Vigilantes de la noche (La estupidez provee al estúpido)

Por Javier Delgado Gallego

Estupidez a tiempo completo

cuando se crece vacío por dentro.

Tesoro de los estúpidos

son la ambición desmedida,

el fanatismo, la cobardía,

la caza de brujas

               y la disonante armonía.

El vigilante de la noche

actúa con la luz apagada,

encarcela la sátira y

trabaja el desprecio y

la codicia sin entendimiento,

la mentira clavada en la espalda,

el ímpetu por injuriar al mísero

y alejar del fuerte la espada.

Estúpido de profesión,

deja las palabras al desdichado

y el poder y razón para (con)vencerte.

Vigilante de cabellos dorados

vestidos ya de oro blanco.

Seso de intelecto seco.

Juventud en el arcón guardada.

Brote de lágrimas alquiladas

al mirar tu sinrazón a la cara.

La estupidez supina

cubre la transparencia de un alma

               que se vuelve opaca.

Por eso el paso del tiempo,

se querella contra la realidad

de tu poca educación,

               a modo de venganza.

Ilustración de Javier F. Ferrero

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