádiz, y este es el tercero, 127.000 pesetas del año 39 que se intentaron sustraer, no voy a decir si lo consiguieron, para no quitar la intriga.

Lo que más me indignó, es que esto ocurrió entre dos pueblos, Bañuelas, que es la población que está más alta en el Puerto del Manzanal, y la Granja de San Vicente, y más abajo está Tremor de Abajo, yo fui a preguntar a los pueblos si sabían algo de un asalto al tren y un 85% dijo que no tenía ni idea. El tercer asalto a un tren más importante del país, y no es que no lo sepan en Cádiz, o en León capital, es que no lo saben en el pueblo donde ocurrió. Esto es un triunfo del régimen.

Yo le pregunté a una persona mayor, de Bañuelas, ¿porqué cree usted que es este silencio? Y dijo: muy fácil, si se corre la voz de que se ha atracado un tren en el Bierzo, dentro de 15 días se va a asaltar un tren en otro lugar. Y el régimen lo hizo muy bien inculcando ese miedo, y gente que los había se calló, e incluso han hecho un ejercicio mental para borrarlo.

Eso se ha estudiado, se ha demostrado que a propósito podemos borrar hechos vividos, para poder seguir viviendo, porque hay hechos tan duros que si los recordáramos continuamente no nos dejarían vivir. En la Guerra Civil pasó lo mismo, mucha gente borró conscientemente lo vivido.

Juan Diego Botto, no hace mucho, dijo: si tuviéramos la industria cinematográfica que tienen en EEUU, saldrían palets de películas sobre la Guerra Civil. Hace poco se estrenó “La línea del frente”, sobre la 1ª Guerra Mundial, y fue redor de audiencia, también “1917”, hay un montón de películas sobre las dos guerras mundiales, pero no molestan, cuando tu hablas de la guerra civil, porque estás hablando de otra cosa. Puedes hablar de las dictaduras argentina y chilena, sobre la guerra de Yugoslavia, ahora tenemos información al minuto de la guerra de Ucrania, pero cuando hablas de la Guerra Civil, te dicen que de eso mejor no hables. ¿Por qué? Porque muchos de los que dieron ese golpe de estado siguen estando ahí, a través de sus nietos, de sus empresas.

Xina Vega: Tamén resulta moi pouco frecuente o tratamento dos anos da inmediata represión. Os teus relatos sitúanse non durante a guerra senón nos primeirísimos anos da posguerra, nos corenta. Ese foco tampouco é tan frecuente. A simbiose entre o dominio aniquilador e a submisión vergonzante. O clima absoluto de medo e de fame. Ti elixes centrarte no primeiro relato no espazo do pobo mineiro, que ao tempo é un deslugar, un ámbito de reclusión dos represaliados. Algo que resulta interesantísimo á hora da lectura. Dous mundos sen apenas contacto, as mulleres traballadoras, con ideas avanzadas, republicanas, e a xente do lugar. Unha imaxe perfecta é a das mulleres que saían a pasear xuntas polo páramo, funcionando no baleiro, dentro desa colectividade. Pero hai unha figura, a do panadeiro, que presenta ambigüidade, que conecta ambos os dous mundos. A idea de que a colectividade estaba pactando co inimigo. A denuncia, de que para que haxa un vitimario ten que haber sempre unha vítima. Hai unha relación de simbiose inevitable. Pero neste momento hai persoas que están sendo capaces de saír da súa comodidade e percibir a toda esa xente que ben con ideas distintas. É moi interesante, fíxeche-lo a propósito, esa figura do panadeiro?

Abel Aparicio: El panadero existió. Y también me propuse encontrar a un familiar de este hombre, y encontré a su hija, y le conté lo que ponía la causa judicial de su padre, y ella no tenía ni idea de un hecho, sucedido en su pueblo, en el que su padre había sido uno de los protagonistas. Y me dijo: estoy enfadada, primero con mi padre, por no contarme nada. Segundo con mi pueblo, por haberlo silenciado. Y tercero también estoy enfadada conmigo, porque estoy cansada de leer libros de historia, y no tengo ni idea de la historia de mi familia.

