A diferencia de sus vecinos ex-soviéticos de Asia Central, que son pueblos túrquicos, Tayikistán es un país asociado a la cultura persa, eso significa que tanto la lengua como muchos otros aspectos de la cultura son diferentes.
Por Dídac Medrano Marchador / Descifrando la Guerra
La República de Tayikistán es quizás uno de los países que menos veces salen en las noticias. Esta pequeña y montañosa república ex-soviética es hoy en día uno de los países peor clasificados en el World Democracy Index (Índice de democracia). Emomali Rahmon ha gobernado el país durante los últimos 26 años. La historia reciente de este país ha sido convulsa, y fue el único de los ex-soviéticos de Asia Central que pasó por una cruenta Guerra Civil tras la desintegración de la URSS.
Tayikistán el persa de los soviéticos
Asia Central es una región que está compuesta por una variedad cultural de un gigantesco calibre. Sin embargo, al igual que en muchos otros lugares que pasaron por un proceso de colonización, los estados-nación que resultaron no suelen significar homogeneidad étnica. La Unión Soviética, antiguo poder mayoritario en la zona, dividió Asia Central en diferentes Repúblicas Socialistas Soviéticas (RSS), sin tener en cuenta, en muchas ocasiones, la composición étnica de las regiones.
Tayikistán constituye un país con ciertas características que lo hacen único. A diferencia de sus vecinos ex-soviéticos de Asia Central, que son pueblos túrquicos, Tayikistán es un país asociado a la cultura persa, eso significa que tanto la lengua como muchos otros aspectos de la cultura son diferentes. Además, Tayikistán es un país completamente montañoso (90%), en contraste con su vecina Uzbekistán, compuesta en gran parte por desierto y el valle fértil de Fergana. En Tayikistán encontramos picos que superan los 7.000 metros de altura, pertenecientes a la zona del Pamir o bien del Hindu Kush.
¿Quiénes son los tayikos?
Denominamos tayikos a una serie de pueblos de lengua persa que a lo largo de la historia han habitado las regiones geográficas que componen los actuales Irán, Afganistán, Uzbekistán, Kirguistán y China (Xinjiang), hasta llegar a poseer su propio estado, que hoy en día no abraza a la totalidad de los tayikos. En Uzbekistán, por ejemplo, hay actualmente más de un millón de tayikos, especialmente en el área del Valle de Fergana y en las ciudades de Bukhara y Samarcanda. En Afganistán, al sur de Tayikistán, encontramos casi 10 millones de tayikos, que componen el 27 % de la población del este estado.
Los tayikos son uno de esos pueblos que cuentan con una mayor población étnica fuera de sus fronteras que no dentro, como es el caso, por ejemplo, de los mongoles, que son más en la región china de Mongolia Interior que en la misma Mongolia. Otro caso sería el de Armenia, con tres millones de habitantes en el país sub-caucásico y unos ocho millones repartidos en forma de diáspora. Cada caso es particular y está influenciado por diferentes factores. En el caso de Tayikistán se puede considerar la mala división geográfica y política de los soviéticos y la Guerra Civil (1992-1997), como factores de los que se derivó esta situación demográfica.
Hay que tener en cuenta que, cuando hablamos de demografía en contextos como el de Asia Central, hay distintos matices. Los tayikos, por ejemplo, no son un grupo homogéneo. Hay tayikos que hablan lenguas de origen persa (mayoría) y otros que no, como los tayikos de China (Xinjiang), que en realidad hablan sarikoli, una lengua del mismo grupo lingüístico que el pashtun, hablado en Afganistán. Sin embargo, se siguen autodenominando como tayikos. Otro de esos pueblos tayikos serían los pamiri, que habitan en la región tayika de Gorno-Badakhshan y hablan una lengua iraní oriental. También hay que considerar que hay estados como Afganistán que no tienen censos muy fiables. Tayikistán tampoco es un país con excelentes censos demográficos.
Más de dos décadas del fin de la Guerra Civil
Cuando cayó la URSS, en 1991, Tayikistán se vio con la obligación de formar un nuevo gobierno. Los grupos opositores, formados por todo tipo de individuos, desde demócratas liberales hasta islamistas radicales, vieron al fin una oportunidad de tener voz en el ejecutivo tayiko, después de décadas a la sombra del poder en una República Socialista Soviética.
En noviembre de 1991, se celebran las primeras elecciones del Tayikistán independiente, enfrentando a Rahmon Nabiyev, de la vieja guardia soviética (Partido Comunista de Tayikistán) y a Davlatnazar Khudonazarov, del Partido Democrático de Tayikistán. El primero contaba con el soporte ruso, kazajo y uzbeko, mientras que el segundo recibía apoyo de Occidente, ya que pretendía huir de la esfera soviética. Los partidos pro-islámicos, como el Partido del Renacimiento Islámico, no fueron admitidos en los comicios por su carácter religioso. Nabiyev ganó las elecciones con el 56 % de los sufragios.
