Voces en Bruselas: Javier Sáenz Munilla. Pablo González Libertad!

Y el gobierno español, autocalificado el más progresista de la democracia, que no haga nada por defender los derechos legítimos de un ciudadano español en el extranjero, sí, pero en un país de la UE. Es deplorable.

Por LQSomos

Los días 4 y 5 de julio, un grupo de activistas y periodistas se desplazaron al Parlamento Europeo junto a Oihana Goiriena, esposa de Pablo González, y allí realizaron diversas intervenciones, contando con el apoyo de varias eurodiputadas encabezadas por Miguel Urbán (Anticapitalistas – The Left): rueda de prensa, entrevistas, un encuentro con diferente grupos políticos y participación en las Jornadas Journalism is not a crime! Todo para dar voz y luz al caso de Pablo González, una brutal violación del Derecho a la Información y a los derechos humanos que se está produciendo ahora mismo en el corazón de la Unión Europea.

Vamos a publicar algunas de esas intervenciones; hoy os dejamos la segunda, pronunciada por Javier Sáenz Munilla el martes 4 de julio. Javier es un veterano periodista, reportero durante años en Latinoamérica, entre otros muchos lugares, para RTVE, activista en el Grupo de Apoyo a Pablo González y miembro del colectivo de redacción de LoQueSomos. Un personaje incombustible y sigue viviendo el periodismo como una parte inseparable de su vida.

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La situación del periodismo global ante el auge reaccionario
(Intervención en la mesa de este título en el Parlamento Europa en Bruselas, a invitación del grupo La Izquierda)

Gracias por invitarnos/me

¿Situación del periodismo? Fatal.

Hoy priman la GUERRA MEDIÁTICA, el CONSENSO PROPAGANDÍSTICO, el CHISME SIN SUSTENTO llamado ‘fake news’.

Así se construyen ideas-Marco como que China es nuestro enemigo, que nos va a atacar en tres años y no estamos preparados (Esto se ha publicado en el The Washington Post), etc.

Todo esto adobado con un claro sesgo ideológico en el reparto de la publicidad institucional, gracias al que algunos medios pueden sobrevivir, el maltrato laboral y salarial a los informadores con trabajos precarios que, claro está, ven peligroso defender su criterio profesional por aquello de que no es conveniente morder la mano de quien te da de comer (aplicable también a las empresas periodísticas respecto a la publicidad institucional) …

Y a todo esto va y viene la UE, y lanza la denominada European Media Freedom Act, la Ley Europea de libertad de medios, con el noble propósito de REGULAR, noble palabra también, el batiburrillo mediático europeo. ¡Bienvenida la regulación! porque la autorregulación no funciona, pero veamos qué regulación.

La ley es todavía un proyecto, pero el Consejo de la UE, ya ha aprobado un texto que, ART. 4 afirma que “Se podrá espiar a periodistas por razones de seguridad nacional”. TREMENDO. Y esta redacción, la de este artículo, no es una propuesta de Polonia o de Hungría. ¡ES DEL GOBIERNO FRANCÉS!

Esto, que ya tiene el aval del Consejo, permitirá, por ejemplo, violar el SECRETO PROFESIONAL y sin secreto profesional no hay periodismo libre, libertad de expresión, derecho a la información. Así es que mal panorama.

Le copio los datos al Secretario General de la Federación Europea de Periodistas, Ricardo Gutiérrez, que el viernes pasado en Madrid, en una jornada celebrada en la sede de las Comunidades, los presentó en una brillante intervención:

-Desde 2015 se han producido 49 asesinatos de periodistas en Europa, 15 en países miembros de la UE.

-1.600 violaciones graves de la libertad de prensa.

-141 periodistas en prisión en Europa (Entre ellos Julian Assange y Pablo González).

En palabras de Ricardo Gutiérrez, el pluralismo informativo y la independencia de los medios, está en “declive total” y no sólo en Polonia o Hungría. En Noruega, Alemania y Reino Unido, ya hay sentencias condenatorias por espiar a periodistas por ‘seguridad nacional’.

