Quien, bajo cualquier argumento, justifique la invasión rusa está defendiendo el imperialismo, la peor pandemia jamás sufrida por la humanidad. Se ha levantado ya un movimiento contra la guerra y en solidaridad con Ucrania
¿Hay que conformarse con esto? Por supuesto que no, de hecho hemos de seguir luchando hasta encerrar en el armario de la historia las reformas laborales de 2010 y 2012.
La gente se rebela contra los recortes, la precariedad, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios que imponen la banca y los monopolios, la deslocalización industrial o los convenios precarios y sin derechos.
«Con esa energía y con esa fuerza se recorrieron las calles de Madrid hasta llegar al museo Reina Sofía donde nos esperaba un escenario donde iba a leerse el manifiesto».
Hemos de poner todos los recursos al servicio de las necesidades de la población: otro futuro para la educación es posible si aplicamos la línea de inversión, inversión, inversión.