“The Cord of life” es una historia de afectos y de reencuentros, de regresos al pasado, de la memoria que se desvanece y de la que se recupera, del amor hacia una madre y del amor hacia una tierra, en la que diste los primeros pasos y entonaste las primeras canciones.
Por Angelo Nero
Alus es un reconocido creador de música electrónica, que está actuando en Beijing, cuando recibe una extraña llamada de su madre, desde Mongolia, extraña porque su madre sufre Alzheimer y casi no reconoce al hermano y a la cuñada de Alus, con los que vive en Ulán Bátor. Por eso decide regresar a su país, para encontrarse con el grave deterioro de salud de su madre, que vive recluida entre rejas, para evitar que se escape, ya que su obsesión es volver a casa.
Esto lleva a Alus a iniciar un viaje hacia su lugar de origen, en el interior de Mongolia, un viaje hacia sus orígenes, hacia sus raíces, donde recuperará ese cordón umbilical que da título a la película, y que se materializa, con una increíble fuerza poética, en una larga cuerda con la que madre e hijo se unen, para que ella, en uno de sus delirios, no se escape. Es por tanto “The Cord of life” una historia de afectos y de reencuentros, de regresos al pasado, de la memoria que se desvanece y de la que se recupera, del amor hacia una madre y del amor hacia una tierra, en la que diste los primeros pasos y entonaste las primeras canciones.
La película de la debutante Sixue Qiao es también un registro de los sonidos de la naturaleza, que Alus recoge para fusionar con la electrónica, pero también de la música tradicional. Yider, que le da vida a Alus, es un reconocido músico de fusión, impulsor de la banda NaraBara, que combina la electrónica con el jazz y los instrumentos acústicos tradicionales, y además es un virtuoso del Morin khuur, el instrumento de cuerda tradicional de Mongolia. Aunque Wu Renna es el compositor de la banda sonora, también aparecen temas de Yider y de la cantante Urna Chahar-Tugchi.
La película tiene tres protagonistas, Alus, su madre -interpretado por la fantástica Badema- y el deslumbrante paisaje de la Mongolia interior, las enormes praderas salpicadas de lagos cristalinos, donde todavía persisten los nómadas, que acompañan a sus grandes rebaños a caballo. El director de fotografía de esta película es el conocido fotógrafo Cao Yu, con trabajos anteriores como “1921”, “Ba bai”, o “La leyenda del gato demonio”
Pero Alus ya es una criatura de ciudad, y para no perderse en ese paisaje, necesita de una guía, que aparecerá fortuitamente, la bellísima Tama, cuyo papel recae en la actriz Nahia, que le enseñará a reconectarse con su tierra y su pasado, y le ayudará en la búsqueda de los recuerdos de su madre.
En esa búsqueda, en la que su madre vuelve a ser una niña que lo único que quiere es regresar a su hogar, al que compartió con sus padres, se suceden las imágenes en las que pasado y presente se confrontan, como el dron que les advierte que están en una propiedad privada, o, por otro lado, con las ceremonias de una tradición milenaria, que persiste en las praderas de Mongolia.
Cada escena, me atrevería a decir que cada uno de sus fotogramas, es de una carga poética brutal, de una belleza que duele, y de una intensidad emocional que nos volverá a unir a nuestro propio cordón umbilical, al que nos conecta con un tiempo y una tierra a la que siempre merece la pena regresar.
Se el primero en comentar