Decía al principio que estamos en una fase que se ha denominado de GUERRA MEDIÁTICA.

“VUELVE LA GUERRA FRÍA. RUSIA HA INICIADO MANIOBRAS MILITARES”

Este es un titular de un Telediario de TVE el 18 de agosto de 2007. Mucho antes de la invasión rusa de Ucrania. Este ejemplo, que lo apunta Pascual Serrano en su libro “Desinformación”, muestra cómo por unas simples maniobras de Rusia se habla del comienzo de la guerra fría, pero no se alude a esa fase cuando se instalaban bases norteamericanas en Bulgaria y Rumanía por esas mismas fechas, con 5.000 soldados estacionados o cuando EEUU decide instalar en Polonia su escudo de misiles con 10 rampas de lanzamiento o su gran sistema de control por radar en Chequia.

Hoy, Estados Unidos tiene armas nucleares en Italia, Alemania y Países Bajos, que se sepa. Países Europeos.

En abril de 2008, titulaba El País: “Los aliados respaldan en bloque el escudo antimisiles de Bush” (Se refería a la cumbre de la OTAN en Bucarest en el que los 26 miembros dan su apoyo a esto, sin que nadie hable de “GUERRA FRÍA”)

Ocultando estos hechos y no recordándolos en momentos que lo requieren para contextualizarla, se manipula la información. Esto tiene un fin. Pensando que las grandes mayorías son incapaces de comprender nuestros justos objetivos, necesitamos, como escribió Noam Chomsky, “domesticar al rebaño perplejo; algo que viene a ser la nueva revolución en el arte de la democracia: la fabricación del consenso”.

O como apuntó también Chomsky, sobre el gurú de la era Kennedy, teólogo por más señas, Reinold Niebuhr, que consideraba que “la racionalidad es una habilidad al alcance de unos pocos, mientras que la mayoría se guía por las emociones y los impulsos”. Por lo que propugnaba crear “ilusiones necesarias y simplificaciones acentuadas” desde el punto de vista emocional para que los que llamaba, ” bobalicones ingenuos”, se traguen la píldora.

Otro mecanismo de manipulación y desinformación son los sondeos; su difusión. Señala Ignacio Ramonet que se trata de “una nueva forma de condicionamiento que nos influye sin hacerse notar. Al recordarnos constantemente el deseo de la mayoría, nos sugieren que vayamos en la misma dirección. Ya que los indecisos tienden a alinearse con la opinión de la mayoría”. Los sondeos trabajan además con una opinión pública ya perfilada como un reflejo de la información de masas y de la publicidad. Se establece un anillo que circunscribe la norma social, EL CONSENSO, y la conformidad. Fuera de él está lo marginal, la desviación, la anormalidad.

La consecuencia de todo ello es una ciudadanía desinformada y muy manipulable.

Esto es lo que se quiere y por ello, los periodistas que cumplen con su obligación de informar, molestan.

Por eso Julian Assange entra ya en su segunda década en prisión, por difundir información de calidad que los medios que se lucraron con ella, ahora miran para otro lado.

Y ahí tenemos a Pablo González, verdadero experto en el espacio postsoviético, avezado ya con su cobertura de la guerra del Donbass en 2014, detenido. Otros, que estuvieron también allí, como los alemanes Patrick Baab y Alina Lipp y otros, se han quedado sin trabajo.

Recientemente el mediático reportero y documentalista John Pilger contaba en un artículo que en 2003 grabó en Washington una entrevista con un reconocido periodista de investigación, Charles Lewis. Le preguntó sobre la invasión de Irak y la difusión de las mentiras sobre las armas de destrucción masiva de Sadam. Respondió: “Si los periodistas hubiéramos hecho nuestro trabajo, hay muchas, muchas posibilidades de que no hubiéramos ido a la guerra de Irak”. Allí murió al menos un millón de personas.

Le preguntó los mismo a Dan Rather, gran figura de la CBS y respondió lo mismo. Lo mismo dijo David Rose del Observer y el corresponsal entonces de la BBC en Iraq, Rageh Omaar, constante difusor de aquella mentira, quien dijo sentirse “engañado” y arrepentido.

