Turismo masivo. Cómo empobrece a las clases populares y subyuga a la economía nacional (2)

¿Beneficia en algo a las clases populares de nuestro país la riqueza que genera el turismo? Los defensores de este sector dicen que sí, sin embargo, los datos de Renta per Cápita no dicen lo mismo

¿Beneficia en algo a las clases populares de nuestro país la riqueza que genera el turismo? Los defensores de este sector dicen que si; sin embargo, los datos de renta per cápita no dicen lo mismo

Por Pablo Molejón

  1. IMPACTO EN LA ECONOMÍA Y EL MERCADO LOCAL. ¿AUMENTO DE LA RIQUEZA?

El hecho de que una región o un país dependa económicamente de un único sector hace que todo el mercado local o nacional gire en torno a ese sector. Eso pasa en España con el turismo masivo.

El mercado local de las regiones más dependientes del turismo se ha construído en los últimos años en torno a él. Las antiguas cafeterías se han convertido en bares para turistas, los locales típicos de la zona, en discotecas para guiris, las tiendas de productos de toda la vida, en tiendas de souvenirs, las constructoras de viviendas normales, en constructoras de apartamentos de lujo. Cierran los laboratorios, las universidades, los centros de investigación, las fábricas, los campos, los museos, las galerías de arte, los eventos culturales de calidad, y abren las discotecas, los pubs, los chiringuitos, los hoteles… Los cerebros de nuestro país se van a los países del norte a trabajar, ya que aquí no hay trabajo científico o cultural precisamente por culpa de la construcción del mercado turístico. Hay trabajo precario y de mala calidad de camarero, portero de discoteca, recepcionista de hotel, pero no de investigador, técnico de laboratorio, músico o actor. En definitiva, el mercado turístico es un mercado pobre que, por su naturaleza crea puestos de trabajo precarios y muchas veces denigrantes.

Después de esto, toca hablar del gran mantra que repiten los defensores del turismo masivo una y otra vez y que, por desgracia, se cree una gran parte de la población: “El turismo genera riqueza y es bueno para nuestra tierra”. Bueno, lo segundo ya hemos visto que no, no es para nada bueno para nuestra tierra, en el sentido literal de la palabra tierra, teniendo en cuenta los datos aportados en el apartado dos de este artículo, sobre daños medioambientales. Tampoco es bueno para nuestra tierra, si con tierra nos referimos a la gente que la habita, como hemos visto cuando hablaba sobre cómo el turismo echaba a la gente de sus casas, o sobre cómo el turismo empobrece y precariza el mercado local. Pero la primera parte de la afirmación aún no la hemos mencionado, ¿Crea riqueza el turismo? El sector turístico supone el 15% del PIB de nuestro país, siendo el más importante de todos, por encima de la industria, la agricultura o la ciencia. Así que parece evidente que sí, sobre el papel, el turismo genera riqueza. Sin embargo la cuestión, para mí y para la mayoría de los análisis críticos que se hacen a este sector, no es cuánta riqueza se genera (ya que es evidente que es mucha), sino quién acumula esa riqueza. ¿Beneficia en algo a las clases populares de nuestro país la riqueza que genera el turismo? Los defensores de este sector dicen que sí, sin embargo, los datos de Renta per Cápita no dicen lo mismo. En los últimos años ha aumentado el turismo masivo en les Illes Balears, en cambio, la Renta per Cápita en esta región ha disminuido bastante, en contra de lo que cabía esperar. Además, vemos cómo se expulsa a gente de sus casas y cómo los trabajos son cada vez más precarios y peor pagados, lo cual son más indicadores de que no, el hecho de que el turismo genere riqueza no beneficia a las clases trabajadoras. Y no lo hace por una razón, que es el quién acumula esa riqueza. La riqueza generada por el turismo va para los dueños e inversores de esta industria, van al 1% más rico. Claro, esto sobre el papel no se ve, sólo vemos que la línea aumenta en el gráfico del PIB, pero eso es papel mojado si esa riqueza no se redistribuye o no va para quien la genera.

  1. CONDICIONES LABORALES Y PRECARIEDAD EN EL SECTOR TURÍSTICO. CÓMO LA INDUSTRIA TURÍSTICA EXPLOTA A LOS TRABAJADORES.

Así como los daños medioambientales son consecuencias a largo plazo, y el impacto sobre la economía y la vivienda son consecuencias a medio-corto plazo, las condiciones laborales de pobreza y precariedad de los trabajadores del sector turístico son consecuencias inmediatas, y llevan estando ahí desde el primer momento.

El turismo masivo es uno de los sectores laborales más precarios que existen. Los sueldos son de miseria, en la mayoría de los casos apenas dan para pagar un alquiler. Los horarios suelen ser denigrantes: Turnos partidos, jornadas sin descansos, horas extras no pagadas, etc. También las condiciones en las que tienen que trabajar los trabajadores del sector turístico son miserables: Carga de trabajo excesivamente dura y estresante, lo cual deriva en depresiones u otras enfermedades mentales, malos tratos por parte de los clientes y los jefes, etc… En definitiva, una situación intolerable.

