La crisis orgánica del capital dejó abonado el terreno para la irrupción de la ultraderecha, que explotará al máximo todas las derivadas del derrumbe ideológico del edificio neoliberal. Sin embargo, primero fue la izquierda popular la que aprovechó la oportunidad.
La idea de enfrentarse a las élites tecnológicas y financieras es hoy un pilar de la política de derechas, incluso en boca de multimillonarios como Donald Trump.
La búsqueda de Vox por convertirse en una referencia para la ultraderecha de habla castellana no es una sorpresa para nada, y responde al ideario clásico del conservadurismo español: la nostalgia imperial de una antigua metrópoli caída en desgracia.
Vox en 2019 recibió en donaciones 1,5 millones de euros, superando en recaudación al resto de partidos políticos juntos, incluidos el PP, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Podemos y Ciudadanos.