Videojuegos | ¿Los videojuegos tienen ideología?

Por Manuel Evangelista

Para evitar que tengáis que bajar al final del texto para saberlo, y perdón por el spoiler , os voy a responder ya a la pregunta: los videojuegos sí tienen ideología, pero muchos títulos tratan de ocultarla.

Antes de poner ejemplos concretos, haré lo que la mayoría de estudiantes odia hacer en un examen: justificar su respuesta. Cualquier producto surgido artificialmente de la mano del ser humano tiene ideología.  Muchas veces es algo accidental, ya que ni el propio creador es consciente de que está imbuyendo su obra con su visión particular del mundo, forjada por el contexto social, geográfico, político y cultural que lo rodea. La ideología es inherente al arte, pues toda obra artística supone una forma de expresión de su autor que sería imposible comunicar de otra manera. Si queremos que los videojuegos sean arte debemos asumir, por tanto, que tienen ideología.

Una vez aclarado esto, pasemos a los ejemplos. Los más notorios, sobre los que se han escrito cientos de artículos, son los consabidos BioShock, This War of Mine, Spec Ops: The line, Papers, Please, etc. Pero podemos hallar ideología, a poco que indaguemos, en otros juegos, en teoría, más asépticos:

[Este párrafo contiene spoilers del final de Uncharted 4] El final de Uncharted 4: El desenlace del ladrón refleja un pensamiento muy común en la cultura americana y que, dada su proyección mundial, ha conseguido expandirse al resto de sociedades del planeta: puedes conseguir todo lo que te propongas sin renunciar a nada a cambio. Este mensaje, que parece sacado de un libro de Paulo Coelho, descubre el egoísmo de Nathan Drake, que arrastra a cualquiera de los que se encuentran con él (principalmente a Elena y Sully) a sus ‘locas’ aventuras sin tener en consideración sus sentimientos y deseos. El epílogo nos muestra, a través de la hija de Nate y Elena, cómo su padre no ha sido capaz de renunciar a su vida de cazatesoros, sino que ha involucrado a su mujer en ella para convertirla en el modus vivendi del matrimonio.

Spec Ops: The line

Los Sims son otro ejemplo significativo. Como explica Bukku qui en su vídeo ‘Los videojuegos no tienen ideología’ (Gracias por chafarme el artículo), el simulador social por excelencia tiene una visión completamente capitalista de la vida, en la que una persona no puede sentirse realizada sin tener una casa grande con muebles bonitos, un trabajo de éxito y muchas amistades con las que relacionarse. En este sentido, el investigador Miguel Sicav llevó a cabo un estudio, que posteriormente culminó con el ensayo ‘La Refutación de Kurt Cobain’, en el que planteó la posibilidad de plasmar en el videojuego la vida del vocalista de Nirvana y de su esposa Courtney Love. Así, el Cobain virtual, al igual que su homónimo de carne y hueso, se pasaba el día tocando la guitarra, bebiendo alcohol y viendo la tele tumbado en la cama. Tras unas horas de juego, el avatar entró en depresión porque no tenía cubiertas ninguna de las necesidades que le había creado el juego: casa, trabajo y relaciones sociales.

Pero todavía no hemos resuelto uno de los enunciados de mi respuesta ¿Por qué los videojuegos tratan de ocultar su ideología? Básicamente por un tema comercial. Al igual que muchos personajes públicos (actores, deportistas…) que ocultan sus ideas políticas para que no condicione, para mal, su imagen profesional, muchas desarrolladoras lo hacen en pos de no perder posibles ventas. Algunas utilizan la fórmula contraria, acentúan al máximo ese factor ideológico con la campaña de marketing para que su obra genere una discusión que pueda atraer a posibles nuevos compradores. A menudo con resultados nefastos, no en lo económico sino en lo moral, como es el caso de obras como Persona 5  o Watch Dogs 2. Estos títulos legitiman con su mensaje la lucha contra las élites que abusan de su poder, pero ofrecen una solución al problema muy cercana a ‘si te pegan, pega más fuerte’, todo lo contrario de lo que predican.

Papers, please

Al igual que en otras artes en las que una obra con mensaje es mejor considerada por la crítica y el público, los videojuegos deberían aspirar a desarrollar la mente creativa tanto de creador como de jugador. Obligarles a experimentar, fracasar, perseverar, replantear, arriesgar, ganar y reflexionar sobre lo que han hecho y lo que han conseguido. De ahí que para el medio sean importantes autores como Shigeru Miyamoto, Fumito Ueda, Hideo Kojima, Hidetaka Miyazaki, Edmun McMillen o Jonathan Blow, entre muchos otros.

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