Videojuegos | Expectativa vs Realidad

Por Manuel Evangelista

El pasado 2 de octubre saltó la liebre en el mundo de los videojuegos. Un canal de YouTube filtró unos segundos de metraje del supuesto tráiler del nuevo juego de Harry Potter. El vídeo, que ya ha sido bloqueado por Warner Bros, compañía que posee los derechos de la franquicia del joven mago, muestra lo que sería un RPG ambientado en el siglo XIX. En él tendríamos libertad para navegar por Hogwarts y demás lugares famosos de los libros de J. K. Rowling. Para descarrilar por completo el tren del hype, la filtración asegura que Rocksteady, estudio conocido por los Batman Arkham, estaría detrás del desarrollo del título. Toda la información de la filtración se puede consultar en este artículo de Vandal.

Ni los más conspiranoicos habrían pensado una teoría que uniese tan bien las piezas del rompecabezas como esta filtración: Harry Potter es una franquicia de Warner, como hemos mencionado anteriormente; Rocksteady es el principal estudio de la compañía de los Looney Tunes y el juego se ambienta en el siglo XIX, fecha más cercana a las películas de Animales fantásticos y dónde encontrarlos (que se sitúan cronológicamente a principios del siglo XX) que a la propia historia original. Esta suma de ingredientes da lugar al cóctel perfecto de juego que se desarrolla pensando en el tirón de próxima película de la saga en el cine (Animales fantásticos 2: Los crímenes de Grindelwald se estrena el próximo 16 de noviembre y la propia Rowling ha confirmado que trabajan en tres películas más para este spin off).

Si tiramos de hemeroteca, no nos faltan casos. Sin ir más lejos el último juego de Spider-Man (Marvel´s Spider-Man) ha sido financiado por Marvel, aprovechando el resurgir del tirón por el trepamuros gracias a las últimas películas de Los Vengadores. De hecho, los propios Batman de Rocksteady fueron creados con este propósito: continuar la estela recaudatoria que estaba generando la trilogía de Christopher Nolan.

Que estos videojuegos hayan nacido con este fin no implica que sean malos per se. Los Batman de Rocksteady (a pesar de los problemas con el lanzamiento de la tercera entrega en PC) y el Spider-Man de Insomniac Games son un éxito de crítica y público. Esto ha sido posible gracias a la libertad creativa de la que disfrutaron estas dos compañías, ya que no se les exigió seguir los cánones establecidos por los largometrajes. Scanliner tiene una serie de vídeos que explican muy bien el éxito de los Batman Arkham. Aquí os enlazo el primero de ellos.

El problema principal que tienen los videojuegos basados en una gran franquicia de la cultura Pop es que nunca va a conseguir contentar a todos los fans, ya que siempre van a querer más. Da igual la cantidad y calidad del capital económico y humano que tenga la empresa a la que se le encomienda dicho trabajo. Así, cuando hablamos de los grandes videojuegos de la historia, resulta difícil encontrar títulos basados en franquicias que no hayan nacido dentro del medio. Quizá GoldenEye para Nintendo 64 y alguno más.

Con esto no quiero dar a entender que los fans de las grandes obras de la cultura pop sean unos quejicas o incapaces de ser contentados. Pero estas sagas (Harry Potter, Stars Wars, Dragon Ball, El señor de los anillos, etc.) están tan arriba en el pedestal del imaginario colectivo que ningún videojuego que se haga de ellas va a ser el perfecto o el que definitivamente condense todo el espíritu de la obra. Probablemente nos tiraríamos un buen rato si nos pusiésemos a contar la cantidad de juegos con los que cuentan estas franquicias y la variedad de estudios que los han hecho. Y probablemente ninguno de ellos cumpla con esa definición.

Hace unos meses, el cierre de Visceral Games por parte de EA frustró las esperanzas de muchos de ver ese Star Wars 1313 de Amy Hennig que había sido anunciado años antes. No se sabía nada del juego, sólo que iba a ser una aventura más cinematográfica, como Uncharted, en la que controlaríamos a un cazarrecompensas (se rumoreaba que podía ser Boba Fett). Estos únicos datos y apenas dos minutos de gameplay bastaron para situar el juego en todas las listas de más esperados. Nunca se supo nada más, ni el detalle más insignificante, pero muchos ya pronosticaban que este juego iba a ser el mejor de todos los títulos de la saga de George Lucas lanzados para alguna consola.

https://www.youtube.com/watch?v=BQyGu4EqZsU

En este y en otros muchos casos, las expectativas de los fans son las que alteran la realidad del futuro juego, que podrá ser mejor o peor, pero nunca como habían imaginado. Y es difícil abstenerse de tener esas expectativas, ya que surgen por sí solas con el resto de emociones que genera en nosotros la noticia. Pero también resulta injusto culpar a los desarrolladores porque su juego no sea como el que habías diseñado tú. O porque contenga menos o más referencias y cameos del universo de la obra en cuestión.

Por supuesto que tenemos derecho a sentirnos decepcionados cuando un juego resulta ser peor de lo que esperamos o finalmente no llegue a ver la luz, bien porque es cancelado o porque es rediseñado desde cero cambiando por completo su concepción original. Pero ese malestar no debe servir como arma arrojadiza contra los desarrolladores, ya que ellos son los principales interesados de que su trabajo funcione y guste al mayor espectro de jugadores posibles.

Recuerdo que cuando se canceló Piratas del Caribe: La Armada de los Malditos me llevé una gran desilusión. Era un juego que prometía mucho, según mis expectativas. Un mundo abierto en el que podías navegar y saquear a tu antojo. Que no estaba encorsetado por el argumento de ninguna película e incluía mecánicas jugables distintas según fueses un pirata corriente o estuvieses bajo la maldición de Davy Jones.

Siempre que se habla de juegos cancelados me viene a la mente su caso. Para mi desgracia o fortuna, el juego nunca me podrá decepcionar por lo que era. En todo caso por lo que podía haber sido. Pero al menos tengo el consuelo de que una obra que me gusta tenga representación y cabida en un medio que me apasiona. Más allá de que sus títulos sean mejores o peores y más o menos fieles a la obra original, pero jugando a ellos afloran en mí  (aunque sea mínimamente) los mismos sentimientos que cuando descubrí la obra original. Aunque no sea el juego que había imaginado en mi cabeza. Esperemos que esta nueva entrega de Harry Potter consiga traer de vuelta a los fans esa sensación.

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