Este panadero es cierto que cuando lees la causa judicial, intenta navegar entre dos mundos. Con el alcalde trata de poner un poco de paz, con ellas que traten de relajarse, les dice que a él no le traen la harina. Y cuando le pasé el libro a la hija dije: ya verás, me van a caer tortas por todos los lados. Pero la hija me dijo: no se como lo has hecho, pero has descrito a mi padre a la perfección.

Muchas veces tienes ese miedo de como va a ser recibido, pero las cosas hay que contarlas. Lo que haga el padre de alguien no es para culpar a la hija, pero si que hay que decirlo. Y este personaje ves como habla con las fuerzas del orden y con las mujeres represaliadas, creo que es importante mostrarlo.

Xina Vega: Outro dos aspectos relevantísimos da túa obra é o foco sobre a muller, sobre un tipo concreto de muller, a muller traballadora, a muller represaliada, da que non hai habitualmente representacións, dende un punto de vista ficcional. De feito as imaxes colectivas que temos das mulleres na represión é das mulleres rapadas, con aceite de rícino, e xa, o resto somos unha especie de rabaño, submisas, caladas, na casa, mantendo o silencio por mor de axudar a sobrevivir ós fillos.

De repente se nos opaca completamente, somos todas unha, pero existían mulleres republicanas, as milicianas que non morreran, estaban ai, pero esa voz non está, en ningún sitio. De repente Abel si que as pon, si que nos achega a esas mulleres que si existiron, e das que non tiñamos legado, memoria.

E ó mesmo tempo hai unha análise psicolóxica que intentas, ti estas continuamente falando do universo feminino, algo que agora mesmo estase a estudar na memoria da represión sobre as mulleres, e algo relativamente recente empezar a poñer o foco ai. Pero a sensación que tiveches cando comezaches, porque ti te metes claramente na mentalidade da conciencia feminina, neste sentido. É este un novo signo dos tempos, a relectura que ilumina a experiencia das mulleres? E como te sentes ti nun espazo que semella reservado a experiencia feminina? Impostura, desdobramento? Como viviches isto? Porque é incómodo tamén isto, para ti.

Abel Aparicio: Es incómodo, si. Cuando decidí hacer esto fue algo casual, por una alarma que me saltó a mí. Yo soy muy apasionado de la bici de montaña, y cuando voy pedaleando por estos pueblos de la cuenca minera, se me encendió una bombilla, a mí siempre me han contado la vida de los mineros, pero nunca me hablaron de ellas, ¿porque vivo a 30 kilómetros de un pueblo minero, y no sabía que había mujeres mineras? Hablan de los mineros, de su lucha sindical, de su lucha obrera, de su conciencia social, pero nunca de ellas. Y esa alarma, me despertó la necesidad de preguntar.

Fui a casa de Libertad Aurora y le pregunté como había sido su vida. Y me contó tres cosas que fueron determinantes para que escribiera el libro. Me contó: nosotras por estar fuera de la mina, en el cargue, donde los hombres cobraban un jornal diario de 13 pesetas, cobrábamos, por la misma labor, seis pesetas y media. Cuando se casó Aurora, como las demás, se tenían que ir de la mina. Porque al casarse “sus tareas eran las propias de su sexo”. Si un minero tenía a su mujer trabajando, fuera de la mina, cobraba menos que si su mujer no trabajaba. Y esto no pasaba solo con las mineras del Bierzo, cuando fui a presentar el libro a Asturias, allí pasaba lo mismo. Negar o no contar estos hechos a mí me parecía que estaba siendo cómplice. Eso fue lo que me empujó a contarlo.

Y sobre lo que decías de ese rebaño silencioso, que contó Libertad Aurora: eramos cinco, en el año 55/56, siempre cinco mujeres en la línea de baldes, y hubo un momento en que el capataz nos quitaba a una, por lo que el trabajo de cinco lo hacíamos siempre cuatro. Un día, una de nosotras dijo: hasta aquí hemos llegado. Paramos. Estamos hablando de cinco mujeres, en el año 56, no fue como en la huelgona de Asturias, en el 62, en la que pararon un montón de mineros, y dijeron que no trabajaban más hasta que estuvieran siempre las cinco. Cuando llegó el encargado, y esto es real, se subieron a un árbol, y se pusieron a cantarle al encargado. Y este les dijo: cantar, cantar, que no vais a cantar más. Mañana aquí no volvéis. Pues sí, volvieron, y volvieron las cinco.

