Grandes empresas se frotan las manos ante la posible legalización del cannabis recreativo en Alemania.
Por Oriol Sabata | 22/02/2024
El gobierno de coalición alemán, conformado por el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal (FDP), pretende aprobar el 23 de febrero una ley sobre cannabis que permitiría a partir del 1 de abril el cultivo casero y la posesión de determinadas cantidades ‘para consumo personal’. En caso de aprobarse esta ley, se eliminaría el cannabis de la lista de sustancias prohibidas.
Asociaciones médicas, jueces y otros sectores de la sociedad están en contra de esta legislación. Argumentan que facilitará la actividad delictiva y que no habrá un control sobre el consumo de cannabis tanto en adultos como en menores. La ley permitirá el consumo de cannabis a un máximo de 100 metros de guarderías, parques infantiles y escuelas.
Esta legislación también permitiría la apertura de clubs con cultivos compartidos a partir del mes de julio, en lo que la coalición gubernamental califica como ‘suministro controlado de cannabis a adultos en tiendas autorizadas’. El concepto ‘cultivos compartidos’ significa que hasta 500 socios podrían cultivar cannabis en un solo local de forma legal. Un estudio de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf calcula que anualmente podría producirse un consumo de 400 toneladas de cannabis en el país.
En el sector de la salud existe preocupación por el impacto que puede tener la medida en el incremento del consumo de esta droga. Consideran que podría generar una alta dependencia, especialmente entre la juventud, y que podría desencadenar un problema de salud pública entre la población.
Desde luego, lo que sí hay detrás de esta ley es un auténtico negocio. Los clubs de cannabis en Alemania ya están haciendo campañas publicitarias para sumar adeptos a esta droga. Ofrecen suscripciones para suministrar entre 5 y 50 gramos de cannabis al mes.
Y por parte del Estado, existe también un afán recaudatorio. El gobierno alemán ha sacado sus cuentas: se estima que con la aprobación de la posesión y el consumo de este tipo de droga el Estado podría recaudar hasta 4,7 millones de euros al año. La pregunta que cabe hacerse es: ¿A costa de la salud y la drogadicción de la población?
Según un informe del broker XTB, el negocio del cannabis supera los 300.000 millones de euros a nivel global. Las empresas que operan en este mercado lo hacen a través del uso medicinal del cannabis, que vendría a ser el caballo de Troya del capital, el primer paso para avanzar hacia la legalización del consumo ‘recreativo’ en los respectivos países.
Hay un potente lobby empresarial que presiona a los gobiernos. Grandes compañías como Amazon, Uber, American Express, Bank of America o Mastercard están muy interesadas en entrar en este mercado que en caso de ampliarse a otros usos supondría un lucro enorme.
El caso alemán es otro ejemplo más de gobiernos que legislan a medida del gran capital en detrimento de los trabajadores. Una clase social que, sumida en la explotación laboral y en la degradación de sus condiciones materiales, será carne de cañón de la drogadicción como forma de evasión. Una sociedad alienada, centrada en el consumismo capitalista y sin cohesión social alguna, mientras grandes empresas se lucran con el ‘pelotazo del siglo’.
Toda la razón, es una vergüenza que se llegue a poner la economía por encima de la salud de la gente. Pero ya sabemos el tipo de sociedad que tenemos: CAPITALISMO, puro y duro. Mientras unos se forran, las condiciones de los y las trabajadoras, empeoran. La droga les ayudará a olvidar su penosa situación…y estarán calladit@s.