Vergonzosa anulación de la prohibición de Airbnb de incluir alojamientos en asentamientos ilegales en la Cisjordania ocupada

Javier F. Ferrero

Varias organizaciones de derechos humanos han puesto repetidamente de manifiesto cómo las empresas de turismo digital que operan en los asentamientos en la Cisjordania ocupada están contribuyendo a violaciones masivas de derechos humanos.

Airbnb, la plataforma turística de marcado tinte capitalista, oferta alojamiento en las propiedades situadas en los asentamientos judíos en Cisjordania, territorio palestino ocupado, de acuerdo con la legislación internacional. La empresa tan solo identifica con el nombre de la localidad. No los localiza en Israel, pero tampoco en la Autoridad Nacional Palestina. Una política que también aplica para sus alquileres en ciudades palestinas como Ramala, Nablus, Tulkarem, Jenin o Hebrón. La empresa turística, con sede en San Francisco, pone fin así a una decisión tomada hace cuatro meses y medio, por la que las propiedades ofertadas en esos lugares fueron retiradas de la famosa plataforma de búsqueda de alojamiento.

En los últimos 52 años, la expansión de los asentamientos israelíes ha expulsado a miles de palestinos y palestinas de sus casas, ha destruido sus medios de vida y les ha privado del acceso a recursos esenciales como el agua y la tierra cultivable.

La polémica decisión de Airbnb se conoció este martes por la noche, cuando en Israel no se hablaba de otra cosa que no fuese la decisiva cita electoral. El aviso ha caído como un jarro de agua fría en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que está entre las organizaciones que lideraron las protestas contra Airbnb para que sacara esos alojamientos de oferta turística.

La empresa insiste en que su misión sigue siendo “unir a la gente en tantos lugares como sea posible alrededor del mundo” y en que los beneficios de esos alquileres vacacionales serán destinados a «organizaciones benéficas de ayuda humanitaria que atienden a personas en distintas partes del mundo».

Los denunciantes, la OLP entre ellos, consideraron discriminatoria por motivos religiosos la medida de retirar sus alojamientos de la plataforma porque en ella, aseguran, seguían figurando otras propiedades situadas en la misma región, pero pertenecientes a árabes de religión musulmana o cristiana.

La decisión de Airbnb de permitir alojamientos en asentamientos ilegales israelíes en la Cisjordania ocupada es un acto censurable contra los derechos de la población palestina. Mark Dummett, Amnistía Internacional

En respuesta al anuncio de Airbnb de que, tras una acción judicial colectiva entablada por abogados israelíes, ya no retirará todos los alojamientos en asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania, Mark Dummett, investigador de Amnistía Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos, ha declarado que «la decisión de Airbnb de seguir permitiendo el listado de alojamientos en asentamientos ilegales israelíes en la Cisjordania ocupada es un acto censurable y cobarde que supondrá otro devastador golpe para los derechos humanos de la población palestina”.

“Esta decisión constituye una abdicación, sumamente vergonzosa, de la responsabilidad de Airbnb como empresa de respetar el derecho internacional humanitario y de los derechos humanos en todos los lugares del mundo en los que opera. Esto incluye los asentamientos ilegales de Israel en los Territorios Palestinos Ocupados. También saca a la luz la vacuidad de sus afirmaciones respecto a ser una empresa que valora los derechos humanos”, ha añadido Dummett.

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