Vigo Vanguardia y Resistencia

VIGO vanguardia y resistencia resumía no sólo las luchas del momento, también el espíritu de la ciudad más avanzada de Galiza, de la industria y de la cultura.

Por Xavier Moreda / Vigo Antifascista

En este año, en septiembre se cumplen 50 años de aquellas huelgas históricas que tuvieron lugar en Vigo. Isidro Román lo documenta y lo narra en su libro «¡Todos con Vigo!», un libro para quien decida conocer el significado, el valor de aquellas luchas del 72.

La huelga general sucedió entre el nueve y el 26 de septiembre de 1972. Pararon la inmensa mayoría de los sectores productivos de la ciudad Olívica y de su área de influencia. Durante más de dos semanas, el antifranquismo movilizó e hizo tambalear de manera significativa al régimen, en demanda de mejoras salariales y laborales, sociales en definitiva.

El comité para la celebración de la efemérides, VIGO ESPÍRITO DO 72, pretende entre otras cosas, divulgar todo lo que se fue editando y recuperarlo para la memoria del antifranquismo, del antifascismo. En esta exhaustiva búsqueda de archivos, recuperaron en una publicación editada en el exilio, ESPAÑA LIBRE, (pág. 3, del número 5, del año 72), una viñeta dónde el magnífico humorista español, Forges,  hace referencia a aquel espíritu y denota con su ironía, arma inteligente contra la censura, al alcalde de la época o a cualquier y todos los alcaldes franquistas en aquel preciso momento : «esta mañana he dicho VIGO delante del señor alcalde y me le ha dado un síncope», tan solo diciendo Vigo se convirtió en vanguardia, ofensiva y resistencia, VIGO con pronunciación semiclandestina. VIGO vanguardia y resistencia. Resumía no sólo las luchas del momento, también el espíritu de la ciudad más avanzada de Galiza, de la industria y de la cultura, sin duda de la edición y de las luchas vecinales, del pueblo trabajador y de la industria viguesa inexistentes el uno sin el otro.

Yo lucho con la Memoria contra la nostalgia enfermiza y paralizante, a favor de recuperar el espíritu de esta ciudad abierta al mundo.  Aunque recordar también es sufrir, Vigo y su memoria no pueden ser borrados para ser suplidos por una nueva desidentidad, Vigo no es un no-lugar y no puede ser una parodia, ¿saben cómo se llaman en Vigo, cómo están denominados las entradas a los retretes del centro comercial vialia?: CONSERVERAS, MOVIDAS… no voy a seguir con la nomenclatura ¡no es un chiste! Ni sabemos más que Lepe, ni queremos ser una especie de nuevo Lepe. Por suerte y por desgracia el alcalde dejará de serlo, no hay mal que cien años dure. En su soberbia «pailana» es ya caricatura de sí mismo y de las consecuencias de su populismo Disney. Sus estridencias o todo lo contrario, están saliendo muy caras a esta ciudad, iluminada por un iluminado sin límite. Un «neorrancio» gobierna y nos enfrenta artificiosamente, por sus intereses electorales, contra toda administración, si no es manipulable.

Caballero está situado políticamente en la mediocridad, en lo que ya llaman el «extremo Centro» con su pesada auto-condecoración de piedra: «la cruz de los caídos», monumento fascista inaugurado por el genocida Franco, en el lugar dónde fueron fusiladas casi doscientas personas. Digo Vigo para exorcizar los demonios, en forma de parque temático de Abel. Digo VIGO INDUSTRIA, versus circus. Digo VIGO CULTURA, versus populismo Disney.

Abel Caballero desaparecerá por el aburrimiento de los que pensamos que Vigo no es parodia, ni parque temático. El gran negacionista de nuestra identidad como ciudad industrial y cultural. Memoria.

Digo Vigo.

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