El aire, el agua, los alimentos y la posibilidad de cobijo, no pueden ser objeto de mercadeo; son un derecho de todo ser vivo y su vulneración negligente o voluntaria debería ser considerada un delito de lesa humanidad.
La huelga de hambre planteada por Abraira tiene como finalidad reclamar de las administraciones el cumplimiento de los plazos que la legislación vigente marca para los distintos tipos de expedientes.
Pensar que unos pocos pueden continuar con el mismo ritmo de vida y acaparando la riqueza disponible solo conducirá a revueltas sociales, autodestrucción y muerte.