En un contundente artículo de opinión publicado en eldiario.es, el veterano político gallego recuerda que «la mutilación de los sistemas públicos de sanidad por las políticas de austeridad resultó ser homicida».
Para Beiras, la «feroz pandemia» del coronavirus «pone descarnadamente al descubierto el índole criminal» de los recortes en la sanidad pública «a favor de la codicia del capital privado. Porque «esa constante y progresiva mutilación de los sistemas públicos de salud, y también de la provisión de los demás bienes y servicios públicos y sociales ofrecidos como gratuítos» coincidió con una «gran depresión económica que exacerbó las desigualdades sociales» y la «expansión de los contingentes de trabajadores y trabajadoras pobres en la población ocupada» situando a nivel general a buena parte de la ciudadanía «por debajo del umbral de la pobreza».
Para el profesor y político «los máximos y primordiales responsables de este crimen» son «los reaccionarios poderes financieros del capital transnacional especulador y expoliador» que controlan el Fondo Monetario Internacional y ya «las más altas instituciones no-democráticas de la Unión Europea», que impusieron políticas ultraliberales con la ayuda de gobiernos que de manera servil o connivente las ejecutaron «agrediendo a los ciudadanos en vez de defenderlos» y gobernando contra la ciudadanía «en vez de hacerlo a favor de sus necesidades y sus legítimos derechos constitucionalmente consagrados».
«CORRUPCIÓN» Y «PIRATERÍA» DE LOS GOBIERNOS DEL PP
Xosé Manuel Beiras recuerda que primordialmente a nivel del Estado Español, pero también en Galicia, los respectivos gobiernos del Partido Popular fueron presa «de una brutal corrupción generalizada en complicidad con la piratería más desalmada del capital especulador privado». En primer lugar José María Aznar, «saqueando el patrimonio del Estado» con masivas privatizaciones de la banca pública y empresas como Teléfonica, Endesa o Repsol, y a continuación Mariano Rajoy, «saqueando los fondos de la Seguridad Social y el patrimonio de las clases trabajadoras y llevando al paroxismo el desmantelamiento de servicios públicos y sociales indispensables en maridaje corrupto con el gran capital, protegiendo o amnistiando a los grandes evasores de impuestos refugiados en paraísos fiscales y vaciando de contenido el Título I de la Constitución, desde el régimen laboral o el derecho a la vivienda hasta las libertades cívicas de manifestación y expresión con la connivencia de la cúpula del Poder Judicial, incluído el denominado Tribunal Constitucional».
Por su parte, para Beiras, a nivel gallego, los sucesivos gobiernos de Alberto Núñez Feijóo «llevan once años vaciando de contenido el Estatuto de Galicia, destruyendo los recursos, los ecosistemas y el tejido productivo» que son «fuentes de vida y sustento de la ciudadanía, expoliando los ahorros de las clases populares y mutilando el Servizo Galego de Saúde «a favor de empresas de sanidad privada que se nutren de fondos públicos y ahora se desentienden impertérritas del azote de la pandemia» instando a sus plantillas a coger vacaciones.
«Para culmen de la impudicia -señala el profesor- esos exgobernantes en el poder central y aún gobernantes en Galicia acosan, difaman y calumnian» a nivel estatal a las fuerzas políticas progresistas que, en el Gobierno y en las Cortes, «están combatiendo lo mejor que pueden y saben la pandemia con la precariedad de herramientas y recursos heredada de aquellos criminales gobernantes del PP». Y, a nivel gallego, «intentan hacer el equivalente con las organizaciones sociales y fuerzas políticas que, actualmente en la oposición, denuncian y critican, con inmerecida mesura, la estulticia de los gobiernos de Núñez Feijóo». Porque «para los capataces del PP los ciudadanos no son seres humanos», sino «objetos cifras y votos que se compran o hurtan con dinero y estupefacientes», tal y como han demostrado suficientemente con sus prácticas como gobierno y ahora, en el Estado «como oposición caníbal».
RECHAZO A LA IMPUNIDAD
Para Beiras, «ninguno de esos responsables de todos los crímenes contra el derecho de los ciudadanos a la salud y demás bienes y derechos sociales y sus perros de presa mediáticos, ninguno de ellos, puede ni debe quedar impune» y «depende de todas y todos nosotros, ciudadanos libres e inmunes a la intoxicación», el que «sean cívica y políticamente castigados como perecen» porque «nosotros somos seres humanos, y no alimañas».
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