Pepe Sedano

Hablando sobre deportados españoles a campos nazis (II)

El aceite de ricino corrió como la pólvora, las maquinillas de cortar el pelo o las navajas de afeitar comenzaron a hacer su trabajo en manos de salvajes que disfrutaban con su faena, al tiempo que se reían, escupían, violentaban y abusaban tanto de niñas jóvenes, como de impúberes y ancianas.

Pepe Sedano

Hablando sobre deportados españoles a campos nazis

Confieso que descubrir estos campos fue una gran sorpresa para mí. Pero no se puede imaginar lo que supuso descubrir, igualmente, que detrás de los muros de esos campos también hubo vecinos del lugar donde vi la luz por primera vez: Berja (Almería).