La respuesta al lector fue que la señora Ayuso es un éxito especular, un reflejo significante que ha hecho aflorar la sociología electoral del votante de derechas madrileño que está ahora, y estaba antes, situada por debajo del vuelo del radar.
¿No será que desde arriba ya le han puesto fecha de caducidad al tándem Ayuso-Feijóo y están preparando las luces del escenario para una reentrada de Pablo Casado con la cara lavada y recién peinada?
En cierta forma recuerda la desesperación de Hitler cuando un par de semanas antes de perder la guerra se vio obligado a una leva forzosa de niños en su Ejército.
En la auscultación del rumor siempre convergen dos miedos: el del poder y el temor de la población que lo sufre, inquieta por no conocer previamente cuales van a ser las decisiones que pondrán en peligro sus libertades y necesidades.