Esta revuelta, que parece un hecho muy pequeño, pero en el que ellas se estaban jugando, quizás, la vida, y lo hicieron. Y esos pequeños triunfos que nunca se contaron, yo creo que es necesario contarlo.

Decía Leticia Dolera: es hora de contar, desde el mundo de la cultura, del cine, del teatro, y desde el entretenimiento, tenemos el arma para hacer cultura transgresiva, cultura política, usémosla.

Libertad Aurora también me contó otra anécdota sobre su madre. Me contó que fue a una fábrica de ovoides, y es muy buena trabajadora, y el jefe le ofrece un ascenso. Le dice: ¿te interesa ser la encargada de tus compañeras? Si te interesa ya sabes lo que tienes que hacer. Refiriéndose a un peaje sexual. Y esto que, a día de hoy, tampoco es extraño, hizo que la madre de Aurora, se fuera a hablar con la mujer de su jefe, y le dijo: Tu marido me ha ofrecido un ascenso a cambio de sexo. Pero lo que más me enervó fue la respuesta de la mujer del jefe: lo sé, no eres la primera, no vas a ser la última, pero, por favor, no lo cuentes. Imaginaros el papel de sumisión que estaban aceptando.

Que Aurora me contara esto a mí, siendo un desconocido, es de un gran valor, porque a nadie le gusta escarbar en lo más triste de tu vida, pero si lo haces es porque tienes necesidad.

Xina Vega: Hai outro aspecto no libro que é o espazo, o do Bierzo, e o das minas en xeral. Porque nese espazo se ve a conciencia de clase, a organización política, a loita obreira caracterizan os espazos mineiros. Nese sentido o territorio leonés e asturiano xeran unha maneira distinta de asumir a posguerra. Hai unha reacción popular distinta noutras zonas do estado? Ou realmente estamos falando do mesmo medo e da mesma submisión? Ese pouso de de organización política permanece, ou non, nestes anos durísimos da posguerra?

Abel Aparicio: Yo si creo que hay algo distinto. Vi antes por ahí el libro de unas jornadas que hubo en el Bierzo, el año pasado, sobre la Federación de Guerrillas León-Galicia, que se formó en Ferradillo, en el 42. Es la primera federación de este tipo que se hace con unas actas, con un estatuto, en el estado español. Esa conciencia de unión, y de clase social, existía en todos los lugares del estado, pero allí la tenían muy clara, y muy marcada, por su carácter de zona minera, combativa y con conciencia de clase.

Aurora me dijo una vez: yo sé quienes eran los míos, y eran los que, como yo, pasábamos hambre. Y tu generación, no lo tiene tan claro. Hay gente cobrando muy poco, con muy malas condiciones sociales, que están votando a la derecha o a la extrema derecha. Y yo le dije: Aurora, me acaba de definir la lucha de clases en menos de un minuto. Aurora trabajó de sol a sol, en invierno de 9 a 5:30, y en verano de 7:30 a 10 de la noche, y me decía: ¿como iba yo a no saber cual era mi clase social?.

Otro de los logros de la Transición es ese, confundir a gente con el salario mínimo, que se creen clase media, pero que, cuando están dos o tres meses sin cobrar se dan cuenta de que son pobres.

Hay una medicina muy importante contra la ansiedad, contra los miedos, contra la asimilización del fracaso, que no eres tú el culpable de todos los males del mundo, que se llama sindicato. Y nos guste más o menos, que existan los sindicatos para defender a las clases populares, para defender las condiciones de trabajo de los obreros, es fundamental. Los sindicatos tienen mil millones de críticas, pero sin ellos estamos vendidos. Y eso Aurora lo tenía muy claro.

