Lala Yeslem Badi: “Lo que necesitamos son acciones concretas y no solo palabras”

Hoy tenemos el honor de entrevistar a Lala Yeslem Badi, capitana y una de las impulsoras de la selección femenina saharaui de fútbol.

Por Héctor Bujari Santorum | 6/08/2024

¿Podrías contarme cómo empezaste a jugar al fútbol y qué recuerdos tienes de esos primeros momentos?

Mis inicios fueron bastante positivos, comparado con lo que había aquel entonces. Fue en una época en la que la sociedad poco a poco tenía bastante normalizado ver a niñas jugando en categorías que solo había chicos. Me llevo un gran recuerdo de ello ya qué gracias a esa gran experiencia tengo al fútbol como un estilo de vida.

¿Qué recuerdas de la primera vez que viste un balón de fútbol y pensaste «quiero ir allá»?

Esto es algo que siempre me ha pasado y me sigue ocurriendo. Cada vez que veo un balón de fútbol, siento automáticamente el deseo de chutarlo. Ese sentimiento hacia el fútbol me atrae y me mantiene conectado con él.

¿Qué recuerdas de cuando empezaste a jugar? ¿Cómo fue esa experiencia inicial? ¿Viste a gente jugando en algún lugar? ¿Presenciaste algún partido que te inspiró? Cuéntame cómo fue ese comienzo.

Como bien te dije antes, me llevo muy buenos recuerdos. Mis inicios fueron los que me ayudaron a seguir haciendo lo que me gustaba. Empezó en los campamentos cuando vi a unos primos míos jugar al fútbol, y quería mostrarles mi potencial. Ellos se negaron rotundamente añadiéndome la excusa de “las mujeres no podéis jugar al fútbol”. Algo que me dejó bastante anonadada debido a qué en España jamás me sentí excluida en el ámbito deportivo.

¿Qué significa para una mujer jugar al fútbol en el Sahara Occidental?

Independientemente de lo que haga esa mujer, en nuestra sociedad todo lo que supone un cambio viniendo de una mujer les da un golpe de realidad. Las mujeres en nuestra sociedad la mayor virtud que tenemos, es nuestra valentía, debido a qué más haya de lo que se pueda dar cogemos las riendas de eso y hacemos lo mejor.

En cambio carecemos de algo. Y es en el que dirán, nos volvemos otras, nos dejamos llevar y la mayoría dejan de hacer lo que les gusta por eso. Exactamente pasa lo mismo en el deporte.

¿Cómo crees que el deporte puede beneficiar a la juventud saharaui?

Es una manera de visibilizar nuestra causa. He notado que, cada vez que alguien ve a una chica con hijab, como yo, suelen asumir que soy marroquí. Siempre respondo con orgullo afirmando mi identidad. Para mí, es más que un estilo de vida; es una forma de promover nuestra causa mientras hago algo que me apasiona.

Has sido una de las personas que más ha impulsado la selección femenina de fútbol. Cuéntame un poco sobre la experiencia de crear la selección femenina y qué te llevas de ese proceso. Entiendo que debe haber habido muchas anécdotas, momentos hermosos y también desafíos.

Los comienzos siempre son difíciles. Este proyecto, impulsado por la Federación Saharaui de Deportes, ha sido uno de los más gratificantes, aunque también ha enfrentado muchas críticas. Hace dos años me propusieron liderarlo, ya que era la futbolista que conocían. Acepté sin pensarlo dos veces, consciente de que el riesgo valdría la pena. Lo más importante es que lo hemos logrado.

¿Cómo fue ver al equipo ingresar al Cerro del Telégrafo?

Solo tendrías que haberme visto ese día; estaba muy nerviosa. Fue un momento que quedará grabado en nuestra historia y en nuestras memorias. 

En Europa, hay mucha propaganda sobre las mujeres deportistas en contextos islámicos. ¿Cómo interpretas estas afirmaciones cuando no se ajustan a la realidad de contextos que no están relacionados con el islam? ¿Cómo afectan estas percepciones a vuestro día a día?

