Una crónica sobre inmigrantes y visitantes del fondo a la derecha en Ceuta

Por Rafa Morata

En Ceuta solemos afirmar que los de fuera solo se acuerdan de nosotros cuando hay malas noticias o estas son lo suficientemente suculentas como para dar carnaza a través de telediarios o programas matinales donde el sensacionalismo de los todólogos campa a sus anchas. No digamos ya si se trata de hacer una serie, como aquel espantoso y sobreactuado engendro titulado “El Príncipe”, que nos presentaba como un lugar habitado por la droga, el yihadismo, los terroristas suicidas y el folclore autóctono de garrafón… eso sí, con el beneplácito y promoción entusiasta del sempiterno gobierno local del PP, capaz de apuntarse a un bombardeo, valga la redundancia.

Más de seiscientos inmigrantes entraron en Ceuta el pasado 26 de julio tras el enésimo salto a la valla fronteriza. El resto lo conocemos a medias… porque medios de información, tanto nacionales como locales, trataron sin matices la utilización injustificable y absolutamente reprobable de algo tan peligroso como la cal viva -además de cizallas, excrementos y otros medios- contra los agentes de la Guardia Civil, viéndose afectados casi una treintena de ellos. El efectismo y la irresponsabilidad de meter en el mismo saco de los titulares la palabra “inmigrantes” y los métodos violentos que parecían haber sido utilizados de forma masiva y no por una minoría de ellos, activaron la alarma social (ya de por sí a flor de piel en esta ciudad, siempre solícita para despertar con gratuidad pasmosa e injusta cada vez que un suceso la pone en funcionamiento). No deja de resultar sintomático, por lo común, por lo habitual, porque aquí raro es el día en que no te topas con algo por el estilo, una anécdota que viví en primera persona, mientras desayunaba en una cafetería, cuando no hacía ni veinticuatro horas de que Pedro Sánchez ganara la moción de censura y se convirtiera en presidente de España: comentaban a mi lado que habían escuchado a unos funcionarios de justicia decir que lo primero que había hecho Sánchez fue dar la orden de dejar pasar la frontera a cualquier inmigrante y vecino de Marruecos, junto a una galería de improperios irreproducibles. Tuve que intervenir con cautela (aquí los versos sueltos tenemos que tener un tacto exquisito) para hacerles ver la inconsistencia de lo que estaban comentando puesto que, como podrá imaginar el lector o la lectora, Sánchez no había formado gobierno siquiera y el hombre debía tener la cabeza muy ocupada en esos momentos como para reparar en los problemas de la frontera de Ceuta.

Ante semejante panorama, entre incesantes mensajes rabiosos y bulos xenófobos que se propagaban colapsando Whatshapp y Facebook desde el minuto cero del salto, era normal que políticos de la derecha extrema, como auténticos depredadores que son, vieran el campo del rédito electoral abonado apoyando con su visita a una ciudad de la que por norma, a nivel político y social, no se acuerdan ni tienen en cuenta, aprovechando tan triste ocasión para despojarse de sus disfraces moderados, dejar aflorar con virulencia los peores y más peligrosos tics ideológicos que, cara a la galería, esconden habitualmente a regañadientes, y poner en marcha el ventilador de la desconfianza, el miedo y el rechazo al otro que tan buenos resultados está dando en Estados Unidos, Italia, Hungría o Polonia.

En menos de una semana, se plantaron en Ceuta, por este orden, el secretario general de VOX (que no tendría mayor importancia de no ser porque la sala del hotel donde esputó sus infames ocurrencias se llenó hasta la bandera con auténticos entregados para la causa, entre ellos algún excolaborador del actual alcalde, un exsenador del PP de Rajoy o algún militante de Ciudadanos: ¡qué casualidad!, ¿verdad?); Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, metido por completo en situación como buen surfista ideológico sin sentimientos que es, encantado sobre el terreno de repartir gafas de ver españoles y frenos de mano para atajar la inmigración, además de firmar en el Libro de Honor de la Ciudad (cabría preguntarse qué méritos ha reunido el replicante neoliberal para estampar su rúbrica en dicho libro); y, finalmente, Pablo Casado, el flamante y remasterizado nuevo líder del PP, quien, tras dejarse fotografiar y grabar saludando, paseando y desplegando su humanidad entre los inmigrantes que se encontraban en Algeciras, no dudó a pie de frontera en asustar al personal con los riesgos de un efecto llamada alentado por el malvado e insensato gobierno de Pedro Sánchez, y clamar contra decisiones populistas en relación al drama que nos ocupa… precisamente él, un nacionalpopulista de manual que no dudó en inventarse datos, creer bulos y difundirlos sin que posteriormente haya pedido perdón tras ser desmentido incluso por algún medio afecto de la ciudad. Miente y mete miedo: al final, algo queda en forma de generosa cosecha de votos.

