Vučić y Fico no ceden al chantaje de la UE y acudirán al Desfile de la Victoria en Moscú

La campaña de la UE para deslegitimar las conmemoraciones del 9 de mayo no solo busca reescribir la historia, sino que también refleja una narrativa rusófoba que minimiza el sacrificio soviético.

Por Ricardo Guerrero | 5/05/2025

El 9 de mayo, la Plaza Roja de Moscú será escenario de las conmemoraciones del 80º aniversario de la victoria soviética sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, un evento que rinde homenaje al sacrificio de millones de personas que lucharon contra el fascismo. Entre los líderes confirmados para asistir al desfile se encuentran el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, y el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, cuya decisión resalta por su firmeza en un contexto de creciente confrontación geopolítica impulsada por la Unión Europea (UE) contra Rusia.

La presencia de Vučić y Fico en Moscú es un acto que les honra, especialmente ante la campaña de hostilidad promovida desde Bruselas, que no solo busca aislar a Rusia, sino también borrar la memoria antifascista que representa el legado de la Unión Soviética. En los últimos años, la UE ha intensificado sus esfuerzos para equiparar el socialismo soviético con el nazismo bajo el paraguas de los ‘totalitarismos’. Esta estrategia, que pretende criminalizar a la URSS, intenta ocultar deliberadamente el papel decisivo que jugó la Unión Soviética en la derrota del fascismo, con un costo de aproximadamente 26,6 millones de vidas, incluyendo 18 millones de civiles.

A pesar de las advertencias explícitas de la Comisión Europea, que ha amenazado con consecuencias políticas —especialmente para Serbia, candidata a la adhesión a la UE—, ambos líderes han mantenido su compromiso de asistir al desfile del 9 de mayo. Vučić, quien recientemente enfrentó problemas de salud, reafirmó su decisión, destacando la importancia histórica de la victoria sobre el fascismo y la liberación de Yugoslavia por el Ejército Rojo en 1944. Por su parte, Fico, conocido por su postura soberanista, ha calificado las presiones de la UE como ‘irrespetuosas’ y una forma de chantaje, defendiendo su derecho a rendir homenaje a los soldados que liberaron Eslovaquia.

La campaña de la UE para deslegitimar las conmemoraciones del 9 de mayo no solo busca reescribir la historia, sino que también refleja una narrativa rusófoba que minimiza el sacrificio soviético mientras exalta a países que, en muchos casos, colaboraron con el régimen nazi. Esta postura, denunciada por el presidente ruso Vladimir Putin y la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova, ha sido calificada como un intento de distorsionar la verdad histórica.

La decisión de Vučić y Fico de asistir al desfile del Día de la Victoria no solo reafirma su compromiso con la memoria antifascista, sino que también desafía la narrativa impuesta por Bruselas. En un momento en que la UE intenta redefinir la historia para ajustarla a sus intereses geopolíticos, la presencia de estos líderes en Moscú es un recordatorio de que la victoria sobre el nazismo es un legado universal que no puede ni debe ser borrado.

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