Ningún juzgado ha esclarecido aún los hechos que ocurrieron aquella noche fatídica del 13 de agosto
Por José Ruíz Fernández / Diario de Almería
El día 13 de agosto se cumple el 47 aniversario de la muerte (¿asesinato?) del joven almeriense Francisco Javier Verdejo, a consecuencia de un disparo realizado por un miembro de la Guardia Civil del puesto de Vigilancia Fiscal Anti-contrabando del Zapillo (Almería) mientras huía, al ser descubierto iniciando una pintada en el desaparecido balneario de San Miguel. Javier sólo pudo escribir las primeras letras del lema que tenía previsto pintar: “PAN i T…”, mientras que sus compañeros de aventura salían huyendo asustados por distintas direcciones para evitar ser detenidos y acusados de un delito de propaganda ilegal.
Se dio la circunstancia de que el Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, se encontraba ese día en Cabo de Gata, ya que una de sus hijas, Marián Suárez Iliana, iba a ser proclamada Reina de las Fiestas de la barriada almeriense y había llegado al aeropuerto de Almería sobre las dos de la tarde. A pesar del tiempo transcurrido, todavía ningún Juzgado de Almería ha esclarecido los hechos que ocurrieron aquella noche fatídica del día 13 de agosto, no obstante las distintas versiones que se dieron de la muerte de Javier Verdejo. Así, la Dirección General de la Guardia Civil hizo pública al día siguiente esta nota informativa: “Sobre las 24 horas del día 13, cuando una pareja de la Guardia Civil de vigilancia del puesto del Zapillo estaba de servicio, sorprendió a cuatro individuos que, al observar su presencia, salieron corriendo. Ante esta actitud sospechosa, la pareja les persiguió y dio repetidas veces la voz de «alto a la Guardia Civil».
Durante la persecución, uno de los guardias tropezó y el arma, un Z-62, se le disparó causando la muerte de uno de los que huían que resultó ser el joven de 19 años Francisco Javier Verdejo Lucas, soltero, estudiante. Posteriormente se comprobó la existencia de unas pintadas en el punto en que se inició la huída, y en poder del fallecido spray de idénticas características de los letreros”. No voy a entrar en hacer valoraciones sobre la nota de la Dirección General de la Guardia Civil. Sólo diré que dicha versión, además de no resultar creíble, fue rechazada desde el primer momento por los propios compañeros del fallecido, testigos directos de los hechos.
La versión del Gobierno Civil de Almería
Tampoco tuvo mejor fortuna la versión oficial ofrecida por el Gobierno Civil de Almería, a cuyo frente estaba el fiscal de origen leonés, Roberto García Calvo, que unos meses después de la muerte de Javier resultaría elegido diputado al Congreso por la provincia de Madrid en las filas de Alianza Popular (el partido fundado por Fraga Iribarne) y en los últimos años de su vida, designado Magistrado del Tribunal Constitucional hasta su muerte en el año 2008. La nota decía así: “Sobre las 24 horas del día 13, cuando una pareja de la Guardia Civil de vigilancia nocturna prestaba sus servicios en las inmediaciones de la playa, a la altura del balneario San Miguel, observó la presencia de cuatro individuos que en actitud sospechosa merodeaban por aquel lugar. Al acercarse a los mismos con objeto de identificarlos se dieron a la fuga, saliendo en su persecución la pareja, a uno de cuyos números, al correr detrás del que había huido en dirección a la playa y tropezar, se le disparó el arma alcanzando el proyectil al que resultó ser el joven Francisco Javier Verdejo Lucas, de 19 años de edad, natural y vecino de esta ciudad, quien resultó muerto. El resto de los huidos aún no han sido identificados ni localizados. Instruye diligencias el Juzgado Militar”.
Esta nueva versión de los hechos, al igual que la anterior, fue inmediatamente puesta en entredicho por todas las fuerzas políticas y sindicales de la oposición democrática de Almería, que no podían creer que se tratara de un accidente fortuito, teniendo en cuenta la trayectoria del proyectil que acabó con la vida del joven almeriense, que según un médico amigo de la familia Verdejo había entrado por la garganta y había salido por el hueso occipital, lo que venía a demostrar que el disparo había sido realizado de frente, a una distancia de siete a diez metros, no por la espalda. No nos consta que la Dirección General de la Guardia Civil ni el Gobierno Civil de Almería iniciaran o abrieran algún tipo de expediente informativo o disciplinario al autor del disparo, a pesar de que los grupos políticos de la oposición habían pedido que se abriera una investigación oficial, sin conseguirlo.
