Estupidez a tiempo completo
cuando se crece vacío por dentro.
Tesoro de los estúpidos
son la ambición desmedida,
el fanatismo, la cobardía,
la caza de brujas
y la disonante armonía.
El vigilante de la noche
actúa con la luz apagada,
encarcela la sátira y
trabaja el desprecio y
la codicia sin entendimiento,
la mentira clavada en la espalda,
el ímpetu por injuriar al mísero
y alejar del fuerte la espada.
Estúpido de profesión,
deja las palabras al desdichado
y el poder y razón para (con)vencerte.
Vigilante de cabellos dorados
vestidos ya de oro blanco.
Seso de intelecto seco.
Juventud en el arcón guardada.
Brote de lágrimas alquiladas
al mirar tu sinrazón a la cara.
La estupidez supina
cubre la transparencia de un alma
que se vuelve opaca.
Por eso el paso del tiempo,
se querella contra la realidad
de tu poca educación,
a modo de venganza.
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