Víctimas en controles policiales durante la Transición Sangrienta

“Numerosas personas han sido víctimas de controles de carretera establecidos por la Policía Nacional o la Guardia Civil. Incluimos a continuación una lista de casos que han sido publicados desde 1977 hasta la fecha, y que sólo recoge aquellos muertos y heridos que no tenían ninguna relación terrorista.” 

Por Angelo Nero

Buceando en la hemeroteca de nuestra modélica y pacífica Transición -aunque la mayoría de los autores señalan el final de esta periodo de nuestra historia contemporánea en octubre de 1982, con la victoria electoral socialista, otros la alargan hasta 1986, con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea-, en uno de los periódicos que, además, ejerció de vocero de esa Transición y, en cierto modo, de la progresía de esa parte del país que tenía como referente de izquierdas al PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra, he encontrado un titular que hoy en día causaría estupor: “Numerosas víctimas en controles policiales y de la Guardia Civil”. Está fechado el 22 de febrero de 1983, con lo cual, José Barrionuevo, -que sería condenado en 1998 a diez años de cárcel y doce de inhabilitación por el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey, perpetrado por los GAL- llevaba sólo unos meses como ministro de Interior, sustituyendo al Juan José Rosón, que había sido secretario general del fascista Sindicato Español Universitario (SEU), y cuya familia jugó un papel protagonista en la represión franquista en Galicia.

El artículo de El País comienza así: “Numerosas personas han sido víctimas de controles de carretera establecidos por la Policía Nacional o la Guardia Civil. Incluimos a continuación una lista de casos que han sido publicados desde 1977 hasta la fecha, y que sólo recoge aquellos muertos y heridos que no tenían ninguna relación terrorista.” No podemos dejar de señalar que para diario de PRISA, había víctimas inocentes y víctimas “legítimas”, si bien es cierto que la confusión entre unas y otras fue constante durante toda la transición, como quedó demostrado, por ejemplo, con el “Caso Almería”, a los que primeramente calificaron como terroristas y después como delincuentes comunes, para, finalmente, reconocer que eran simples obreros. Pero, en fin, vayamos al inventario de víctimas inocentes que registra El País en su artículo:

Jesús Izar Echániz, de 31 años, herido por la Guardia Civil en Eibar el 28 de mayo 1982.

Jesús Galilea Alberdi, de 15 años, herido por la Guardia Civil en Clavijo (Logroño) el 20 de agosto de 1982.

María Luisa Jiménez, de 19 años, muerta por la Policía Nacional en Las Palmas de Gran Canaria, noviembre de 1981.

Francisco Renteja Morete, de 18 años, muerto por la Guardia Civil en Alicante el 18 de marzo de 1980.

Jesús Andrés Zaldúa, de 21 años, suicidado ante un control de la Guardia Civil en Amorebieta (Vizcaya) el 21 de mayo de 1980.

José María García, herido por la Guardia Civil en el cruce de la carretera de Treviño con la de La Puebla, en la provincia de Burgos, el 12 de enero de 1980.

Julián Martínez Navarro, de 29 años, muerto por la Guardia Civil en San Martín de la Vega, provincia de Madrid, el 8 de septiembre de 1980.

Juan Manuel Ramos Vázquez, muerto por la Guardia Civil en Zamora el 24 de enero de 1980.

Mikel Arregui, muerto por la Guardia Civil en Echarri-Aranaz (Pamplona) el 11 de noviembre de 1979.

Enrique Espinosa Jiménez, de 17 años, herido por la Guardia Civil en Bilbao el 15 de junio de 1979.

José Carlos Camacho Serrano, de 20 años, muerto por la Policía Nacional en Fuencarral (Madrid) el 25 de mayo de 1979.

Juan Alamillos, de 17 años, muerto por la Guardia Civil en El Rincón de la Victoria (Málaga) el 11 de abril de 1979.

Enrique Olivo Barruz, de 21 años, herido por la Policía Nacional en el barrio de Usera (Madrid) el 12 de enero de 1979.

José Luis Muñoz Pérez, de 15 años, muerto por la Guardia Civil en Madrid el 6 de enero de 1979.

Juan Ruiz Morales, de 18 años, muerto por la Guardia Civil en Málaga el 2 de diciembre de 1978.

José Emilio Fernández y Felipe Carro, ambos de 16 años, muertos por la Guardia Civil en dos incidentes separados en Bilbao el 26 de junio de 1978. Otras tres personas heridas.

Efrén Torres Abrizqueta, muerto, y Roberto Hernando Herrero y Pablo Ramírez Lizarri, heridos en Bilbao el 24 de enero de 1978.

Gonzalo Pequeño Moyano, de 21 años, muerto, y su hermano Luis Javier, herido por la Guardia Civil en Bilbao el 14 de octubre de 1977.

Manuel Lorente Martín, de 27 años, muerto por la Guardia Civil en Granada el 7 de febrero de 1977.

En la lista figuran, por lo general, casos de jóvenes que por carecer de documentación o haber robado el vehículo se saltaron los controles establecidos con más o menos rigor, según los casos.”

En posteriores artículos iremos desgranado la historia de alguno de ellos, y seguramente descubriremos, no creo que nos vayamos a equivocar esta vez, un patrón en todas estas víctimas: la impunidad. Esa impunidad de la que gozaron los cuerpos de seguridad del estado durante la dictadura y durante la Transición, y de la que personajes como Rosón y Barrionuevo, fueron culpables. Es importante recuperar la historia de las víctimas, muchas de ellas menores de edad, y también es importante señalar a sus victimarios, que actuaron en calidad de funcionarios de un estado que, hasta el día de hoy, sigue manteniendo que fue la mejor transición posible.

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