Me he sentido humillada y señalada por algunos entrenadores. Las mujeres inmigrantes o de otros orígenes a menudo enfrentamos discriminación en el deporte, y es algo con lo que tenemos que lidiar. Desde mi perspectiva, las reglas parecen ser diferentes para nosotros: no se reconocen nuestros méritos y se retiran los apoyos.

¿Cómo has vivido esto en tu día a día?

Hasta el último año, nunca había enfrentado una situación así. He experimentado numerosos comentarios negativos en el campo. Frecuentemente escucho cosas como «Eres muy buena para ser mujer» o «Eres muy buena para ser mora». A menudo, estos comentarios reflejan un racismo o machismo interiorizado.

¿Cómo valoras el desempeño político en la causa de las nuevas generaciones saharauis?

Creo que somos una generación con oportunidades significativas para provocar un cambio, pero no las estamos aprovechando lo suficiente. Falta motivación y el espíritu revolucionario necesario. Necesitamos dar el empuje que nos han estado pidiendo durante años. Debemos replantearnos nuestra estrategia y actuar con mayor determinación.

¿Cómo valoras la actualidad política de la causa saharaui?

No la considero suficientemente buena. Lo que necesitamos son acciones concretas y no solo palabras. Buscamos un espíritu renovado que nos inspire y motive a seguir adelante, que nos impulse a tomar medidas y a actuar de manera efectiva. Es fundamental ver que aquellos que nos representan están actuando de manera decisiva, ya que esto influye directamente en nuestra esperanza y en nuestra responsabilidad colectiva.

¿Qué soluciones ves para reforzar esos cuadros políticos?

Es necesario un cambio profundo y tangible. Del mismo modo en que los refugiados se alejaron de los campamentos debido a la falta de oportunidades, debemos evitar que esta situación se repita. Necesitamos crear y aprovechar oportunidades reales que generen un cambio significativo. Para reforzar los cuadros políticos, es crucial que se traduzcan las promesas en acciones efectivas y visibles, y que se genere un entorno que fomente la participación y el compromiso de todos los sectores de la sociedad.

¿Qué soluciones ves para reforzar esos cuadros políticos?

Al igual que la falta de oportunidades llevó a muchos a abandonar los campamentos de refugiados, es crucial ofrecer condiciones que fomenten el regreso y el compromiso. Debemos crear un entorno donde se vean cambios reales y oportunidades tangibles para que los individuos no solo se queden, sino que también se involucren activamente en la lucha por nuestro país.

¿Cuándo se liberará el Sahara Occidental?

Solo nosotros podemos responder a esa pregunta. La esperanza que nuestros padres y abuelos han depositado en nosotros debe convertirse en nuestra propia esperanza. Debemos ser parte de esta revolución, seguir el legado de nuestros antepasados y aportar nuestra propia voz.

¿Crees que hay gente que ha olvidado ese sufrimiento?

Sí, así es.

Si pudieras cambiar algo, ¿qué harías?

En nuestra generación solo depende una única cosa de nosotros. Y es algo que nosotros mismos nos arrebatamos. La esperanza, la fe, la revolución, nuestro origen. Si pudiera cambiar algo sería la visión de todos mis paisanos. Se que es algo agotador no ver cambios, e incluso rozando el echo de querer dejar la causa a un lado. Pero que no se nos olvide que la revolución comenzó porque existe un pueblo.

¿Qué debemos hacer para lograrlo? ¿Volver al mujayam para trabajar?

No, en absoluto. Creo que para avanzar debemos de retroceder al pasado y preguntarnos porque estamos aquí. Qué es lo perdido y qué es lo que podemos perder si seguimos así. Nadie que abandona su causa es consciente de la magnitud de lo que está en juego. Tenemos que encontrar con nuestra voz, oídos atentos.

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