el resultado es grotesco: ni se ha presentado un proyecto oficial, ni se ha clarificado la implicación real de la Fundación Guggenheim, ni se ha demostrado el impacto económico positivo.
La otra gran estrategia de este proyecto ha sido el lavado de imagen mediático. No se trata solo de imponer un museo, sino de venderlo como si fuera el último milagro económico y cultural.
En “Intxaurrondo: La sombra del nogal”, Ion Arretxe narró su descenso a los infiernos, cuando el 26 de noviembre de 1985 fue detenido en un operativo antiterrorista, y torturado salvajemente por los guardias civiles a mando de Galindo.
Porque, más allá de los ladrillos, ¿qué es un proyecto sin plazos, sin presupuestos concretos, sin documentos oficiales? Es una forma de perfeccionar el arte del gestionar sin gestionar.
La cultura no es siempre un motor de responsabilidad, conciencia y conservación del patrimonio tanto natural como histórico, sino que puede convertirse en una amenaza si no se gestiona con criterios de sostenibilidad.
Entrevistamos a Eneko Olza sobre su primer libro ‘Trabajo sucio’, después de haber disfrutado del vertiginoso ritmo de sus trescientas páginas que rezuman rebeldía e injusticia, camaradería, callejones sin salida, y mucha música.
El poder político y mediático lleva más de cuarenta años silenciando y tapando una barbaridad, ocultándola bajo el manto de utópicas salidas de futuro que no pasan de “ocurrencias”.