Y llegan las notas. ¿Damos aprobado general?

Artículo de David González Gándara

Ahora que se acerca el final, por el momento, de este extraño período de educación remota, hay muchas familias deseando saber cómo se van a poner las notas en los centros educativos. En las noticias se han escuchado cosas tales como que habría aprobado general, o que el curso se daba por finalizado. Alguna gente llama a esto erróneamente evaluar, cuando deberían llamar calificar. Evaluar es dar información al aprendiz para que mejore en su proceso de aprendizaje, mientras que calificar es asignar una puntuación con la intención de decidir si se consigue una certificación, un título, o lo que sea.

Aunque eran muchos los que esperaban unas instrucciones claras de las administraciones, estas no han llegado. Han dicho que los centros deciden los criterios de calificación. Y con lógica, ya que en realidad esto ha sido siempre así, los centros deciden las programaciones didáctica, y dentro de ellas los criterios de calificación, para los que no hay ninguna normativa específica. Yo me pregunto por qué iba a cambiar esto. Lo que sí se les ha pedido es que estos criterios estén adaptados a las circunstancias. Entonces se montó el gran lío, con múltiples reuniones de los equipos docentes para ver cómo los iban a adaptar. He oído varias soluciones diferentes. Por ejemplo, en algunos sitios se hace la media de las dos primeras evaluaciones, y luego quien haya aprovechado las actividades de la tercera evaluación puede subir su nota. En otros centros, la primera y la segunda evaluación suponen el 40% de la nota cada una y la tercera el restante 20%. También ha habido algunos centros que consideran que todo el alumnado tiene en principio un 5 y si ha aprovechado las actividades del confinamiento puede subir esta nota.

Cualquiera de estas alternativas es injusta. Se basan, por una parte, en que las escuetas instrucciones de las administraciones estatal y autonómica dejan claro que hay que evaluar todo el curso, no sólo las dos primeras evaluaciones, y que además lo ocurrido en la tercera sólo puede ser tenido en cuenta si es positivo para el alumnado. Eso sí, olvidan que las instrucciones indican que la evaluación refuerce su carácter formativo. Analicemos algunas opciones:

Opciones 1, 2 y 3: Es verdad que se tienen en cuenta las tres evaluaciones, pero no es verdad que cuentan sólo de manera positiva. Al alumnado que no ha aprovechado la tercera evaluación, aunque sea por su situación de desventaja social, le estamos perjudicando, ya que no es posible tener el 100% de la nota si no se aprovecha la tercera.

Opción 1 (40-20-20): Se impide que alguien que no haya aprovechado la tercera evaluación pase del 8, ya que no se modifican las calificaciones de la primera y la segunda. Eso sí, quien tuviese un diez va a perderlo, en el mismo caso de no aprovechar las actividades de la tercera evaluación. Quien haya suspendido, va a seguir suspendiendo. Aunque aparentemente se le da la posibilidad de recuperar con esa mejora, la realidad es que el alumnado que suspende no suele tener mucha ayuda fuera del colegio, que es donde están trabajando ahora, así que lo más seguro es que siga suspenso. Además, si su nota es un 2 o menos, ya no tiene posibilidad matemática de aprobar, porque sólo se puede mejorar el 20%.

Opción 2 (100+20): Esta opción tiene más o menos los problemas de la primera, añadiendo la posible desmotivación de esa parte del alumnado con buenas notas y que ya tenga un 10. Sin una motivación para conseguir la mejor nota, ya que tiene el 10 asegurado, va a ser difícil de motivar. Opción 3 (5 general con opción de mejora): puede parecer la mejor opción, pero en este caso un alumno que sacó 10 en la primera y la segunda pero no aprovecha la tercera saca un 5, cuando podría merecer un 10.

Parece imposible resolver el asunto, pero no lo es tanto. Lo único que implica es que para calificar no hay que poner una nota a cada una de las actividades y luego hace cálculos matemáticos con estas notas. Tampoco es correcto calificar con el típico modelo de exámenes 70%, trabajos 20% y actitud 10% (en el artículo que escribí para la revista AOSMA lo explico con más detalle). Comprendo que para la gente que calificaba así, ahora es muy difícil cambiarlo, es que esta manera de calificar ya daba muchos problemas antes. Por razones inexplicables no sólo no se hacía nada por cambiarlo, sino que incluso era la manera recomendada por algunos. Lo que se debe hacer, tanto por lógica como por normativa, es durante es evaluar tomando como referencia los criterios de evaluación, que por algo se llaman así. Es necesario tomar evidencias del aprendizaje, numerosas y de distinta naturaleza y dar información al alumnado de lo que debe cambiar para hacerlo mejor. Al final del proceso, y sólo al final, decidimos la nota en función de si se han cumplido los criterios de evaluación o no.

Por todo esto, propongo la opción 4. Consiste, en primer lugar, en eliminar los criterios de evaluación que estaban asociados a actividades planeadas para el tercer trimestre. Puede haber que modificar las actividades también, si estaban muy enfocadas a cosas que sólo se pueden hacer en el aula. De esta forma, las evidencias tomadas en el tercer trimestre se corresponderán a los criterios de evaluación de la primera y segunda evaluaciones. Estamos reforzando aquellos aprendizajes, y al mismo tiempo permitiendo a que el alumnado que no había cumplido alguno de aquellos criterios, nos demuestre ahora que lo cumple. La tercera evaluación es una nueva oportunidad de realizar los aprendizajes de las dos primeras, a la vez que se podrían aprender cosas nuevas, pero que no van a ser calificadas. Damos así respuesta al mandato que parecía imposible, de evaluar la tercera evaluación y que esta pueda tener valor positivo en las calificaciones del alumnado. Eso sí, de todo el alumnado, no sólo de los mejores estudiantes, como suele ocurrir. Con esta propuesta, el alumnado que sacaba 10 no tendrá problema en conservarlo, pero mucho más importante, el que sacaba 2 tiene la oportunidad de aprender lo que no había aprendido, y además de sacar una nota mejor, incluso un 10.

No creo que sea esta la única forma de hacerlo, pero queda claro que es posible lo que parecía un sinsentido de evaluar y calificar todas las actividades del curso, que las de la tercera evaluación sólo puedan beneficiar al alumnado, y que todos tengan oportunidad de éxito. Y que no nos vendan que no es posible hacerlo con lógica.

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