A raíz de los resultados y de las políticas anti-liberales y seculares del gobierno, en 1992, comenzaron los enfrentamientos. Nabiyev dotó de armas a las milicias pro-gobierno (Frente Popular Kulyabi), mientras que la oposición se proveyó en Afganistán. En septiembre de 1992, después de que la oposición hubiera logrado entrar en el gobierno, Nabiyev fue depuesto bajo amenazas y sustituido por el pamiri Akbarshko Iskandarov, de la misma oposición. Se formó entonces un gobierno opositor que apenas duró un mes. A finales de 1992, la oposición fue derrocada por la vieja guardia y Emomali Rahmon (actual presidente) se erige como líder del Soviet Supremo y, por lo tanto, máxima autoridad tayika (hasta la reforma de 1994). La oposición volvía a estar fuera del gobierno, en un nuevo ejecutivo formado por individuos de Leninabad y Kulob.
Distribución geográfica de los grupos.
La vieja guardia soviética se encontraba generalmente en el área de Leninabad (actual Khodjent), en el norte del país, además de la región de Kulyab, en el sur, de donde es originario Emomali Rahmon. Generalmente en esas áreas residían los mandatarios importantes de la antigua RSS de Tayikistán, además de una considerable población rusófona.
La oposición, por su parte, estaba formada por muchos grupos étnicos, como los gharmi (provenientes del Valle de Rasht y muy presentes en la ciudad de Qurghonteppa), o los denominados pamiri, provenientes de la región de Gorno-Badakhshan. Además, encontramos la incipiencia de algunos grupos fundamentalistas islámicos, como Al-Qaeda o Talibanes.
El mayor problema para la oposición era su heterogeneidad, ya que estaba compuesta tanto por liberales, demócratas, nacionalistas e islámicos (islamistas?). Todo estos sectores se unieron en la Oposición Tayika Unida (1993) para hacer frente a la vieja guardia soviética. Dicha confluencia no consiguió frenar a un enemigo que contaba con la ayuda militar de Rusia y Uzbekistán, partidarios del viejo estatus soviético en forma de nuevos estados independientes, lejanos de la esfera occidental. El primer año de guerra fue el más mortífero, provocando la victoria de los denominados leninabadíes-kulyabis (pro-gobierno) ante la oposición, que huyó en mayor medida al limítrofe Afganistán o acabó siendo perseguida internamente.
En 1997 Naciones Unidas medió un alto al fuego entre las fuerzas leninabadíes y la OTU, que derivó en la convocatoria de elecciones, celebradas en 1999. Emomali Rahmon fue el vencedor (97% de los votos) y se mantiene en el poder desde entonces.
La guerra dejó más de 50.000 muertos y cerca de 1.200.000 desplazados, tanto internos como externos. Rusia participó una misión de paz, junto con Uzbekistán, Kazajistán y Kirguistán, con la finalidad de que a ojos de Occidente pareciera una misión más heterogénea a nivel de estados participantes.
El fracaso del nacionalismo en Tayikistán
La Guerra Civil Tayika dejó en evidencia a un sistema en el que no existía una cohesión nacional. En el artículo de Akbarzadeh (1996) ‘’Why did the nationalism fail in Tajikistan?’’, se mencionan los aspectos principales que fallaron a la hora de establecer un sentimiento de identidad nacional en el país tras la independencia.
La asociación del nacionalismo con la oposición y la adopción del internacionalismo por parte del gobierno.
La primera de las razones se debe a una débil unidad nacional tayika. Con la caída de la URSS, en lugar de optar por potenciar el sentimiento de unidad nacional, se optara por continuar con las tendencias internacionalistas soviéticas, personificadas en Nabiyev, lo que posibilitó que la oposición se adueñase de las “consignas” nacionalistas. Eso derivó en una posterior censura de éstas, ya que la vieja guardia soviética no quería ser derrocada. La falta de respuesta ante las demandas de la misma oposición, que pedía libertades y el despertar como nación, fue la principal responsable del desencadenamiento de la Guerra Civil Tayika.
Otros países de Asia Central, como Uzbekistán y Turkmenistán, apostaron firmemente por un sentimiento de identidad nacional, impulsando el nacionalismo desde el poder.
Samarcanda y Bukhara, el corazón de la identidad tayika, fuera de sus fronteras
Uno de los mayores problemas para la conformación de una idea de nación tayika es que Samarcanda y Bukhara se encuentran en Uzbekistán. Ciudades de gigantesca importancia en la identidad persa tayika, herencia de la civilización samánida, hoy en día no yacen bajo jurisdicción de los tayikos, quienes consideran Bukhara y Samarcanda como cunas de su cultura, llamando incluso a su propia moneda ‘’somoni’’, en honor de la misma civilización samánida. No es fácil conformar un sentimiento de identidad nacional cuando lugares tan importantes pertenecen a otro estado.
