«Porque somos conscientes de que cada victoria en la lucha por la defensa de un servicio público como el taxi es un avance por lo derechos de decenas de colectivos de trabajadores y trabajadoras en lucha».
Por Taxi Project
Gracias a la oportunidad que nos dan medios como Nueva Revolución, nos gustaría aprovechar nuestra columna de este mes para explicar un poco en qué consiste todo esto de la lucha del sector del taxi a día de hoy, un poco por el desconocimiento que puede haber en cuanto cual es nuestra labor, aparte de las movilizaciones que si bien por llamativas son un caramelito informativo, la mayoría de las veces tienden a desvirtuarse por parte de los medios convencionales que por desgracia, en este país son los que llegan al gran público movidos por los intereses de los dueños de las empresas contra las que estamos luchando.
Por eso y como entendemos que nuestro problema, esa dificultad de que nuestro mensaje llegue a la ciudadanía, a las demás trabajadoras y a los trabajadores realmente como es y no de manera tan tergiversada como suele llegar, pasa también con los demás colectivos, desde el sector del taxi, creamos ya hace prácticamente dos años Taxi Project.
Taxi Project más que una asociación, una plataforma o un sindicato como nos han denominado en muchas ocasiones, es una herramienta que hemos creído necesaria crear por parte de un grupo de taxistas muy comprometidos con su sector, pero que han sido conscientes de que llegados a un punto, la presión en las calles se tiene que traducir luego en resultados en los despachos y en los juzgados, y que todo ese esfuerzo por conseguir resultados con las movilizaciones no puede luego perderse por no saber defendernos ante las administraciones, ante los partidos políticos o ante nuestros enemigos en otros ámbitos que afectan directamente a nuestra actividad como servicio de interés general y a los derechos de las usuarias y los usuarios.
Y creemos que este enfoque es muy importante también para otros colectivos que si bien pueden llegar a tener mucha fuerza en las calles, luego ese músculo se tiene que ver traducido en conseguir resultados verdaderamente satisfactorios y duraderos. Nos enfrentamos a un enemigo muy poderoso, con muchos más recursos de lo que podemos llegar a pensar en muchas ocasiones (política, administraciones, marketing, medios tradicionales,) por lo que la calle debe ser el medio siempre, pero luego necesitamos más armas para conseguir nuestro fin.
Es por eso que a día de hoy, Taxi Project trabaja con varios bufetes de abogados especializados tanto en derecho administrativo, como laboral como de competencia, entendiendo que son los ámbitos más importantes que afectan tanto a las trabajadoras y trabajadores del taxi, como a la actividad en sí, y del mismo modo, tenemos un grupo de investigadores y economistas para estudiar las tretas y las prácticas de empresas como Uber, Cabify, Bolt o Free Now, otro de especialistas en derechos de los consumidores, dada la importancia que tiene para nosotros, como taxistas de nuestro cliente (y por extensión el ciudadano en general).
Todo ello organizado por un agitador de la calle como Alberto (Tito) Álvarez, que es el encargado de coordinar a los diferentes expertos que colaboran con Taxi Project en sus respectivas áreas, como con una parte de junta directiva, encargada de la comunicación y los contactos con el mundo de los demás colectivos en lucha así como con la otra parte encargada del mundo de la política.
Y de este modo y con la convicción de que vamos a vencer, pero sin subestimar nunca a nuestro enemigo(más bien a quien mueve sus hilos), y de qué el problema de la «uberizacion» contra la que luchamos nos afecta a todas y todos como trabajadoras y trabajadores, Taxi Project lleva a día de hoy decenas de procedimientos tanto a nivel local, como estatal y como europeo contra empresas como Uber, Cabify, Bolt o Free Now así como colaboramos activamente con otros colectivos a nivel internacional, formando parte de la Red Transnacional de Trabajadores de Plataforma (RTT), junto con Riders tanto de Europa, como de Latinoamérica o Asia o conductores del estado de California, en los Estados Unidos.
También y de manera paralela a la RTT, en España tenemos encuentros con otros colectivos afectados por la «uberización» y las privatizaciones, como trabajadores y trabajadoras en lucha de Renfe, del Metro de la EMT, de Correos y las grandes Kellys, entre otros, porque si bien hay algunas diferencias en cuanto a nuestros problemas y reivindicaciones, al sentarnos y escuchar, tenemos más puntos en común de lo que en un principio nos pretende hacer creer el sistema y los medios convencionales.
Hemos puesto en jaque a Uber ante la Fiscalía de Delitos económicos por evadir impuestos, también hemos reclamado a Uber, a Cabify y a Bolt ante los principales organismos de Consumidores y Usuarios por obligar a los ciudadanos a firmar contratos plagados de cláusulas que entendemos que vulneran sus derechos, reclamamos al superregulador que ponga fin a el intento de empresas como Free Now o las mismas Uber o Cabify de conseguir la posición dominante en un servicio público que llevan años buscando a costa del acoso y derribo a los trabajadores y trabajadores del taxi y del mismo modo, tenemos en marcha demandas contra todas las administraciones culpables de la dramática situación del sector del taxi durante estos últimos años, agravada por la crisis del COVID y nos hemos personado en procedimientos por supuestos tráfico de intereses que nos afectan directamente. Por último, entre otras cuestiones también estamos trabajando en la nueva directiva europea sobre trabajadoras y trabajadores con la Alianza de la Izquierda Nórdica.
Porque somos conscientes de que cada victoria en la lucha por la defensa de un servicio público como el taxi es un avance por lo derechos de decenas de colectivos de trabajadores y trabajadoras en lucha, de esas compañeras y compañeros que llevan años viendo como les quitan sus derechos, les precarizan la vida y les roban su futuro, y porque somos conscientes de que nos quieren desorganizados y desinformados para que nuestra voz, la voz de nuestros problemas no llegue a todo el mundo. Porque temen una revolución. Por eso es necesario por todos los medios, trasladar esa gran fuerza que tenemos en las calles.
Todo esto está muy bien, pero los asalariados del taxi estamos igual de esclavizados qye lis trabajadorez de cabify en Barcelona, mientras continúe el convenio colectivo ilegal y caduco que obliga a los trabajadores a pagar el irpf, los seguros sociales de su bolsillo, que las pagas extras son de 350€ que cuando te vas de vacaciones te dan 700€ que no paga horas extras no reconoce antigüedad, ni nocturnidad, ni días festivos etc etc etc …
No podéis pedir dignidad a un servicio público frente a empresas explotadoras cuando la explotación ya es parte del sector para más de 3000 asalariados en Barcelona.
Tenéis que hacer algo contra la patronal de flotas de taxi y dar dignidad a los trabajadores ..
Y tenéis ke trabajar 40 hrs a la semana, no más