Agente marroquí se niega a dar la mano a Pablo Casado y al presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Jesus Vivas

Si en algo coincidieron Rivera y Casado en sus declaraciones mediáticas desde la frontera de El Tarajal fue en hacer un llamamiento para alejar el fantasma del buenismo cuando de inmigración se trata. Como afirma un buen amigo y compañero de profesión, va a ser que a lo mejor los buenistas somos ahora quienes antes éramos antifascistas. Tanto azuzaron contra ese fantasma que, incluso un oscuro pero aclamado grupo de Facebook que reúne a 12 000 personas, “Ceuta insegura”, administrado por un individuo desde Santa Coloma de Gramanet y que ya obtuvo sus buenos resultados convocando una macro-concentración contra el peligro de los Menores No Acompañados, orquestó a los pocos días una campaña de boicot contra nada menos que Cruz Roja, organización defendida inmediatamente por la Guardia Civil de Ceuta, obligada a hacer un llamamiento contra el odio desbocado e injustificado.

Quizás si algún representante del gobierno del PSOE (ya que desde la federación local se ha hecho mutis por el foro, lo cual es realmente lamentable) se hubiera personado en Ceuta justo al día siguiente de los hechos para apoyar el día a día de la labor ejemplar de la Guardia Civil, que opera en unas condiciones muy difíciles y acusa, además, la falta crónica de recursos; si hubiera apoyado tanto a los agentes afectados como a los inmigrantes (no pocos de ellos heridos también) que optaron por saltar la valla de forma pacífica para evidenciar que solo unos pocos optaron por métodos violentos; si hubiera tranquilizado, desde el cuerpo a tierra de la frontera, a la ciudadanía para mitigar los efectos de la promoción del miedo y del rechazo ante un suceso como el que nos ocupa y que no será ni el primero ni el último, el gobierno central no habría servido en bandeja la oportunidad a semejantes buitres de copar el protagonismo y acudir raudos al olor oportunista de las vísceras con objetivos de mera rentabilidad electoral.

Comentaban a mi lado que habían escuchado a unos funcionarios de justicia decir que lo primero que había hecho Sánchez fue dar la orden de dejar pasar la frontera a cualquier inmigrante y vecino de Marruecos, junto a una galería de improperios irreproducibles.

Quienes hemos visitado el país vecino y hemos visto de primera mano, a apenas unos kilómetros de nuestra ciudad, a muchos de esos inmigrantes al pie de la carretera, vagando por la misma o haciendo autoestop de manera infructuosa, aguantando las inclemencias del tiempo, ya sea lluvia o calor, con una garrafa de agua en mano, demacrados, cansados, con la mirada perdida, en un limbo del que intentan escapar, entendemos perfectamente la desesperación que les provoca su situación, lo que de ningún modo excusa cualquier reacción violenta que lleven a cabo. No, no se trata de buenismo: se trata de comprensión, de humanidad, de solidaridad, de ponerse en la piel del otro, de establecer los mecanismos de ayuda y acogida que estén en nuestra mano, de retrotraernos en el tiempo y pensar que los españoles también fuimos inmigrantes.

Por los alrededores del muelle, o en determinadas zonas de aparcamiento buscando una propina, en supermercados, agrupándose en lugares donde el Wi-Fi de algún establecimiento o gran superficie facilita la comunicación con sus familiares, son seres humanos pacíficos en su inmensa mayoría, afables, dolientes, presos de una situación y una vivencia vital que nadie, ni quien los demoniza ni quien se pone en su lugar, querría para sí. Son caminantes esperando abrazar la dignidad, una oportunidad, una vida que su lugar de origen les niega: no pongamos fronteras al buenismo. Demasiadas fronteras, de toda condición, deben sortear… cuando pueden.

3 Comments

  1. ¿Y que tiene usted que decir acerca de las peleas que vemos frente a supermecados, en el puerto, donde todos estos se reunen? Me gustaria saber si tiene alguna idea de porqué semana tras semana los vemos peleando enmedio de las carreteras, perjudicandose a ellos mismos y a todo el que pasa, que siente «miedo» ante tal situacion.

