Transición sangrienta: Vicente Basanta, asesinado de tres balazos en la nuca por un policía

Por Tulio Riomesta / LQSomos

Miguel Vicente Basanta López nació en Zaragoza en 1945. El 5 de febrero de 1977 se había celebrado en Zaragoza el primer mitin público del PSA y el ambiente en la ciudad estaba muy caldeado. (El Partido Socialista de Aragón (PSA) fue un partido político aragonés, que estuvo activo entre 1976 y 1983. Se autodefinía como federalista, socialista y autogestionario.) A las 9 de esa misma noche, Vicente Basanta, de 31 años, menor de 10 hermanos, albañil en paro y militante comunista, realizaba una pintada en un muro del paseo del Canal esquina con la calle Santa Gema de Zaragoza en la que se leía «Trabajo sí, policía no» junto con el símbolo de la hoz y el martillo.

En aquel momento el policía armada Francisco Tovar que estaba paseando por la zona, encañonó a Vicente contra la pared a modo de represalia. Este, en reacción instintiva de defensa le volvió la espalda protegiéndose la cabeza con la mano izquierda, momento en el cual el agente le asestó 3 disparos por detrás, uno de ellos le atravesó la mano con la que se protegía la cabeza. Francisco recibió 2 balazos en la nuca,

Vicente ingresó en la clínica San Juan de Dios de Zaragoza a las 21,30 h, en estado preagónico, falleciendo a las 21,45 h. Tras la muerte de Basanta se sucedieron una serie de intentos por parte de los estamentos policiales, militares, así como de algunos medios de comunicación y de determinados políticos de ensuciar la imagen de Vicente con el fin de «justificar» el crimen cometido por Francisco Tovar. La familia de Basanta fue privada del derecho a juicio, sin embargo se admitieron pruebas falsas incriminando a Vicente, así como informes inventados.

El capitán Manuel Lara del Cid, declaró, con fecha 24 de marzo de 1977, el sobreseimiento definitivo de la causa, apenas mes y medio después de la muerte de Basanta. A todos estos hechos se unieron otros, como los intentos, por parte de la policía, de entrar en el domicilio de Basanta en busca de armas y demás material con el que relacionarle con ETA o los GRAPO.

En los años posteriores se sucedieron una serie de intentos por vía judicial de condenar al asesino de Basanta, que resultaron fallidos en todos los casos. En octubre de 1989, se presentó una querella criminal por asesinato contra el policía autor de los disparos. En junio de 1990, el juzgado número 2 de Zaragoza ordenó el archivo de las actuaciones en virtud del principio de cosa juzgada por la jurisdicción militar. Recurrido el auto del juzgado en apelación ante la Audiencia Provincial de Zaragoza, también resultó desestimado en octubre de 1990.

En agosto de 1990, también vino denegada la admisión a trámite del escrito presentado ante el Justicia de Aragón. En noviembre de 1990 se presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, acordándose su inadmisión por la sala 2ª en abril de 1991, basada en un precepto del entonces vigente código de justicia militar.

Más tarde, con la creación de la Comisión Ciudadana Vicente Basanta, se consiguió limpiar la imagen de éste, así como de sacar a luz la verdad sobre el caso. El “acometimiento fue súbito, imprevisto, desproporcionado y sin posibilidad alguna de defensa del fallecido, dada la obvia posición de espaldas que ocupaba con respecto al policía”, señala la querella, que califica jurídicamente los hechos como asesinato.

El 4 de febrero de 1996 se realizó un homenaje a Vicente frente al muro donde fue asesinado, realizando una pintada por José Luis Cano. Actualmente una calle de Zaragoza lleva su nombre.

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