La URSS fue la primera y la más contundente prueba de que es posible una larga existencia de una sociedad donde el dinero no sea ni valor central ni la principal condición para el desarrollo humano.
En diciembre de 1922 se celebraron por separado congresos en las cuatro repúblicas socialistas (República Federativa Socialista Rusa, la de Ucrania, Bielorrusia y la Transcaucásica) que aprobaron crear un nuevo estado. El 30 de diciembre nacía la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En una conferencia realizada el pasado 3 de diciembre, el líder del Partido Laborista Austriaco (PdA), Tibor Zenker, habló sobre los avances sociales que se produjeron en la URSS.
El primer ministro estonio, Kaja Kallas, ordenó la remoción de un monumento a los soldados del Ejército Rojo que murieron luchando contra el nazismo en una ciudad del este, diciendo que privaría a Rusia de la “oportunidad de usar el pasado para perturbar la paz”.
El 8 de diciembre de 1991, los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia (Borís Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkiévich), en la reserva natural de Belavézhskaya Pushcha, se firmó el acta de defunción de la URSS, que quedó disuelta de facto el 26 de diciembre.
La izquierda moldava lleva a cabo protestas ante la aprobación en el parlamento de prohibir la exhibición de símbolos soviéticos y antifascistas en el país.