Julien Assange y Pablo González hacían su trabajo. Y ahí están por ello, en prisión.

Entonces, ¿por qué hoy los medios, a pesar de la enseñanza de lo que supusieron las mentiras sobre Iraq, por qué los medios siguen haciendo los mismo en coberturas como, por ejemplo, la guerra de Ucrania? Horrible, rechazable, ilegal, criminal la invasión rusa. Por supuesto. ¿Pero por qué los medios siguen mintiendo, ocultando, no investigando, no confirmando sino publicando la propaganda de guerra como si fueran hechos verificados? Por qué los medios occidentales, nuestros medios, aceptan la censura y sólo informan, por emplear un verbo, de lo que ocurre a un lado. ESTAMOS EN GUERRA Y LA MENTURA ES UN ARMA MÁS. ¿PERO DE LOS PERIODISTAS, DE LOS MEDIOS?
La obligación nuestra es comprobar y desmentir las mentiras y buscar la verdad. Ese es nuestro oficio.

Los periodistas tenemos la obligación de defender el Derecho ciudadano a la información y a una información de calidad, veraz, independiente, contextualizada. Porque la información no es nuestra, de los periodistas, pero tampoco es de los dueños de los medios, aunque sean medios públicos, del Estado. Es de los ciudadanos, es un derecho de los ciudadanos. Y un derecho vital para el sostenimiento de la Democracia. Sin libertad de expresión, sin derecho a la información, sin libertad de información, no hay democracia.

Cercenando este derecho tan fundamental, se abre la puerta al fascismo, que ya lo tenemos en casa. En nuestra Europa.

CASO PABLO GONZÁLEZ

Para terminar, vuelvo brevemente sobre el caso Pablo González, que nos ha traído aquí a Bruselas.

Miren ustedes, que el gobierno iliberal, postfascista, como quieran, de Polonia, encarcele a periodistas, cierre medios, tenga a Pablo González en una prisión indigna para un ser humano, la llaman el Guantánamo polaco, en condiciones que podemos calificar de secuestro y tortura, 23 horas al día aislado, entorpeciendo su comunicación con la familia, violando sus derechos de defensa y con ello la Convención de DDHH, 16 meses ya, sin presentar pruebas, impidiendo el acceso a la causa de sus defensores… Bueno, ça va de soit que dicen los franceses, es un gobierno neo, post, fascista ya la UE se lo permite.

Y eso es lo grave, que la UE lo permita y se calle. La Comisión Europea y el Parlamento, a los que hemos instado con diversos escritos los grupos de apoyo a Pablo, y ni siquiera responden.

Y el gobierno español, autocalificado el más progresista de la democracia, que no haga nada por defender los derechos legítimos de un ciudadano español en el extranjero, sí, pero en un país de la UE. Es deplorable.

Pero la actitud el Ministro de Asuntos Exteriores de España, señor Albares, es ya de una indignidad, de una mendacidad, de una actitud incalificable. Este señor, y lo digo porque sé que es así, no sólo no defiende los derechos de Pablo González, es que además de dedica a mentir, contactando con periodistas de cierto nivel e influencia, para asegurarles que las pruebas contra Pablo son contundentes. Y en público en varias ocasiones ha dicho, hasta en programas en directo en televisión, que Pablo está siendo tratado con arreglo a la legislación polaca y sus derechos respetados perfectamente.

El señor Albares practica el mismo método que, en su día, utilizó Collin Powell, entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, para justificar la invasión y destrucción de Iraq cuando aseguró ante el Consejo de Seguridad de la ONU, sin ningún rubor que las pruebas sobre la posesión de armas de destrucción masiva por el régimen de Sadam Hussein eran contundentes.

Gracias.

¿Dónde están las garantías de DERECHO de un estado europeo?
#DerechosHumanos #LibertadDeComunicación #FreePablo #PabloGonzálezLibertad #PavelAskatu

– Libertad para Pablo – Free Pablo

1 Comment

  1. Magistral Javier en aquests temps en que les fake news i les fake media están intoxicant lopinio de les persones per normalizar el feixisme en la societat.

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