    Un saludo

    • Buenas noches, Anónimo…

      No sé si usted vivirá en una ciudad diferente a la mía (parece que no, que vive en la misma). Ni en Lidl, ni en el ya desaparecido Día, ni en Covirán, ni en la gran superficie Parques de Ceuta donde se encuentra Carrefour, ni en el camino de Benzú (donde se aloja la mayoría), ni en distintos puntos donde se dedican a vigilar los coches sin pedir propina, dejando la misma a voluntad del conductor o conductora (zona puerto) no he presenciado jamás pelea alguna entre ellos, entre otras cosas porque hacen fondo común. Como en cualquier situación cotidiana, puede haber algún conflicto, pero se trata de hechos puntuales y sin importancia. Alarmismo 0 o, en todo caso, el que la gente quiera crear. Un saludo.

  2. La inmigracion subsahariana es por dos razones: por que por un lado las multinacionales arrasan, contaminan y con la complicidad de gobiernos montan guerras para echar a la gente ( aveces con excusas religiosas o tribales ) y asi explotar tierras ( por eso los exodos son tambien por pobreza ) , y por otra la de gente pudiente y con educación . Los 1º vienen en patera arriesgando la vida y consiguen el dinero a duras penas, los segundos pasan en autobuses-taxis las fronteras aveces escondidos pero sin mayores riesgos y conseguir el dinero no les cuesta tanto. Los 1º una vez conseguido el dinero no se montan una granja de cabras alli por varias razones : alli se han quedado sin tierras, hay guerras, cambio clima con sequias extremas, que si consiguen llegar van a ganar mas y no les hubieran dado el dinero entre familias y herencias sino fuera para ello. Los 2º por que buscan un nuevo mundo mejor .
    Rescatarles es un acto de humanidad y la UE ha dado 10000 M de € para gestionarlo. Pero los muy catolicos ni eso.
    No es que se vayan a quedar y no tiene por que necesariamente que bajar derechos y salarios como hizo el PP-aznar ni subir paro por que se puede crrear comercio con Africa, o p-ej en Galicia hay aun mercado para las castañas que no se recogen por que pagan una birria y asi suma y sigue.
    Por otro lado el PP ha dodo la nacionalidad española a los descendientes de los judios sefardies expulsados por ls Reyes Catolicos y no dice nada de los inmigrantes ricos.
    Los inmigrantes pudientes, ademas buscan llegar mas arriba de España .
    Las multinacionales que esquilman Africa deberian pagar todo esto de los exodos por que son quienes lo provocan, lo mismo que pagan por contaminar.
    De mientras les metan en los pisos del hº de aznar que está comprando a la banca por que m.rajoy y $anchez no piden a la banca que paguen su deuda con ellos y contraresta los efectos de la colonización que ejercen las multinacionales de la UE etc en Africa etc, que ademas no generan riqueza a la UE sino a las multinacionales que luego no pagan apenas impuestos etc, con lo cual estamos pagando todos una ayuda humanitaria por algo que causan unos pocos . Y ¿ acaso solo podemos rescatar ricos ?
    O ahora les manden a los paises que causan la emigracion por colonialismo como Bélgica , Francia , Usa e Italia. Y sobre todo que no los exploten y aprovechen para bajar salarios y derechos a toda la clase obrera como hace la derecha metiendo gente tal que hizo aznar que les dio hasta vpo y con ello creo sicosis. Es la derecha aznar PP quien incluso habiendo un paro tremendo por la desindustrialización para entrar en la UE, ha metido mas gente en España para bajar salarios-derechos, explotar, sicotizar a la gente regalandoa inmigrantes VPO antes que a nativos, y acusándo a la izda que solo defiende DDHH, hacer electoralismo. Y m.rajoy no cuidó las lanchas que tiene la GC en Senegal…
    El gasto en rescatar africanos que huyen de la guerra y la pobreza es infinitamente menor que lo saqueado con gúrteles, taulas, púnicas y lezos.
    La poblacion inmigrante en españa no llega al 10% y el numero de peticiones de asilo se ha reducido al 47%.
    El asilo es un derecho internacional como la sanidad o la educación.
    Nadie los acoge en su casa de la misma forma que nadie se opera en casa.
    Tambien aumenta la natalidad.
    Son muchas cosas lo que se puede hacer : aparte de controlar fronteras también en el Magreb, la idea de Borrel es buena : la UE debe retomar las ayudas al desarrollo y a ONG , por que ademas asi amplia mercado de bienes de consumo y por supuesto democracia y que las multinacionales no abusen ni contaminen etc etc
    Quien quiera enlaces con datos que me los pida .

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