Entrevistamos al médico cubano-palestino Watan Alabed, quien nos explica como es la vida de un refugiado palestino en el exilio.
Por Hernán Viudes | 29/08/2024
Watan Alabed es palestino, su familia vive en Jordania. Para poder cumplir su sueño de ser médico, debió emigrar a Cuba. ¿Cómo es la vida de un refugiado palestino y la resistencia en el exilio? Como activista político, para Watan “es una lucha anticolonial”. “Soy cubano- palestino internacionalista”.
Médico cubano, pero de origen palestino, ¿por qué estás en Cuba?
Me llamo Watan, y como dices, soy médico cubano, graduado en Cuba, y palestino, refugiado de tercera generación, mi familia vive actualmente en Jordania. Cuba siempre ha dado su apoyo y solidaridad a todas las causas justas en el mundo, y en el caso de Palestina no se ha quedado atrás. Cuba siempre ha ofertado becas para estudios, para todas las carreras, y últimamente nada más que para medicina. Por cuestiones económicas no pude estudiar la carrera en Jordania, y me presenté a las becas cubanas, y aquí estoy.
¿Cómo es, Watan, ser un refugiado político?
Yo reo que el concepto va más allá de un refugiado político. El refugiado es cuando tienes un problema político en u país, y sales, pero nosotros somos producto de un genocidio, durante más de cien años. Nosotros no hablamos de un genocidio ocurrido en el 48, sino de antes, esto es una lucha anticolonial. Después de la Primera Guerra Mundial, el mundo árabe fue repartido entre las fuerzas coloniales triunfantes, y Palestina cae bajo el mandato inglés, y ahí comienza una lucha antiimperialista y anticolonial, contra los ingleses, que posteriormente dan este territorio a las bandas sionistas, que todavía no eran israelís, financiadas, armadas y entrenadas por Inglaterra, que era la primera cuna imperialista del movimiento sionista, en aquel momento.
En 1948 han masacrado, al igual que estamos viendo ahora por las redes y por los medios de comunicación, a 700.000 palestinos, que fueron obligados a salir de los territorios palestinos, en aquel entonces. Y mi familia fue una de las que salieron a Jordania, a allí nos hicimos refugiados. La palabra refugiado nace en ese momento.
¿Vós no podés viajar a Jordania y reencontrarte con tu familia? A Palestina es imposible, no podés…
A Palestina es posible. Después de la liberación, del triunfo, todo el mundo va a volver, pero ahora nos niegan el derecho al retorno, que es un derecho otorgado por las Naciones Unidas.
Y sós, aparte de médico, activista político, porque te definís así.
Por varias razones, vamos a decir, el hecho de ser médico, graduado en Cuba, porque Cuba no se preocupa solo de formar profesionales, sino revolucionarios, en cierta manera. El grado de madurez que nos da la revolución cubana, nos da un compromiso moral, con nuestra causa, nos formamos para poner nuestro grano de arena en nuestras causas, que son inseparables de las causas internacionales. Si, yo hoy estoy aquí, en Cuba, me presentaste al principio como cubano, y esa es mi identidad actualmente, pero yo soy palestino-cubano, soy internacionalista y lucho por Palestina, pero también voy a luchar por Cuba, porque compartimos el mismo enemigo, combatimos al mismo régimen.
Nosotros identificamos la causa palestina como la causa de los oprimidos contra los opresores, y quien no se interesa por la política da su bendición a las fuerzas dominantes y al imperialismo. Es parte de nuestro compromiso ético y moral interesarnos por la política, y poner de nuestra parte nuestro grano de arena en la lucha por la liberación, ya sea por Palestina, por Puerto Rico, por la independencia completa de Haití, contra las intervenciones internas en Venezuela, contra las sanciones y el bloqueo en Cuba. Es una sola lucha, solo que en diferentes trincheras.
Ahora, como médico, ¿qué me podés decir de la situación de genocidio y de desastre humanitario, particularmente con los niños, en Palestina?
Hoy no se conocen cifras, estamos hablando de algunas estadísticas de 186.000 afectados por el genocidio, de 50.000 mártires y desaparecidos, que también pueden ser mártires bajo los escombros. Estamos hablando de 3.500 masacres que ha hecho la entidad sionista, y han contado que ha llegado a los hospitales, como mártires, 40.000, pero esto no son cifras oficiales, son aproximadas, porque no se pueden cuantificar. Niños, menores de 17 años, estamos hablando de 17.000, que no solo se mueren de las bombas, hay niños que se mueren de hambre, estamos hablando de niños lactantes, de neonatos, que murieron de hambre después de obligar al personal médico a abandonar los hospitales. Estamos hablando de 166 periodistas martirizados, de 7 fosas comunes encontradas dentro de los hospitales, y también, ahora que debería comenzar el curso escolar, hay más de 10.000 estudiantes mártires, y más de 50.000 los que no van a poder comenzar las clases.
En cuanto al tema médico, el sistema de salud ha caído hace rato, en Gaza, específicamente en el norte de Gaza, donde los hospitales no tienen capacidad a la hora de cualquier intervención quirúrgica, para salvar la vida a un paciente. La semana pasada llegó una mártir embarazada y el equipo de ginecobstetricia y el hospital Al Auda, al norte de Gaza, el único que se mantiene allí con esta especialidad, le salvó la vida al recién nacido.
Ayuda humanitaria, insumos médicos, no llegan al norte, llegan a lugares determinados del sur, y bajo la vigilancia de los sionistas, ellos seleccionan a quién le llegan estas ayudas. Aparte de las ayudas que los regímenes árabes reaccionarios tiran del cielo con paracaídas a la población, esto también ha causado otro tipo de martirio, las imágenes que vimos cuando esto pasaba son asquerosas, como la gente de Gaza, del norte más específicamente, de alguna forma le quitas la dignidad, cuando le tiras un cargamento de comida, que, además, a veces es comida vencida, que no sirve para comer, que no tiene las características para que uno se mantenga vivo.
Esta entrevista fue publicada originalmente en Agenda Sur.
Se el primero en comentar