Vicente Antón Ferrero, otra de las víctimas de Martín Villa

Cuando se conoció la masacre de Vitoria, una ola de indignación recorrió toda Euskalherria, y el mismo día pararon 35.000 obreros en Bizkaia, se sucedieron los paros y las manifestaciones en varios pueblos y ciudades que fueron duramente reprimidas por las fuerzas policiales. 

Por Angelo Nero

«Intento comunicar, pero nadie contesta. Deben estar en la iglesia peleándose como leones. ¡J-3 para J-1! ¡J-3 para J-1! Manden fuerza para aquí. Ya hemos disparado más de dos mil tiros. ¿Cómo está por ahí el asunto? Te puedes figurar, después de tirar más de mil tiros y romper la iglesia de San Francisco. Te puedes imaginar cómo está la calle y cómo está todo. ¡Muchas gracias, eh! ¡Buen servicio! Dile a Salinas, que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. Aquí ha habido una masacre. Cambio. De acuerdo, de acuerdo. Pero de verdad una masacre».

Este es un fragmento de la transcripción de parte de las conversaciones entre las patrullas de la Policía Armada, responsables de la carga en la iglesia de San Francisco de Asís del barrio obrero de Zaramaga, en Vitoria, realizadas el 3 de marzo de 1076, donde se estaba realizando una asamblea de trabajadores en huelga. Más de 150 personas fueron heridas de diversa consideración, 45 de ellos de bala, 5 de ellos murieron asesinados por los disparos de la Policía Armada: Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo García, Bienvenido Pereda Mora. Tenían entre 17 y 30 años. Es importante recordar sus nombres. También la de los responsables de sus muertes: Manuel Fraga Iribarne, ministro de Gobernación; Alfonso Osorio, ministro de Presidencia; Rodolfo Martín Villa, Ministro de Relaciones Sindicales; Jesús Quintana, capitán de la Policía Armada al mando de las fuerzas represivas.

Cuando se conoció la masacre de Vitoria, una ola de indignación recorrió toda Euskalherria, y el mismo día pararon 35.000 obreros en Bizkaia, se sucedieron los paros y las manifestaciones en varios pueblos y ciudades que fueron duramente reprimidas por las fuerzas policiales. También en otros puntos del estado hubo manifestaciones, paros y concentraciones de solidaridad, como en el cinturón industrial de Madrid. El día 8 de marzo se convocó una huelga general en el País Vasco.

Ese día 150.000 trabajadores pararon su actividad laboral en Bizkaia. En Basauri, una localidad de la comarca de Bilbao, la huelga fue total, estaban cerradas las fábricas, los comercios, las tiendas, los bares, en protesta por la masacre de los obreros en Vitoria. Una multitud formada por 8.000 se congregó en una campa situada cerca de las escuelas de maestría, para celebrar una asamblea, cuando, a las once de la mañana, empezaron a llegar furgonetas de la guardia civil, con la intención de reprimir cualquier intento de manifestación. No hubo posibilidad de negociación, y los agentes de la benemérita, que tan bien habían servido al régimen franquista durante cuarenta años, cumplieron con la orden de disolver a la pacífica concentración, haciendo uso de sus armas de fuego. El sargento que mandaba a los represores disparó a la cabeza de un joven trabajador nacido en un pequeño pueblo de Zamora, San Martín de Távora, que tenía tan solo 18 años, y vivía y trabajaba en Basauri. Su nombre era Vicente Antón Ferrero.

Su muerte no consiguió que los obreros volvieran a sus casas, que continuaron en manifestación por todo Basauri. Al día siguiente se convocó una huelga general en la localidad y 40.000 personas se concentraron en señal de protesta y de duelo por la muerte del joven.

No hubo investigación sobre este crimen y, por lo tanto, nadie ha sido juzgado por ello. La primera corporación post-franquista, a iniciativa de la izquierda abertzale, le puso su nombre a la calle donde fue asesinado, y todos los años, en el aniversario de su muerte, le rinden homenaje los vecinos de Basauri.

1 Comment

  1. Buenos días.Os animo a apuntaros a esta ponencia. Para ello, hay que ir a la pestaña matricula online, rellenar los datos oportunos y escoger entre asisitir en modo presencial o bien online, ya sea en directo o en modo en diferido.
    ¡ Que jamás se olviden ni se borren de la Memoria de este país, los nombres de Luis Cobo, Juan Mañas y de Luis Montero !
    Hay que enseñar a las generaciones más jovenes, que para nada, la llamada transición fue idílica, pácifica, ejemplar, enviadiable y sin una gota de sangre….
    https://extension.uned.es/actividad/29823&codigo=&

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