Todavía hay partido

El capitalismo debe superarse consciente y organizadamente, y es ahí donde juegan un papel fundamental los Partidos Comunistas de todo el mundo, por lo que su éxito también será el nuestro.

Tomás Alfonso

Tal día como hoy, pero hace  ya 100 años, se fundaba el Partido Comunista de España, sin el cual no se puede entender la historia reciente de nuestro país. Un partido que cuenta con tres ilegalizaciones, líderes en el exilio, militantes en las cunetas y, por primera vez desde la aprobación de la Constitución de 1978, ministras y ministros en el Gobierno de España. Pasado, presente y –esperemos- futuro de la clase trabajadora concentrado en una organización.

El Partido Comunista de España, tal y como ha hecho hasta ahora, debe seguir siendo una fuerza política que mire hacia fuera  -hacia la sociedad- mucho más que hacia dentro. Siempre que ha sido así, los pueblos de España han avanzado hacia la igualdad, teniendo claro que solo se puede llegar a ella desde la unidad popular, que se encuentra en el propio ADN del PCE.

 Frente a quienes entienden la unidad de forma electoralista o quienes directamente pareciera que quieren luchar en solitario, el PCE continúa abogando por la convergencia política y social como estrategia de desbordamiento democrático. Una política de confluencia que, evidentemente, implica mayores contradicciones, pero también mayores éxitos para las clases populares.

Construir un proyecto de país y de sociedad plural desde la propia pluralidad del pueblo organizado, esa es la apuesta del Partido Comunista de España para el futuro y así lo reflejan tanto los documentos aprobados en su último Congreso como las acciones llevadas a cabo diariamente.

El objetivo es repensarnos en comunidad lejos de verdades absolutas y de caminos preestablecidos, puesto que, tal y como afirmaron Marx y Engels en La Ideología Alemana ‘el comunismo no es un estado que deba implantarse, un idea al que ha de sujetarse la realidad.  Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual’. En esencia, el comunismo es un anti dogmatismo, por lo que constantemente se debe renovar la idea que se tiene del mismo a partir del estudio de la realidad actual, no para superarlo sino justamente para lo contrario, para demostrar su vigencia. En esa línea se encuentra la propuesta teórico-práctica del PCE.

Evidentemente, a esta apuesta a largo plazo y a sus concreciones políticas se le podrán realizar las críticas que se consideren pertinentes, e incluso muchas de ellas seguro que serán compartidas por parte de su militancia e incluso de sus dirigentes. No obstante, no todos los días una organización de clase cumple 100 años, por lo que dejaremos este tema para otro día. 

En lugar de eso, quiero acabar este breve artículo escrito con motivo del centenario del PCE con una afirmación más positiva: el Partido Comunista de España goza de buena salud y tiene un papel clave en la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora. No parece una cuestión reseñable, pero después de 100 años de propaganda anticomunista realmente sí lo es, y mirando a nuestro alrededor deberíamos de saberlo.

Resistir hasta vencer y vencer para vivir. El capitalismo debe superarse consciente y organizadamente, y es ahí donde juegan un papel fundamental los Partidos Comunistas de todo el mundo, por lo que su éxito también será el nuestro.

De momento, nos felicitamos colectivamente por este centenario, puesto que, a pesar de las dificultades, afortunadamente, todavía hay Partido.

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