Ahora que, a pesar de los atroces ataques, Tigray y el TPLF demostraron ser resilientes, es el momento adecuado de indicar los tipos de cambios y reformas que debe introducir el TPLF para lograr un mañana mejor en Tigray y sus alrededores.
Los líderes de Etiopía, desde Menelik II hasta Haile Selassie I, Mengistu Hailemariam, Meles Zenawi, Hailemariam Desalegn y Abiy Ahmed, han enfrentado la aparente imposibilidad de mantener unida a Etiopía sin recurrir a la fuerza bruta.
Según una encuesta entre mujeres de Tigray, realizada por el bioestadístico de la Universidad de Columbia, Kiros Berhane, el ocho por ciento de ellas había sufrido agresiones sexuales durante el conflicto.
¿Qué más podemos esperar más allá de las guerras que están quemando la región, más allá de las hambrunas, las tensiones regionales, la sequía, más allá de los 600.000 muertos por la guerra en Tigray, más allá de los que están muriendo en Sudán, los millones de desplazados internos?.
El primer ministro Abiy Ahmed afirmó que estaba considerando la posibilidad de celebrar referendos en las zonas en cuestión para poner fin a las tensiones entre las dos regiones; declaraciones que irritaron aún más a los dirigentes políticos de Tigray.
La guerra civil en Etiopía adquiere dimensiones internacionales, ya que, además de los vecinos Eritrea y Sudán, también están involucrados, en diversas medidas, actores como Moscú, Beijing, Irán, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Turquía.