Xina Vega: Es tamén poeta, e ciclista, de feito nas entrevistas que concediches incides nos teus percorridos pola zona en bicicleta para introducirte na historia. Esa mirada desde dentro da paisaxe percíbese en toda a obra. Ás veces pide unha maior expansión, por que esa contención desa percepción poética que se adiviña e que non se leva ás últimas consecuencias?

Abel Aparicio: Creo que fue algo inconsciente. Hay veces que me pongo a escribir de una huida, y hablo de una gota que cae sobre una hoja, que ve la madre de Aurora, mientras van caminando en el invierno, porque quise que el lector se sintiese en ese camino, pero otras veces me digo: igual me estoy flipando demasiado.

Xina Vega: Ese é un momento fantástico, para a próxima tira pola folla… E logo está a música, hai letras de cancións son un leit motiv en toda a obra. Extremoduro, Barricada, Boicot.. Que papel cres que ten o rock duro na preservación da memoria? Porque é o rock duro, o heavy, o que mantén a memoria republicana?

Abel Aparicio: Hay una persona en Asturias, que hablando sobre la preservación de la lengua asturiana decía: está muy bien la literatura, los libros, pero la musiquina, es lo que se te queda. Y yo quise utilizar estas canciones, como la de Berri Txarrak, que habla sobre Maravillas Lamberto; Metallica, ¿Por quien doblan las campanas?; el disco de La tierra está sorda, de Barricada; Los chicos del maiz, que es un grupo de rap político; porque es verdad quien se ocupa de este campo. También lo hacen los cantautores, pero el rock es lo que más te lleva.

Xina Vega: Realmente estás facendo moitas presentacións en todo o estado, algo que pensabas que era local, que pensabas que podería interesar so na zona do Bierzo, León, Asturias, e realmente estás vendo que está pegando en todos os sitios. Como é a recepción desta novela?

Abel Aparicio: Nunca, en mis mejores sueños, pensé en estar en Vigo, presentando un libro. Cuando lo estaba terminando, que estábamos con la pandemia, tenía mucho miedo porque pensé que tendría tirón donde estaba ambientado, quizás en la otra parte de la montaña leonesa, Asturias, un poco Palencia, y para de contar. La minería es un tema muy local. Y de repente me veo presentando el libro en Ávila, Zaragoza, Coruña, Vigo, que son zonas que no son mineras. Pero una mujer me dijo una vez: el tema de tu libro es muy local, pero muy universal. La lucha de las mujeres, la revuelta del pan, las mineras, el asalto del tren, son temas locales, pero muy universales, porque son fáciles de empatizar con ellos.

Xavier Moreda: Eu engadiría unha cousa importante: o franquismo estableceu o apoliticismo activo, que agora parece que está de moda. Neste momento, cando un conflito determinado non gusta din que é político, porque agora a política é unha enfermidade. E iso ven do franquismo, porque polo visto Franco non facía política, senón todos os demais.

E agora está triunfando de novo. Eu penso que determinadas cousas do inicio do franquismo están resultando outra vez como novas. A señora Ayuso en Madrid, di cousas como: ese conflito está politizado. Como sabemos, todo está politizado. Por desgraza a política está sendo enmerdada, especialmente pola dereita, pero tamén por unha esquerda papanatas que cando alguén lle di que é un conflito político, non lle resposta: claro que é político.

As vítimas do franquismo, moitas veces para falar do xenocidio, no caso de Galiza, onde non houbo ningunha guerra, porque ademais cando se fala de guerra civil se fala dende a falsa equidistancia, dos dous bandos, cando o que había era un goberno legal e unha banda de asasinos que comezaron a matar, polo que é fundamental, por parte dos escritores, utilizar unha linguaxe determinada, o medo se estableceu dunha forma sistemática, mediante as xerarquías, as delacións. Existiu ese método para que a xente se delatara continuamente. Estableceron unha moral determinada que continúa hoxe en día, e que está, en certo modo, triunfando.

E eu non son pesimista, son optimista, por eso son antifascista. Pero hai que continuar denunciando, moitas veces pedimos desculpas e queremos ser politicamente correctos, e para min é un erro fantástico.

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