«Terapias de reorientación», un grave daño para la infancia

En el contexto de la conmemoración internacional del Día del Orgullo LGTBI, que se conmemora internacionalmente cada 28 de junio, Save the Children pide que se prohíban las ‘terapias de reorientación sexual’ dirigidas a modificar la orientación sexual o la identidad de género a niños, niñas y adolescentes LGTBI.

Estos supuestos tratamientos –rechazados por los colegios profesionales de psicología y psiquiatría– parten de la patologización y estigmatización de la orientación sexual y la identidad de género y provocan un grave daño en las personas que se someten a ellas. En la actualidad las terapias de aversión están prohibidas en Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Catalunya, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Navarra y Región de Murcia.

Ante esta situación –y como se recogió en el anteproyecto de Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia que no llegó a aprobarse en la anterior legislatura–, Save the Children defiende que se ha de considerar como situación de riesgo para la infancia el “sometimiento a terapias de aversión a menores de edad pertenecientes al colectivo LGTBI por parte de sus progenitores, tutores o guardadores”.

Si un niño, niña o adolescente es obligado a acudir a este tipo de tratamientos la administración pública competente debería actuar de inmediato para eliminar, reducir o compensar los daños y evitar así su desamparo y exclusión social”, asegura Ana Sastre, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save the Children. “Sin embargo, hoy en día en España la protección de estos menores varía ante la ausencia de una norma aplicable en todo el territorio nacional. Por ello, pedimos al próximo Gobierno que recupere el anteproyecto de Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia de forma urgente”.

Asimismo, Save the Children considera imprescindible que en el ámbito escolar y en el deportivo o de ocio donde participen menores de edad se enseñe acerca de la diversidad y aceptación de las distintas orientaciones sexuales y de las identidades trans.

Por último, la organización insiste en la necesidad de reconocer en todos los ámbitos el derecho de cualquier niño o niña –con independencia de su edad– a que su identidad de género sentida sea respetada en todos los entornos de su vida.

La violencia que los menores LGTBI sufren puede provenir desde su entorno familiar, al no comprender o aceptar su condición, hasta su entorno educativo, llegando a sufrir acoso escolar. Su mayor vulnerabilidad hace imprescindible la inclusión de una perspectiva específica que vele por su protección y bienestar”, concluye Sastre.

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