Por Albert A. H. (Matapuces LLibertat)
La esfera del interés personal debe quedar igualada con la esfera del colectivo, si se produce un desequilibrio entre estas dos esferas surge el conflicto, en un contexto de igualdad nada del otro nos es ajeno, es decir, el individuo es la sociedad al formar parte integral de ésta.
Defender los intereses personales a través de los partidos políticos es reforzar y perpetuar el sistema de dominación estatal-capitalista que cada vez será más implacable en su esfera de Poder o toma de decisiones y control hacia la población dirigido por la violencia de sus cuerpos de seguridad y represivos, que a su vez relegará y hundirá a una parte también cada vez mayor de la sociedad en la pobreza y miseria para que una minoría de privilegiados puedan disfrutar de los beneficios que les otorga la explotación (consciente o inconsciente) de una mayoría que se hace mayoritariamente cómplice de la élite de poder que la gobierna votando.
Si el pensamiento queda limitado o condicionado por el Ego fragmenta la realidad, por lo tanto la medida del pensamiento debe abarcar la totalidad de lo observado para facilitar una comprensión clara de lo hechos.
Si el pensamiento puede justificar los actos más injustos, lo cotidiano y normal para el sujeto es vivir en un estado de desigualdad social que implicará pobreza, miseria o muerte para una parte mayor o menor de la sociedad. Como el Estado y el Capital se rigen por un pensamiento autoritario que implica obediencia y sumisión, debemos rebelarnos contra toda Autoridad que atente a nuestra voluntad, tanto la igualdad como la libertad del hombre son incompatibles con la Autoridad.
En una sociedad jerarquizada la imagen del sujeto viene determinada por su Ego que determina a la vez la potencia de su autoridad para influir de forma directa o indirecta en la escala que ocupa en el sistema de dominación.
Al fin y al cabo cuando hablamos del sistema, nos referimos a la sociedad.
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