Fue por ello por lo que la Asociación Democrática de la Juventud, organización a la que pertenecía Javier Verdejo, creó una comisión investigadora, compuesta por el abogado almeriense Rafael Córdoba Angulo (“Pirri”); el redactor del periódico IDEAL, Manuel Gómez Cardeña; y el presidente y el vicepresidente de la Asociación Democrática de la Juventud, Raúl Murcia Jaén y Samuel Segovia, quienes incluso pidieron entrevistarse con el Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, sin éxito, para informarle del “dossier” de la comisión investigadora, que había ido recogiendo testimonios de los testigos directos del suceso, así como del hallazgo de restos de sangre en el suelo, pared y techo de una caseta de baño, de la que se tomó una muestra, y que se había enviado a analizar a un laboratorio de Madrid, por vía notarial, con el fin de corroborar si se trataba de la sangre de Javier Verdejo. Sin embargo, nunca se conoció el resultado de dicho análisis.
Apertura de diligencias judiciales
Sí es cierto que un juez ordenó el levantamiento del cadáver en la playa de San Miguel en el lugar donde se encontraba el cuerpo sin vida de Javier, y que el Juzgado Militar de Almería instruyó un procedimiento previo para tratar de averiguar la causa de la muerte del joven almeriense. Así, con fecha 30 de septiembre de 1976, el teniente coronel de Infantería, Miguel Moya Fernández, que realizaba funciones de juez eventual del Juzgado Militar publicó el siguiente EDICTO: “DON MIGUEL MOYA FERNÁNDEZ, teniente coronel de Infantería, juez del Juzgado Militar eventual de Almería: Hace saber: Que en este Juzgado, y con el número 590 de 1976, se instruye procedimiento previo de averiguación de las causas que motivaron la muerte del paisano Francisco Javier Verdejo Lucas, ocurrida sobre las veinticuatro horas del día 13 de agosto del corriente año en la plaza de Almería. Se ha proveído en el procedimiento recabar la presencia en este Juzgado de cuantas personas puedan aportar pruebas sobre los hechos que se investigan. Lo que se hace público por el presente para que las personas que estuviesen comprendidas en lo anteriormente expresado efectúen su presentación en este Juzgado en el plazo de quince días, a partir de la fecha de su publicación, para aportación de las pruebas y declaraciones en su caso”.
Sin embargo, a pesar de la difusión que se dio al Edicto en varios periódicos de tirada provincial y nacional,las diligencias terminaron archivándose por falta de pruebas, ante la pasividad mostrada en todo momento por la familia de Javier, que no quiso formalizar una denuncia contra el autor material del disparo.La realidad fue que, por una u otra causa, quedaron atrás unos hechos sin esclarecer y una muerte, que cuarenta y cuatro años después permanece impune, paliada en fecha reciente por la concesión de una compensación económica de 135.000 euros por el Estado a la familia Verdejo por aplicación de la Ley de Memoria Histórica hace unos años “como reconocimiento a favor de personas fallecidas en defensa de la democracia” y “en atención a las circunstancias excepcionales que concurrieron en su muerte (…) por acción de las Fuerzas de Seguridad o por excesos de éstas”.
En el imaginario popular ha quedado la convicción de que la muerte de Javier Verdejo no fue una muerte fortuita, sino un homicidio con todos los ingredientes de un asesinato (premeditación, alevosía y nocturnidad), como un año y medio después lo sería también la muerte del joven José Manuel García Caparrós, por disparos realizados por la Policía Armada en la manifestación celebrada en Málaga el día 4 de diciembre de 1977, con motivo del “Día de Andalucía”.
El testimonio de los compañeros de Javier
Esta convicción quedó confirmada desde el primer momento por el testimonio de una de las personas que acompañaron a Javier Verdejo en su aventura aquella aciaga noche, testimonio que apareció publicado en el periódico “La Voz del Pueblo”, núm. 10, de fecha 1 de septiembre de 1976: “Cuando el camarada Javier estaba pintando, dos de nosotros advertimos la presencia de los civiles, uno de los cuales encendió una linterna y se dirigió hacia él. Nosotros gritamos: ¡Javier corre! Al oír el grito, Javier vio al guardia que se encontraba a su altura y salió corriendo hacia la playa para tomar un callejón que hay en las proximidades. Allí se encontraba el otro guardia civil, al que Javier no había visto, quien le dio el alto disparando al instante.
El alto no se dio más que una vez y no se oyó más que un disparo. No sabemos si logró esquivar al segundo guardia, pero estamos seguros de que no fue asesinado en la playa ya que no le dio tiempo a correr tanto. Si hubiera querido le podría haber cogido; creemos que le disparó de frente”. Ante este testimonio, sobran los comentarios. En todo caso, sí quiero recordar que a la altura del año 2023 no se ha hecho justicia con la muerte de Javier Verdejo y el presunto autor del disparo, Diego Andújar, sigue impune.
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