Había que darle vida a los personas, darles capas, y también teníamos la realidad que nos lleva a una época nefasta. Las cosas sucedieron porque estaba la dictadura y porque estaban estos tipos que hacían las cosas a su manera, de una forma violenta y de la peor manera que ya conocemos.
Por Angelo Nero
El conocido periodista y locutor radiofónico, poeta y escritor rosarino Reynaldo Sietecase, publicaba en 2002 su primera novela, Un crimen argentino, donde mezclaba, de forma magistral, el género negro y la crónica periodística, para mostrar a través de la investigación de una desaparición, el retrato de toda una época, y de una sociedad en la que las desapariciones forzosas comenzaban a generalizarse, e incluso justificarse, como lo hizo el dictador Jorge Rafael Videla en 1979: “Le diré que frente al desaparecido en tanto éste como tal, es una incógnita, mientras sea desaparecido no puede tener tratamiento especial, porque no tiene entidad. No está muerto ni vivo… está desaparecido.” Aunque la desaparición que origina la historia de Sietecase no tiene un origen político, se sitúa en esa trágica etapa de la historia argentina, con un brutal crimen que horrorizó a esa sociedad donde el horror estaba normalizándose. El planteamiento del asesino fue una cruel alegoría de lo que estaba sucediendo en todo el país, protagonizada por las siniestras patotas de las fuerzas armadas: si no hay cuerpo, no hay delito.
En 2022 llegó a los cines la adaptación cinematográfica de Un crimen argentino, dirigida por Lucas Combina, que rodaba su primer largometraje, curiosamente después de haber dirigido la serie “La chica que limpia”, para Netfilx, que se anunciaba con el reclamo de “Sin manchas no hay crimen”, y en el que la protagonista era una madre soltera, que se veía obligada a trabajar para la mafia, limpiando las escenas de sus crímenes. En su primer largometraje recorre las calles de Rosario, siguiendo la investigación de la desaparición de Gabriel Samid, un joven juerguista y pendenciero, hijo de una adinerada familia de la ciudad, a través de las pesquisas de dos detectives judiciales, Torres (Matías Mayer), con la firme convicción de permanecer en el sistema, a pesar de los adversos cambios políticos que se están produciendo en su país, y Rivas (Nicolás Francella), que no ve otra salida a su futuro, personal y profesional, que abandonar el país. Ambos son presionados por los militares, para encontrar rápidamente un culpable, sin importar los métodos que tengan que utilizar, siempre con el aliento de Cerbera (Alberto Ajaka), un siniestro uniformado que representa la cara más oscura del régimen militar.
Un personaje clave en la película es el juez Suárez (Luis Luque), el encargado de llevar el caso de la desaparición, y a cuyas ordenes trabajan Rivas y Torres, que intenta mantener el sistema judicial, cuando todas las estructuras de poder, no solo las policiales y las militares, sino las económicas y mediáticas, se pliegan ante la junta militar, y que intenta mantener los mínimos de un estado de derecho, algo que quizás se desarrolla de un modo más efectivo en el libro, pero que en la película es también la espina dorsal de la trama.
En una entrevista para la emisora AM750, Reynaldo Sietecase,que intervino en el guión de la película declaraba: “Este crimen tan particular tiene un marco que para mi es el gran tema del libro, y de la película, donde se respeta mucho, que no es el crimen en si, si no el conflicto, porque ocurrió en el año 80, del enfrentamiento entre los investigadores judiciales, el secretario y el juez, y los militares, que querían hacer las cosas a su manera, y un conflicto que está muy poco tratado en la literatura argentina, el conflicto de los que en la dictadura seguían tratando de hacer las cosas bien.”
El actor rosarino Dario Grandinetti, interpreta al sospechoso del crimen, un abogado condenado por estafa, cínico y encantador, que en las situaciones más adversas, cuando cae en manos de los militares, es capaz de sostener diálogos como este: “Ese chico ni era Monto, ni puso una bomba, solamente pertenecía a una agrupación universitaria, pero como el que lo ayudó a zafar en el penal fui yo, Cerbera me la tiene jugada, inculpándome a mi no solo resuelve el caso, si no que me la cobra bien cobrada.” Sin duda una actuación a nivel al que nos tiene acostumbrado el actor que descubrimos en una de nuestras películas favoritas: “El lado oscuro del corazón” (1992) de Eusebio Subiela.
El director del film, Lucas Combina, respondía así a Telam, sobre el desafío de trabajar con dos líneas narrativas, la de la investigación que llevan los secretarios judiciales, y la que lleva el grupo de tareas del ejército: “Por un lado, nosotros queríamos lograr una sensación de ambiente de trabajo, de gente apasionada haciendo lo que le gusta, que puede ser cualquier carrera como la judicial. Por otro lado, dar matices de que son personajes vivos que tienen una vida detrás de eso, que hay un personaje que quiere armar su vida y el otro opina distinto, tienen la misma edad pero son de barrios distintos entonces se confrontan distintas situaciones. Había que darle vida a los personas, darles capas, y también teníamos la realidad que nos lleva a una época nefasta. Las cosas sucedieron porque estaba la dictadura y porque estaban estos tipos que hacían las cosas a su manera, de una forma violenta y de la peor manera que ya conocemos. Me parecía importante mostrar ese contraste y esa impotencia de lidiar y chocarte todos los días con esa pared, que te va complicando. La idea era transmitir esa sensación del momento que no se podían hacer las cosas como uno quiere.”
Por último destacar la interpretación de Malena Sánchez, en el papel de María Bussato, una secretaria judicial que decide implicarse hasta el fondo en el investigación, y que mantiene una relación con su compañero Rivas, al que le muestra sus contradicciones entre su deseo de abandonar el país, y el de seguir luchando por la justicia en su país. “Contar el riesgo que tenían estos personajes, el riesgo que había de querer hacer las cosas bien en ese contexto. Para mí, eso era lo más importante”, declaró la actriz argentina a la que vimos en papeles destacados en “El Potro”, “From Tuesday To Tuesday” o “Luciferina”.
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