Una nueva escisión acentúa la crisis en la ‘izquierda caviar’ griega

Está por ver el impacto real de esta nueva escisión en SYRIZA y las alianzas de este nuevo “paraguas” puede traer.

Por Angelo Nero | 16/11/2023

Ομπρέλα (Paraguas), la tendencia izquierdista de SYRIZA, anunció esta pasada semana el abandono de la Coalición, que en las pasadas elecciones de junio sufrió una severa derrota frente a la conservadora Nueva Democracia, mucho peor de la que auguraban las encuestas. La facción liderada por Euklidis Tsakalotos, se va de la formación que llevó al frente del gobierno a Alexis Tsipras, con un duro alegato: “Las ideas de la izquierda renovadora y radical encajan en la actual SYRIZA PS, aunque no sean mayoritarias? Lamentablemente, la respuesta es negativa.” Incidiendo en la amenaza de expulsión que pendía sobre cuatro diputados entre los que estaban Petris Perkas, Nikos Filis (ex director del periódico AVGI), Dimitris Vitsas y el propio Tsakalotos, que ahora se van por su propia voluntad, llevando consigo a 43 miembros del Comité Central, apuntan en el comunicado: “La práctica de perseguir a los líderes históricos de nuestra formación, en esencia significa perseguir y borrar a la propia izquierda por parte del nuevo SYRIZA PS, que tememos ya no tiene nada que ver con el SYRIZA que conocemos.”

Euklidis Tsakalotos, pese a liderar Ομπρέλα, la facción izquierdista de la Coalición de la Izquierda Radical, tiene su parte de culpa en la deriva de la formación griega bajo el liderazgo de Tsipras, ya que cuando este era primer ministro y se plegó ante las amenazas de la Troika, sustituyó a Yanis Varoufakis, tras su renuncia, al frente del Ministerio de Economía, cargo en el que estuvo entre 2015 y 2019, ratificando y acatando los memorándums del Banco Central Europeo, la Comisión Europea, y el Fondo Monetario Internacional. En ese último año, después de someter al pueblo griego a un duro programa de ajustes económicos, un verdadero austericidio, perdieron las elecciones, todavía conservando más del 30% de los votos, frente al 40% que llevaron al gobierno a Nueva Democracia. Ahora, las encuestas más generosas no le dan más de un 13% de los votos.

Tampoco escatimaron críticas al nuevo presidente de SYRIZA, el ex ejecutivo de Golman Sanchs, Estéfanos Kaselakis, recién aterrizado en la formación, después de haber vivido durante largo tiempo en EEUU, que “se refirió a la necesidad de que el capital coopere con los trabajadores, una referencia hacia caminos de derecha y neoliberales y que conduce a una ruptura del mundo del trabajo.” Con Kaselakis al frente, no parece que el pueblo griego vuelva a depositar su confianza en la coalición, y detener la sangría de votantes, ya que si en 2015 casi dos millones y medio de griegos y griegas lo llevaron a una victoria indiscutible, y abrieron una ventana de esperanza para buena parte de la izquierda europea, en junio de 2023 habían perdido un millón y medio de apoyos.

Otro punto de inflexión ha sido el apoyo de SYRIZA a Israel en el genocidio sobre el pueblo palestino de Gaza: “Fue la luz que se hizo en la oscuridad. El escalofriante anuncio neutral sobre Israel y Palestina. La ausencia total del grupo dirigente en las movilizaciones por Gaza”, continúa el comunicado de Ομπρέλα. Alexis Tsipras ya estrechara relaciones con Israel en 2015, visitando ese país en un viaje oficial, donde se reunió con Netanyahu, con quien firmó importantes acuerdos en materia energética y militar. “Vivimos en una región cada vez más volátil e inestable y amenazada por el islamismo extremista. Creo que seremos mucho más fuertes si afrontamos juntos esos retos”, dijo entonces el genocida Netanyahu a la joven promesa del izquierdismo moderado europeo.

Ομπρέλα también apunta como causa para abandonar la coalición que ahora lidera la oposición griega por “la constante deconstrucción de la identidad izquierdista, ecológica y radial del partido, en nombre del giro a la derecha. (…) mientras mantiene como la niña de sus ojos la mutación permanente y violenta, la misma que condujo a derrotas permanentes y a una pérdida de influencia política y social. (…) Porque sentimos la responsabilidad histórica. Porque insistimos en la izquierda, y nuestra visión es el socialismo en libertad y democracia, ya no podemos legitimar con nuestra presencia el crimen que se ha cometido contra un proyecto ideológico único en Europa”.

En 2015, tras la capitulación del gobierno de Tsipras ante la Troika, 25 diputados de SYRIZA, liderados por el que fuera Ministro de Energía del gobierno de Tsipras Panayiotis Lafazanis, abandonaron la coalición para formar la Unidad Popular, a la que se sumó la presidenta del parlamento heleno Zoé Konstandopulu, convirtiéndose, entonces, en la tercera fuerza parlamentaria. Sin embargo, en las elecciones generales de septiembre de 2015 se quedaron sin representación, al no alcanzar el 3% de los votos. En 2023 concurrieron a los comicios en coalición con MeRA 25 (Frente Europeo de Desobediencia Realista) , el movimiento creado por Yanis Varoufakis, que en 2019 habían conseguido 9 escaños. Con el 2,5% de los votos, volvieron a quedar fuera del parlamento heleno.

Ahora está por ver el impacto real de esta nueva escisión en SYRIZA, y las alianzas de este nuevo “paraguas” puede traer. En junio de 2024 habrá elecciones al parlamento europeo, y se podrá calibrar si la sangría de la Coalición de Izquierda Radical ha sido grave, y cual es su impacto sobre las urnas. Sin duda es otro síntoma de la descomposición de esa izquierda europea que, ahora parece que pasó hace mil años, ilusionó a toda una generación, y creo un horizonte de esperanza que, precisamente desde Grecia, comenzó a antojarse solo una ilusión pasajera.

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