Por Javier DG
Parlamentos llenos
de gente que lanza
a la calle
palabras de hierro.
Palabras pesadas
llenas de nada.
Palabras con letras
cosidas en las entrañas.
Palabras desnudas.
Palabras vestidas con huesos
que no sujetan un cuerpo.
Palabras de odio y sangre
escupidas en la frente
de quien propone concordia,
no miedo.
Palabras deshilachadas.
Letras
que vuelan solas
sin encontrar un hogar
donde posar sus alas.
Palabra ‘enemigo’
mirando al otro
a los ojos,
o sustituirla por ‘amigo’.
Palabras huérfanas
que expliquen en paz
la quiebra sistémica.
Letras
sin aire en los pulmones,
letras y más letras sin cordones
para enlazar palabras,
para andar con paso firme
hacia la voz sensata.
Conversación
parlem
papeleta
sí
no
calma.
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