Al igual que el norte de Togo, Benín y Ghana, están convirtiéndose en objeto de ataques e incursiones de grupos terroristas provenientes de Burkina Faso.
La falta de una respuesta adecuada que aborde los agravios y las demandas de la población de Togolandia Occidental, junto con la creciente securitización del problema, podría provocar una reacción adversa no deseada.