¿Una recuperación sólida? No podrá serlo si no se acaba con la precariedad laboral

Es preciso acabar con el abuso de la temporalidad y la imparcialidad involuntaria y recuperar un marco de negociación colectiva más equilibrado.

Javier F. Ferrero

El empleo volvió a avanzar en octubre con 159.479 afiliados más de media a la Seguridad Social hasta superar los 19,6 millones de ocupados, la cifra más alta de la serie, mientras que el paro se redujo en 734 personas, la primera bajada para este mes desde que se iniciaron los registros en 1975.

En cuanto al paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), ese descenso de 734 personas supone acumular, por primera vez, ocho meses de caídas y deja el total de parados en 3.257.068 personas. La afiliación se situó en 19.662.163 personas en octubre mientras que en la media escala a 19.690.590, máximos de la serie.

En el último año y sin ajuste estacional, la afiliación ha crecido en 700.226 personas, lo que supone un aumento del 3,69 %. Trabajo apunta que en octubre de 2020 el desempleo subió en 49.558 personas en relación al mes anterior y en 2019, en 97.948 personas.

Los contratos registrados aumentan un 22% anual, incrementándose más la contratación indefinida (30,3%) que la temporal (21,1%). Aun así, en total, se han realizado 1.694.088 contratos temporales y 198.496 contratos indefinidos, suponiendo éstos últimos tan solo un 10,5% del total de contratos realizados. De los indefinidos, un 57,2% fueron a tiempo completo y un 28,2% a tiempo parcial. En términos generales, solo 6 de cada 100 contratos fueron indefinidos a tiempo completo.

Por el fin de la precariedad laboral

Estos datos del paro registrado son sin duda positivos, al reflejar una caída del paro por primera vez en un mes de octubre y aumentar simultáneamente el número de afiliados a la Seguridad Social. Sin embargo, la situación económica y social en España aún tiene mucho que mejorar.

El empleo en nuestro país sigue siendo precario en su mayoría y subraya la más absoluta necesidad de acometer las transformaciones necesarias para dar paso a un modelo laboral más justo y equilibrado. Solo lograremos una recuperación sólida y sostenible si introducimos cambios que acaben con la incertidumbre y precariedad.

La generación de empleo de calidad debe ser uno de los principales motores para lograr un crecimiento sostenido a largo plazo. Es imprescindible que el Gobierno cumpla cuanto antes su anuncio de derogar la reforma laboral de 2012, responsable de que el trabajo en España sea más inestable, inseguro y peor remunerado.

Es preciso acabar con el abuso de la temporalidad y la imparcialidad involuntaria y recuperar un marco de negociación colectiva más equilibrado. A la vez, es necesario dar respuesta a la delicada situación en la que viven las personas desempleadas en nuestro país y, especialmente, los parados y paradas de larga duración. Para afrontar esta situación es necesario dar comienzo a una reforma profunda de nuestro sistema de Políticas Activas de Empleo, ya que la actual no sitúa en el centro las necesidades y posibilidades de cada desempleado y desempleada.

Dejar atrás la pobreza y precariedad crónica, que promueve nuestro mercado laboral, debe ser una máxima ineludible.

Fuentes: UGT, CCOO, SEPE

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