Las que más eco han hecho de su inaceptable situación han sido Las Kellys. Antes de continuar exponiendo las condiciones laborales de estas trabajadoras, decir que admiro profundamente la labor reivindicativa que llevan a cabo Las Kellys. Sufrir todo lo que sufren y aún así tener fuerzas para realizar el trabajo de protesta que realizan, hace que me sienta especialmente orgulloso de las trabajadoras de mi país, de cómo a pesar de los abusos, no se rinden, ni lo harán nunca. Las Kellys son una asociación de camareras de piso, trabajadoras del sector turístico dedicadas en este caso a limpiar hoteles. Las condiciones en las que trabajan son denigrantes, y la gran mayoría llegan a sufrir importantes lesiones físicas y psicológicas. Según dicen ellas mismas, así como médicos de cabecera y traumatólogos de les Illes Balears, las lesiones físicas más comunes son hernias discales, lesiones en el túnel carpiano, en las rodillas, en los tendones, etcétera. Una gran parte de las camareras de piso sufren también lesiones psicológicas, derivadas de la medicación y los opiáceos recetados que tienen que tomar para poder llevar a cabo su trabajo con las lesiones que presentan, un titular de una noticia del Diario de Mallorca, así lo demuestra: “Necesito tomar 8 pastillas al día para limpiar las habitaciones que me tocan”.

Las Kellys denuncian, además, la falta de inspecciones de trabajo, y que cuando hay alguna, los jefes ya lo saben, y les asignan menos tareas ese día.

Las condiciones laborales del sector turístico en España son de absoluta miseria y empeoran conforme crece el turismo, ya que la carga de trabajo es cada vez mayor. Esta situación debe acabar ya.

  1. CONSIDERACIONES FINALES. ¿POR QUÉ VIVIMOS DEL TURISMO? ¿SE PUEDE DEJAR DE VIVIR DE ÉL? ¿CÓMO?

Como he manifestado a lo largo del artículo, esta situación es insostenible para la tierra en la que vivimos, y para los trabajadores que la habitamos, y es lógico llegar a la conclusión de que hay que abandonarla cuanto antes. Sin embargo, esta reflexión entra en controversia con el hecho de que, como mencioné antes, el 15% del PIB de España viene del turismo y, como estamos viendo ahora, España sin turismo se hunde, ya que el mercado actual está construído en torno a él, y si por la razón que sea (por ejemplo, una pandemia mundial), el turismo cae, la economía española cae con él. ¿Qué es lo que nos ha llevado a esto? ¿Por qué hemos dejado que esto pase? ¿Por qué nos ha parecido buena idea concentrar todo el mercado en el mismo sector, que encima es precario, echa a la gente de sus casas, destruye el medio ambiente, condena a la pobreza y a trabajos denigrantes a la clase trabajadora, y que en cualquier momento se puede derrumbar?

Para responder a las preguntas que acabo de plantear, no hace falta irse a los inicios del turismo en los años 60, ni al boom del turismo de sol y playa en los años 80. Hay que irse a algo más reciente: Las políticas de la Unión Europea. Tras la crisis del 2008, la Unión Europea y el Banco Central Europeo convirtieron a Alemania y los países del norte en el corazón productivo y próspero de Europa, y a los países del sur (Italia, Grecia y España), a ser su playa, su Eurovegas. Porque cuando hablamos del turismo masivo no estamos hablando de turismo nacional, sino de turistas extranjeros, principalmente alemanes, franceses y británicos. Concretamente, el 19,5% de los turistas en 2015 eran británicos, el 16,4% franceses, el 15,7% alemanes y el 10,8% de otros países nórdicos. Esto es bastante más de la mitad, y la otra mitad vienen de otros países europeos, aunque son sólo un pequeño porcentaje de cada país, ya como acabo de mencionar, más de la mitad son sólo ingleses, franceses, alemanes y nórdicos.

Retomando la cuestión, con la política económica de la UE, España quedó condenada a ser la playa de Europa, el país del turismo, el país del que se marchan al año miles de jóvenes altamente preparados a los países del norte, beneficiados por la UE, a llevar su productividad y fuerza de trabajo, ya que aquí no pueden ejercer.

Es evidente entonces que, si el origen del problema está en la política económica europea, lo que hay que hacer es romper con esa política, dejar de vender nuestra soberanía a los bancos europeos, y, desde el estado, con políticas públicas, invertir todo lo que se invierte en turismo, en ciencia, investigación, industria, agricultura…

Desarrollar un plan de reconstrucción económica del país, que tiene que tener como eje fundamental la nacionalización y recuperación bajo control obrero de los sectores estratégicos de la industria y la agricultura, así como la nacionalización de las empresas y laboratorios privados que se dediquen a la investigación científica, invirtiendo generosamente en este sector, para que los miles de biólogos, físicos, químicos, farmacéuticos, etcétera, no se tengan que ir de nuestro país, y puedan dedicarse a su profesión desde el sector público.

En definitiva, se puede no vivir del turismo. Se puede vivir de la ciencia, de la industria, de la agricultura, de la cultura, en lugar de del turismo. El problema es que ello conlleva tomar medidas que no gustan a las élites, porque acabarían con ellas. Por eso prefieren condenarnos a vivir de un sector que nos empobrece, por eso prefieren seguir apostando por un sector que destruye todo lo que toca, porque con él, sus beneficios están a salvo. La solución sólo es una, y lo digo alto y claro: Socialismo, o barbarie.

FUENTES

  • Tot Inclós. Danys i conseqüències del turisme a les nostres illes. –
  • Evolution of Cultural Tourism in Spain. – María Luisa Vizcaíno Ponferrada – International Journal of Scientific Managment and Tourism.
  • Impactos Negativos del Turismo. – com
  • El exceso de turismo se ha convertido en un problema global. – levante-emv.com
  • Instituto Nacional de Estadística.
  • Asociación Las Kellys.
  • Los Impactos del Turismo. – Tomás Franco Aliaga (UNED) y Óscar García Guillén (Máster en turismo y MBA).

Artículo publicado en NR el 12/08/2020

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