A nivel político, ninguna de las partes estaba interesada en un conflicto, ya que a Uzbekistán no le interesaba un estado nacionalista y opositor tayiko que mirase a Samarcanda (de ahí también viene su apoyo a la vieja guardia y no a la oposición); ni el gobierno tayiko quería empeorar las relaciones, en un contexto en el que Tayikistán se erige como la nación más diezmada económicamente de Asia Central. El estigma del ‘’más pobre’’ tampoco facilita las cosas en la conformación de una identidad nacional fuerte y sustentada.
Sin embargo, la vieja guardia leninabadí tampoco renegó de factores identitarios. De hecho, la RSS de Tayikistán fue la primera en adoptar una lengua oficial distinta al ruso. El tayiko se convirtió en idioma oficial del país en 1989. Aunque, eso sí, su apuesta por el nacionalismo distó mucho de la de sus vecinos túrquicos.
Auge de los clanes y diferencias geográficas, la sentencia de muerte de la unidad nacional
Otro de los factores clave en el fracaso de la construcción de identidad nacional tayika son las divisiones regionales en los denominados ‘’clanes’’. Técnicamente, un clan es un grupo social unido por lazos sanguíneos. Sin embargo, en Tayikistán se ha utilizado esta denominación para referirse a zonas geográficas y a sus respectivas poblaciones, creando una serie de identidades regionales que se confrontaban entre sí. Estas identidades llegaron al conflicto en la guerra civil y hoy en día siguen ciertamente presentes. Destacamos las siguientes:
Leninabadíes: reciben este nombre ya que habitan al norte del país, en el que anteriormente era el Óblast de Leninabad (hoy en día Provincia de Sughd), donde encontramos Khojend. Tradicionalmente eran los que mandaban en la RSS de Tayikistán y quienes ocupaban gran parte de las posiciones de poder. La zona de Khojend se encuentra en el agriculturalmente próspero Valle de Fergana, separada del resto del país por la cordillera de Alay. Se aliaron con los Kulobs durante la guerra.
Se suelen identificar como distintos al sur del país, ya que tienen una mayor cercanía al uzbeko y una mayor autonomía económica.
Kulob: debe su nombre a una ciudad del sur del país, en la actual provincia de Khatlon. Constituyeron el principal aliado de los leninabadíes y ocuparon parte de las posiciones de poder durante la época soviética. Emomali Rahmon, actual presidente del país, es de origen kulob. Con el fin de la guerra, la alianza leninabadíes-kulobs deja de existir ya que los kulobs consideraban legítima la tenencia del poder al haber luchado ellos gran parte de la guerra (Frente Popular Kulob). Los leninabadíes quedan marginados a un puesto opositor.
Gharmi: originariamente del centro de Tayikistán. Tuvieron su propio óblast durante la época soviética y migraron hacia el oeste del país, siendo la ciudad de Qurghonteppa un feudo importante. Compusieron la oposición y fueron discriminados por los leninabadíes-kulobs a modo de represalias durante la guerra. Durante la época soviética muchos gharmi frecuentaban las universidades, algo que la vieja guardia soviética consideraba un caldo de cultivo para una futura oposición. Cabe destacar que los grupos de la oposición mayoritariamente identificaban al gobierno de la antigua RSS de Tayikistán con un gobierno del clan leninabadí.
Pamiri: también denominados como badakhshanis, ya que habitan principalmente la Región Autónoma de Gorno-Badakhshan, en el montañoso este de Tayikistán. Hablan una lengua iraniana oriental y podemos encontrarlos, además, tanto en Afganistán como en Xinjiang (China). Fueron parte de la oposición y se suelen relacionar con el extremismo islámico, dado su hábitat montañoso y cercanía a tierras afganas (caldo de cultivo de extremistas). Formaron parte de la coalición opositora durante la Guerra Civil y fueron también perseguidos por los leninabadíes-kulobs durante la guerra. En términos de religión también se diferencian del resto de ‘’clanes’’, ya que profesan el chiismo ismailí, diferente del Islam sunita hanafí, mayoritario entre el resto de ‘’clanes’’ geográficos del país.
El miedo al extremismo islámico
Tanto en Uzbekistán como en Turkmenistán, el nacionalismo iba de la mano con la religión islámica, siendo factores que crecían exponencialmente el uno con el otro. La religión se promovía como algo propio de la nación, como parte del carácter nacional. En Tayikistán, la vieja guardia soviética fue promotora del secularismo, de lo que no quiso renegar. De hecho, Nabiyev, cuando juró el cargo en 1991, lo hizo sin el Corán, al contrario que su homólogo uzbeko Islam Karimov. A nivel simbólico este gesto dice mucho. La vieja guardia soviética pretendía huir de cualquier tipo de islam político, que tuviera apoyo social y que derivase en un posible Estado Islámico en Tayikistán.
La oposición, por su parte, aunque no en su totalidad, defendía los valores religiosos como algo que tenía que tener protagonismo en el nuevo estado tayiko. El Partido Demócrata, de hecho, pactó una oposición conjunta (OTU) con el Partido del Renacimiento Islámico ya que consideraba el Islam cono parte de la idea de nación tayika, alimentando por lo tanto la creación de una identidad nacional basada en dos aspectos principales: la lengua tayika y el Islam.
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